Intenso viaje al corazón (y al alma) de la música

David Casillas
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Fundación 'la Caixa' ofrece en la plaza de Santa Ana su proyecto 'Symphony', dos películas rodadas en realidad virtual que ofrecen un espectacular e inmersivo acercamiento al lenguaje más universal, capaz de cautivar al espectador

Intenso viaje al corazón (y al alma) de la música

La Fundación 'la Caixa' sorprende (asombra) para bien con cada proyecto cultural que trae a Ávila, pero la propuesta didáctica con la que ha desembarcado ahora en la plaza de Santa Ana supera cualquier expectativa por novedosa, espectacular, implicadora y otro buen puñado de adjetivos en positivo.

Bajo el título ya sugerente de 'Symphony', lo que invita ahora a ver la Fundación 'la Caixa' a los abulenses es, tal y como se afirma en el lema de la iniciativa, «un viaje al corazón de la música», pero bien podría afirmarse que ese itinerario por el lenguaje más universal de cuantos existen, ese que va dirigido no a la razón sino al sentimiento, lo es también a su alma.

Dos películas de 12 minutos de duración cada una, escritas y dirigidas por Igor Cortadellas y rodadas con las últimas tecnologías para que la calidad de imagen y sonido sean las máximas, y para conseguir que el público se meta dentro de ellas, desarrollan la actividad, la primera proyectada en una pantalla panorámica y curvada de grandes dimensiones, y la segunda ofrecida a través de unas gafas de realidad virtual.

Esta iniciativa que propone al espectador «vivir y disfrutar la música clásica como nunca antes la había podido experimentar, gracias a la tecnología de la realidad virtual e invitándole a sentirse como un músico más dentro de la orquesta, comienza con un audiovisual en el que imagen y sonido se funden para crear un espectáculo que captura de inmediato la atención del espectador.

Tres jóvenes músicos de lugares tan diferentes y alejados como son la sosegada costa mediterránea, la ruidosa ciudad de Nueva York y un cafetal y una localidad de colombia protagonizan el cortometraje, de exquisita ejecución, que se abre con el sonido de unas olas y del motor de un barco que inspiran una música de violonchelo (suena la Piece en forma de habanera, de Ravel); sigue mostrando cómo los ruidos de Nueva York, especialmente el traqueteo del metro, derivan en un magnífico jazz de flauta, piano, bajo y percusión (la música elegida es el magnífico Take five de Desmond), y acaba con el sonido ambiente en un cafetal, protagonizado por el machete, para crear un ritmo tribal envolvente (suena El pájaro amarillo de Rafael Campo). 

No hay palabras, ni falta que hacen para tocar todas las fibras del sentimiento, porque la película consigue plenamente su objetivo de hacer ver que nos rodean, a diario y en cualquier lugar, paisajes sonoros capaces de inspirar para elevarse a la categoría de música. Esos tres mundos, con la música inspirada por la vida cotidiana como nexo de unión, acaban fundiéndose para contar cómo los tres jóvenes músicos dirigen sus pasos hacia el Teatro del Liceo de Barcelona.

Muy gratamente sorprendidos por lo recién visto, los visitantes pasan a la segunda sala del proyecto, en donde viene la parte más asombrosa. Sentados en butacas que giran, con gafas de realidad virtual y unos cascos de alta fidelidad, los espectadores se enfrentan a una experiencia nueva que alucina.

El director de orquesta Gustavo Dudamel da la bienvenida a los asistentes al concierto que está a punto de comenzar, un recital en el que el espectador está en el centro de la orquesta sintiéndose no solo oyente sino protagonista del espectáculo, músico casi. Suena poderoso el primer movimiento de la Quinta sinfonía de Beethoven, con el destino llamando a la puerta, y el espectador se abandona, muy activo, a disfrutar de una experiencia que aunque virtual es intensa, impactante. La música le entra por todos los sentidos y llega muy dentro, de la mano de otros momentos mágicos de la música clásica como son el segundo movimiento de la Séptima sinfonía de Beethoven, el primer movimiento de la Primera sinfonía de Gustav Mahler, y la canción Mambo, de la película West side story, compuesta por Leonard Bernstein.

Todo se cierra con unas imágenes que muestran la construcción de un violín –visto el proceso desde dentro–, desde su primera madera hasta que genera su primer sonido.

Los muchos premios nacionales e internacionales que adornan a este proyecto, que ha cautivado allá donde ha sido llevado, no son casualidad.Merece la pena, y mucho, disfrutar de ese espectáculo, a los amantes de la música y a los que no lo sean tanto, porque ofrece una nueva visión de la misma que se hace inolvidable.

invitación. 'Symphony', que llega a Ávila con la colaboración del Ayuntamiento y permanecerá abierta hasta el  día 21 de abril, fue ayer inugurada por el director de Banca de Instituciones de CaixaBank, Óscar Hernáez; la delegada de la Fundación 'la Caixa' en Castilla y León, Araceli Gutiérrez, y el asesor del proyecto, Marcel Gorgorin, con la presencia del alcalde de Ávila,Jesús Manuel Sánchez Cabrera, que tras agradecer a la Fundación 'la Caixa' que haya vuelto a pensar en Ávila para otros de sus proyectos culturales invitó a los abulenses a que acudan a disfrutar de esta iniciativa, especialmente a los jóvenes, porque «es una experiencia única».