El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo emérito de Valladolid, será el encargado de presidir el próximo sábado 26 de agosto la eucaristía de la fiesta de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Jesús, que se celebrará en la iglesia del monasterio de La Encarnación a partir de las 20,00 horas.

Además, el decenario que dedican las carmelitas descalzas de La Encarnación a ese gran acontecimiento teresiano, que comenzará el jueves 17 de agosto, contará con la presencia del arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, así como con los obispos de Ávila, Jesús Rico García, y de Córdoba, Demerio Fernández González.

El decenario arrancará con la presencia de monseñor Melchor Sánchez de Toca, relator del Dicasterio para la Causa de los Santos, que será el encargado de presidir la eucaristía el mencionado 17 de agosto.

Al día siguiente, el encargado de predicar será el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández González.

El día 19 de agosto será el turno del padre Francsico Sánchez Oreja o.c.d., provincial de los Carmelitas.

El domingo 20 de agosto la ceremonia religiosa estará presidida por José Manuel Sánchez Caro, exrector de la Universidad Pontificia de Salamanca y de la Universidad Católica de Ávila.

El día 21 de agosto oficiará la misa el padre David Jiménez Herrero o.c.d., prior del convento de La Santa.

El día 22 de agosto, el obispo de Ávila, monseñor Jesús Rico Garcia, presidirá la eucaristía y un día después, el 23 de agosto, lo hará el arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro.

El día 24 de agosto será el turno del padre Jerzy Nawojowski o.c.d., director del Centro Internacional Teresiano Sanjuanista - Universidad de la Mística. Yel día 25 de agosto presidirá la eucaristía un habitual de este decenario, monseñor Alberto J. González Chaves.

Para culminar este celebración, el sábado 26 de agosto, día en el que se celebra la fiesta de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Jesús, el encargado de presidir la solemne celebración eucarística será monseñor Ricardo Blázquez, arzobispo emérito de Valladolid.

Esta fiesta de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Jesús se viene celebrando en este monasterio desde hace siglos, para conmemorar la «Merced que nuestra Santa Madre Teresa de Jesús tuvo en este monaterio» y que ella lo cuenta así en el capítulo 29 del libro de Su Vida:

«Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta visión: veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en forma corporal, lo que no suelo ver sino por maravilla; aunque muchas veces se me representan ángeles, es sin verlos, sino como la visión pasada que dije primero. En esta visión quiso el Señor le viese así: no era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan. Deben ser los que llaman querubines, que los nombres no me los dicen; mas bien veo que en el cielo hay tanta diferencia de unos ángeles a otros y de otros a otros, que no lo sabría decir. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento» (Vida 29,13)