El Real Ávila se queda con su trofeo

A.S.G.
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5
Real Ávila
4
Unión Adarve
Finalizado
El equipo encarnado se impone en los penaltis (5-4) al Unión Adarve para levantar el XIX Trofeo Ciudad de Ávila después de un partido igualado y sin un claro dominador

El Real Ávila se queda con su trofeo - Foto: David Castro

Real Ávila.

Paisa (Ñete, 63'); Sito, Llorián (Didier, 76'), Carlos Pascual, Peñalvo (Diego Rubio, 63'); David Sanz, Marqués (Tena, 63'); De Mesa (Rober, 69'),Velasco (Sergio Sánchez, 76'), Ivi (Albert Martín, 69'); Adeva.

Unión Adarve.

Zeus; Mese, Fer, Álvaro, Paris; Calleja, Rojo, Aibur; Molina, Chinchu, Carbonel. También jugaron Miñambres, Juanma, Segovia, Lobato, Pineda, Samu, Dani, Fran, Santi, Maganto, Garin.

Goles.

En la tanda de penaltis 0-1 Segovia; 1-1 Adeva, 1-2 Miñambres, 2-2 David Sanz, 2-3 Lobato, 3-3 Didier, 3-4 Maganto, 4-4 Alberto Martín, 5-4 Diego Rubio.

Incidencias.

Encuentro correspondiente al XIXTrofeo Ciudad de Ávila, disputado en el Adolfo Suárez.  

 

El Real Ávila se quedó con lo suyo, con el XIXTrofeo Ciudad de Ávila ante un UniónAdarve al que superó desde el punto de penalti, donde ambos rompieron la igualdad después de 90 minutos por momentos intensos, por momentos soporíferos. Así son los partidos de pretemporada. Y allí, desde los once metros, donde tantas veces la suerte le ha sido esquiva a los encarnados, Diego Rubio firmaba el definitivo 5-4, tras el fallo de Dani en el quinto de los madrileños, para dejar el trofeo en la vitrina de los encarnados. Esta vez la suerte hizo justicia.

Comenzó el partido sin un claro dominador y unos movidos primeros minutos. De una recuperación quiso Javi de Mesa ponerle el gol en bandeja a Adeva y de un balón largo a Carbonel y el posterior centro al área tuvo Molina en sus botas el 0-1. Sólo tenía que empujarla, pero la mandó a las nubes. Primeros 7 minutos y el partido era un ida y vuelta sobre un césped impecable. La tarde prometía más de lo que acabaría siendo, pero los partidos en verano son así.  Se nota la carga de trabajo en las piernas, falta chispa en las acciones pero no echó en falta el equipo de Rubiato la misma personalidad que ya esbozó el curso pasado. Y ante sí tenían un Segunda RFEF. Faltaría claridad pero no trabajo, presión alta y las ganas de conseguir esa recuperación en campo contrario con la que tener la oportunidad del gol.

Aunque el inicio de partido fue un duelo a ida y vuelta, camino de la primera media hora al Real Ávila le costaba salir de su campo mientras el Adarve empezaba a perdurarse en los límites de Paisa.No quiso pegarla de zurda Carbonel –minuto 24– cuando tuvo en sus botas una clara ocasión de gol.La pérdida de Marqués en el centro del campo fue de las que no olvidan los entrenadores. Se abrió la puerta a la contra y la oportunidad de remate tras centro al área. Carbonel la pegó mordida de derechas cuando el gol estaba en su bota izquierda.  Quiso probar desde fuera del área DaniMarqués con un disparo seco. Tuvo la fe que le faltó a David Sanz cuando tuvo también su momento en una jugada de estrategia. Tras la pausa de hidratación el choque se igualó, aunque más en los errores que en el acierto. Se le escuchaba a Rubiato desde la grada. Quería otra cosa de los suyos, aunque con el partido mirando ya a los vestuarios y el Unión Adarve preparando el carrusel de cambios, los de Manu Sánchez, que regresaba al Adolfo Suárez con otros colores diferentes a los de la Segoviana, no terminaban de romper un partido que llegó al descanso de capa caída.

Mantuvo a los mismos Borja Rubiato, cambió la mitad de su equipo Manu Sánchez, pero el ritmo comenzó siendo el mismo. Faltaba la precisión con la que dar continuidad a la jugada. Movía el banquillo Rubiato. Los encarnados habían desaparecido. A escena Diego Rubio, Tena y Ñete, que en su primera acción a poco se lleva el disgusto cuando no se entendió con la defensa para salir a por un balón.

Estrenó sus guantes Zeus cuando Alberto Martín, escorado a la derecha, disparó –minuto 75– a las manos del portero. Seguía el movimiento en los banquillos y el partido empezaba a visualizar la tanda de penaltis. Una dura entrada de Diego Rubio sobre Segovia calentó el ambiente y los ánimos. Se encendieron los banquillos, se hincharon los pechos y sobre el aire planeó una tangana que se salvó in extremis.

En el cambio de caras y puestos pareció salir ganando un Real Ávila que subió el pistón en los últimos minutos ante un Unión Adarve descolocado. Aceleró Alberto Martín. Primero desde lejos, después con un fuera de juego al límite cuando, con el tiempo cumplido, quiso quedarse en un mano a mano con Zeus. Al final los penaltis fueron la solución más justa.

No erraron Segovia, Miñambres,Lobato o Maganto por los madrileños. No dieron opción a Zeus los encarnados Adeva, David Sanz, Didier y Alberto Martín. Y cuando parecía que todo se alargaría más allá del quinto, Dani la tiro alto. Quedó la responsabilidad en manos de Diego Rubio, que no falló. El Real Ávila levantaba su trofeo.