Día con nuevos focos, pero se mira a la vuelta de los hoyancos

B.M
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El incendio de se mantuvo especialmente activo en dos focos, uno hacia El Hoyo de Pinares y otra en Cebreros. Las reproducciones y el viento, principales problemas

Día con nuevos focos, pero se mira a la vuelta de los hoyancos

El incendio que está afectando a las localidades de Cebreros y El Hoyo de Pinares se mantuvo muy activo en la jornada el martes, especialmente por cambios de viento en la mañana y la gran cantidad de combustible que va encontrando por el terreno. Esto provocó que a lo largo de la jornada se tuvieran que luchar principalmente en dos frentes, uno que si dirigía por el sur hacia El Hoyo de Pinares y el que iba a Cebreros. Se hizo de nuevo con un amplio dispositivo formado por unas 250 personas y 17 medios aéreos que luchan contra un fuego que se mantenía ayer por la mañana con un frente de llama más activo, largo y peligroso pero que terminó la jornada, al menos al cierre de esta edición, con el pueblo de El Hoyo de Pinares protegido y con la vista puesta en que puedan regresar los vecinos que fueron desalojados.

Tras una dura jornada de trabajo, a última hora del día, el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández Herrero, hablaba del foco de El Hoyo que se veía aún por la zona del campo de fútbol y la depuradora, donde se tuvo que hacer un camino de defensa con contrafuegos y unidades terrestres dentro de la lucha para «evitar que se propagara hacia el núcleo urbano». No en vano las llamas aún se veían a última hora de la tarde cerca de una explotación caprina, que también se había protegido con bulldozer y muchas descargas de los medios aéreos en un fuego en el que incluso se llegó a pensar que se había quemado una vivienda.

Se sufrieron «dos escapes» que fueron sofocados por el operativo, de nuevo con unidades terrestres y con «descargas específicas» en zonas clave. Todo formó parte de una «intervención muy intensa para proteger el municipio». Eso situaba el último tramo del día como un momento clave en el que las próximas horas se esperaba ver la posibilidad del regreso de los vecinos de El Hoyo de Pinares que permanecen desplazados, principalmente a Las Navas del Marqués. Para atender a estos vecinos también se ha ido organizando algún convoy para que pudiera ir gente, escoltada, que tenían que recoger medicinas o atender alguna explotación en El Hoyo.

«El trabajo del operativo es excepcional», comentaba el delegado de la Junta en Ávila, también en la parte de estabilización en el frenet de Cebreros que estaba «bastante controlado». Fue, en definitiva, un «día muy productivo para el operativo» pero donde se va notando el «gran cansancio del personal, cierta desazón al ver que lo que se ha planificado a media tarde se desbarataba» en estos días. Aún así se han conseguido avances con la mirada puesta en las próximas jornadas «empezar a controlar», por lo que quiso lanzar ese mensaje de tranquilidad a los vecinos de El Hoyo en cuanto a la posibilidad de vuelta a sus casas.

También a media tarde el técnico Paco Sandonís recordó el intenso trabajo de la jornada en la estabilización del perímetro amplio del extensión y «con condiciones metereológicas bastante duras» con rachas de viento importantes pero donde «el operativo ha trabajado muy bien». «Ha habido momentos con situaciones críticas, con focos secundarios y de atravesar en algún momento las zonas de control de los flancos pero se han podido contener», aseguró. 

Aún así por la tarde la zona que más preocupaba era la de El Hoyo de Pinares aunque se esperaba una evolución favorable con un cambio de viento que creía que les iba a favorecer. En el caso del frente de Cebreros, confirmaba también que estaba «bastante estabilizada» sin que se creyera que había peligro para la antena de la ESA, aunque todo dependía de las evoluciones.

Este cierre y balance de la jornada sucedía tras un día en el que ya desde el inicio se dijo que iba a ser «complicado», según explicaban desde la Junta de Castilla y León. El martes había anochecido con la retirada de los medios aéreos de la amplia zona del fuego tras una jornada con reproducciones y focos secundarios. El susto final  llegaba con el fuego saltando la carretera AV-502 y que iba cogiendo terreno en dirección a Valdemaqueda. 

Sin embargo el inicio del miércoles supuso un cambio por la dirección del viento y la preocupación fue de nuevo hacia El Hoyo de Pinares, donde se acercó un frente por la zona sur que obligó a desplazar a los medios hacia allí. La consecuencia más directa fue que se descartó que los vecinos pudieran volver a casa después de que fueran desalojados en la noche del lunes por la proximidad de las llamas, aunque entonces fue con un frente diferente.

Dos carreteras permanecieron cortadas durante la jornada, la AV-502 (entre los kilómetros 2 y 20) y la AV-561, en El Hoyo de Pinares (del kilómetro 0 al 11) como consecuencia de un fuego en el que, aunque en este momento es muy difícil medir la zona afectada, se estima que el perímetro engloba ya unas 4.000 hectáreas. Aún así, el comportamiento del fuego genera que partes del interior de perímetro hayan quedado sin quemar, dado que la zona permite que el fuego se detenga en viñas que están más limpias, paredes de piedra, incluso zonas arboladas que el fuego ha pasado por debajo.

