Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


El móvil del crimen

22/09/2023

Detrás de todo delito hay un móvil. Generalmente el dinero, el poder o el sexo. Es el axioma básico en todo proceso de investigación. De no ser así caben como únicas posibilidades la fatalidad o la estulticia de quien se ve involucrado en el crimen. He aquí la incógnita que aún no ha sido desvelada sobre la participación de Raquel Gago en el asesinato de Isabel Carrasco, seguramente la mujer que ha ejercido mayor poder en León. Hoy vuelve el asunto a las tertulias porque la exagente municipal de policía, expulsada del cuerpo, condenada a 15 años de prisión en el año 2017, ha salido de la cárcel definitivamente, ya que el resto de la pena la cumplirá mediante la limitación de horas de salida de su propio domicilio en Madrid. 
Montserrat González asesinó a Isabel Carrasco, entonces presidenta del PP leonés y de la Diputación Provincial, entre otros cargos, con un tiro por la espalda en una pasarela sobre el río Bernesga. Montserrat llevaba así hasta el extremo su sed de venganza por entender que Isabel Carrasco, en su día valedora de su hija Triana, se había convertido en su enemiga, el dique que impedía los ascensos profesionales a los que aspiraba. Tras el disparo, la agresora entregaría el arma homicida a su hija, la cual momentos después se encontraría en una calle próxima con Raquel, a quien pidió que le abriera el coche para dejar en su interior una bolsa. Horas más tarde, Raquel Gago, tras conocer la detención de sus amigas, se percataría de que en el interior de la bolsa se encontraba el arma con la que se cometió el crimen. El arma la entregaría posteriormente a la policía en lugar de deshacerse de ella, pero esta circunstancia no fue suficiente para exonerarla de haber participado en la trama criminal.
Raquel Gago suscitó cierta simpatía social durante los días del juicio, dos años después del asesinato ocurrido en mayo de 2014. La ausencia de un móvil claro, incluso de una teórica sospecha, hacía comprensible lo que la defensa calificaba de coincidencia fatal. No fue entendido así por el tribunal y siete años después solo Raquel sabe la verdad.

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