Aluvión de licencias para la recolección de setas en Ávila

I.Camarero Jiménez
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Los aficionados a la micología desean echarse a los montes, tienen la esperanza en que las lluvias de la borrasca Bárbara hayan hecho su efecto, si bien el biólogo de la Diputación, Enrique Fernández, estima que estamos ante una temporada "normal"

Setas en el campo.

El otoño llegó hace un tiempo y con él siempre viene asociado el inicio de la campaña micológica. Una campaña «rara, como todo, en este año atípico» asegura el responsable del área de Desarrollo Rural de la Diputación, el biólogo Enrique Fernández Villamor. Rara, explica, porque ya hace tiempo que vinieron las esperadas lluvias que harían fructificar las setas en nuestros bosques. De algún modo llovió «en tiempo y forma» para que las setas comenzaran a salir a su tiempo también. 

Sin embargo de aquellas lluvias prometedoras no fue mucho el resultado. La campaña se paró en seco porque hizo sol y no volvió a llover durante días. Ahora, parece que sí, que las lluvias asociadas a la borrasca Bárbara (con más de 400 litros caídos en el puerto del Pico sin ir más lejos) de hace apenas unos días pueden tener su reflejo en forma de hongos debido a las propicias condiciones climatológicas (humedad en el suelo, sin heladas...). De hecho ya debería haberlos en nuestros montes y prueba de ello seguro que es este puente festivo en el que serán muchos los que se echen al campo a buscar estos productos de la madre tierra y muy probablemente a encontrarlos.

Tampoco es que, en principio, vaya a ser un año espectacular, apunta Fernández Villamor, pero la gente lo está esperando con muchas ganas. 

De hecho se está produciendo un aluvión en lo que a la expedición de licencias en los territorios acotados se refiere. Y «a mí mismo son muchas más las personas que me preguntan ahora que en los últimos años por cómo está la temporada». Sólo en el acotado Gredos, el más atrayente para los buscadores han sido 5.000 permisos y la mayoría, para toda la temporada. Concretamente fueron 4.801. Según la procedencia del recolector, locales fueron 2.724; vinculados, 648; provinciales, 744 y de otras provincias, 685.

Según la finalidad del permiso fueron 4.729 recreativos (con los que se pueden recoger cinco kilogramos de setas diarios) y 72 comerciales. Y, por la duración del permiso fueron 1.096 diarios, 55 de dos días y 3.650 de temporada.

En cuanto a los montes de Castilla y León, el acotado de El Colmenar y Orzaduero en el que se enclava el Puerto El Pico, fueron 990 licencias, según la procedencia del recolector todos fueron de otras provincias diferentes a Ávila (es que con el de Gredos se puede acudir allí también). Con fines recreativos fueron 945 y los 45 restantes, comerciales. La mayoría fueron para un único día: 727 y el resto, 263, para la temporada completa.

En cuanto al acotado de Gavilanes se han expedido 204 permisos. Según la procedencia del recolector, 133 fueron locales, 43, vinculados, 25 provinciales y tres de otras provincias, Del total, la mayoría fue con fines recreativos, 149 por  55 con fines comerciales. Casi 200 permisos, 199 concretamente fueron de temporada y los cinco restantes, de un día de duración 

Otra cosa es que dado ese aluvión de buscadores de setas y que en principio el año como decíamos no va a ser extraordinario pues «propicie que haya setas para todos». Y es que hay determinados puntos de la geografía abulense, con especial alusión de Fernández Villamor al entorno del puerto del Pico, que «soportan una gran presión recolectora», en ese sentido, «habría que diversificar los lugares de búsqueda», apunta. 

La diferencia, decía el biólogo, es que respecto a años anteriores, las fincas del entorno del Pico, El Colmenar y Orzaduero están reguladas. Un paso adelante en cualquier caso.

Regulación sí, pero también vigilancia pues hay que «proteger el recurso», asegura. Un recurso amenazado por la presión recolectora pero también por los furtivos «que los hay, y contamos con ellos», manifestaba.

Sea como fuere serán muchos los que vean en las escapadas al campo abulense y en la búsqueda de setas un buen pasatiempo para el tiempo de ocio que nos propicia  un puente festivo en el que, por otro lado, si se cumple la ley, sólo tendrá recolectores abulenses o en todo caso de Castilla y León ya que la Comunidad, como la inmensa mayoría del país, está confinada sin poder ir más allá de la región y por supuesto, que tampoco vengan de otras comunidades.

Una advertencia, la regulación micológica llega a una treintena muy larga de pueblos abulenses y por ello se precisa licencia para extraer sus hongos. Además siempre hay vigilancia en los montes y sanciones a quien incumpla la ley.