Con toda la precaución en un incendio en el que los vientos cambian completamente de dirección, por el momento no está previsto que haya nuevos desalojos, más allá del que permanece de los vecinos de El Hoyo de Pinares y que parece que está próximo a finalizar. 

Y, aunque se había hablado el martes por la mañana de una posible vuelta de los vecinos de El Hoyo de Pinares a sus casas, lo cierto es que esta posibilidad se alejó durante el día. Esto se debía a que la situación en ese momento no recomendaba el realojo.

Aun así, no parecía ya durante el día que peligrara el pueblo en sí aunque a lo largo de la noche del martes al miércoles hubo momentos donde las llamas se acercaron a algunas casas que se defendieron con medios desplazados. Es por ello que parte de la labor fue la de defender las construcciones, no tanto del pueblo en sí, sino las más alejadas del entorno.

Las explicaciones sobre la evolución del incendio las aportó por la mañana el director de extinción, Ángel Iglesias, que señaló que aunque la noche anterior se había hablado de que el fuego que iba hacia Valdemaqueda, lo cierto es que el miércoles el viento tuvo un nuevo cambio y el peligro se situó en El Hoyo de Pinares, hacia donde se desplazaron los medios terrestres para combatirlo. El viento soplaba por la mañana  del sur de manera que el frente era en la zona sur de la carretera de El Hoyo de Pinares a Valdemaqueda, empujando el fuego al contrario que por la noche y abriendo un sector nuevo en zonas arboladas que se dirigía hacia El Hoyo de Pinares.

«Hay un sector en el norte de la población de El Hoyo de Pinares que lo teníamos bastante tranquilo pero como ha cambiado el viento vuelve a abrir otro sector que es muy preocupante porque es un barranco lleno de árboles bastante altos y de difícil acceso para la extinción», explicó el director de extinción, que insistió que no iba hacia Valdemaqueda sino que regresaba a El Hoyo de Pinares. Es por ello que se desplazaron los medios de tierra, dejando un contingente de prudencia y los medios aéreos.

Además había otro frente abierto hacia Cebreros que también tuvo sus momentos de preocupación.

En el caso de El Hoyo de Pinares, explicó que es un frente que había cogido bastante fuerza porque el viento soplaba con intensidad y generó el salto de la carretera. Estuvieron toda la noche del martes al miércoles tratando de confinar ese frente de fuego bajo un perímetro «aproximadamente seguro» pero por la mañana se explicaba que no se había logrado, aunque confiaban en la llegada de los medios aéreos para que «podamos comenzar a extinguirlo y sobre todo a controlarlo y acabar con esta locura»

El mayor inconveniente al que se enfrentó un día más el operativo del incendio de Cebreros y El Hoyo de Pinares fue el viento, tanto por la variabilidad en la dirección como por las rachas que empujaban las llamas contra los propios medios que estaban tratando de extinguirlas, lo que hace que tuvieran que replegarse y buscar otras zonas a partir de las cuales establecer una estrategia de ataque, aunque sea indirecto, para acabar con los frentes de llama. Según explican desde el operativo, eso es a lo que se están enfrentando, por lo que están haciendo un análisis de las zonas más peligrosas para tratar de establecer líneas de defensa que en caso de que se salte el perímetro de confinamiento tener una oportunidad de actuar. Porque además del viento también está el problema de que hay mucha masa forestal arbolada, la orografía es muy compleja y es necesario tener zonas donde establecer líneas de apoyo previstas de antemano porque tal cual está comportándose el viento hay un gran riesgo de que se abran sectores potencialmente muy peligrosos.

Para intentar contener el incendio que asola Cebreros y El Hoyo de Pinares se contó con un operativo parecido al del día anterior, con unas 250 personas. Según explicó el director de extinción iba «más apoyo aéreo, vienen más medios aéreos», con dos helicópteros de la Comunidad de Madrid y también con el Gobierno reforzando el operativo. Pero «están pedidos más medios, sobre todo hidroaviones. A ver si pueden venir porque es muy necesario a lo largo del día tratar de minimizar el frente de llama para evitar que pueda ir otra vez hacia el pueblo de El Hoyo de Pinares, esta vez por el flanco sur». Con esos refuerzos y el operativo actual se buscaba «acabar con el fuego y que nos permita hacer liquidación por algún sitio porque hasta ahora cuando hemos empezado a liquidar en algún punto nos hemos tenido que ir a extinguir a otros por esos cambios tan bruscos de la dirección del viento». En ello influyó, por ejemplo, que por la noche tuvieron rachas de hasta 50 kilómetros por hora que «desbaratan cualquier actuación táctica de extinción».

Durante todo el día se pudo ver una intensa actividad en el puesto de mando avanzado situado en Cebreros, con un intenso trabajo de organización y también por parte de los voluntarios. Con llegada constante de vehículos y trabajadores, en el apartado más  institucional se contó con la presencia de diferentes representantes, sin que faltaran alcaldes de la zona. Acudió también por la tarde la delegada del Gobierno de Castilla y León, Virgina Barcones; el subdelegado del Gobierno, Fernando Galeano; el viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Rubén Rodríguez; el presidente de la Diputación, Carlos García, además del propio delegado de la Junta en Ávila, entre otros.