Un día para acabar con las etiquetas impuestas

I.Camarero Jiménez
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La asociación Down Ávila salió a la calle para dejar bien claro a través de un manifiesto que cada uno de ellos es diferente, que toman sus decisiones y que no les gusta que se les identifique como un estereotipo porque, sencillamente, son mucho más

Un día para acabar con las etiquetas impuestas

La plaza de Santa Teresa, el mercado Grande, uno de los lugares más visibles de nuestra ciudad, fue el elegido para que desde Ávila se diera rienda suelta al Día Mundial de las personas con Síndrome de Down. Querían que se les viera y sobre todo que se les escuchara y especialmente que aquel que se acercara tuviera claro y fuera testigo de que por tener unos rasgos físicos comunes y propios del síndrome de Down, cada individuo al margen de su diagnóstico es diferente. Tienen aspiraciones, no todos son cariñosos, ni simpáticos, a veces sí, pero con quien quieren y cuando quieren  porque ellos, sin lugar a dudas, son capaces de decidir, de pensar, de hablar si lo desean y de callar si les apetece. Son muchos los que están en las filas de la Asociación Down Ávila y prácticamente todos salieron a la calle en un día estupendo para gritar a los cuatro vientos que no son un estereotipo.

Varios, muchos, de los más de 140 usuarios de Down Ávila culminaron sus actividades con la lectura de un manifiesto trabajado por jóvenes y adultos en un taller y en el que la idea no era otro que dejar claro que a uno le puede gustar más el dulce, a otros el salado, a unos la playa a otros, la montaña; a unos tomarse su tiempo  y a otros, cambiar de actividad. Lo que sea, son tan complejos como cualquiera, pero hay que decirlo para derribar barreras y lo hicieron en un día para reivindicarse y reivindicar desde la cercanía y desde la calle. 

Maravillosa iniciativa secundada por otras asociaciones y por una gran cantidad de administraciones e instituciones. De todos necesitan para seguir creciendo como lo han estado haciendo en estos 30 años  muy largos de vida y los últimos años capitaneados por Mar Rodríguez en la presidencia de la asociación. Era ella quien preguntada por los periodistas aseguraba que «era el momento de escuchar su voz, la de las personas con síndrome de Down y sobre todo para ver las personas que hay detrás de la etiqueta.La campaña de este año insiste precisamente en eso, en que los rasgos, en este caso físicos del síndrome de Down nos evitan ver a la persona que hay detrás y nos vienen a la mente un montón de atributos y de prejuicios que evita que veamos la individualidad de cada persona y, como muy bien han expresado los jóvenes y adultos, cada personalidad es única, cada gusto es diferente y cada uno tiene sus aspiraciones, además sus proyectos y metas son diferentes porque a lo largo de la historia de su vida  tienen muchos propósitos como cualquier otra persona». 

Un día para acabar con las etiquetas impuestasUn día para acabar con las etiquetas impuestasDejamos aquí unos estractos del manifiesto para que queden bien claros sus objetivos: «Queremos hablaros de las diferentes etiquetas que nos ponen sin conocernos. Se creen que todas  las personas con síndrome de Down somos cariñosas, un poco tozudas, no podemos estudiar ni trabajar o que sólo nos relacionamos entre nosotros y que no tenemos aspiraciones. Hoy venimos a desmontar esas ideas. Podemos tener carácter cariñoso pero como te pasa a tí o a tí, ni todo el tiempo». Era sólo el principio porque también dejaron claro que van al colegio o al instituto «y aprender un montón de cosas», que hacen prácticas, que trabajan y se preparan para ello, que les gusta salir de vacaciones y no siempre con la familia, «de hecho nos vamos a ir a Málaga». Que pueden tener pareja, o no. 

En definitiva, como todos, cada uno de ellos es diferente al resto y deciden sobre cada faceta de su vida.