Laly García García acaba de inaugurar una exposición de pintura en La Horcajada y lo ha hecho con la colaboración y la ayuda de la AsociaciónCultural La Ponseca.Es La Ponseca,una agrupación que busca dar a conocer actividades culturales en gran parte para trasladar al público tradiciones y costumbres de aquellas tierras o sencillamente parapresentar a sus artistas locales. La muestra que se inauguró este miércoles y que permanecerá abierta hasta el 31 de agosto entra dentro de sus intereses y promocionará la pintura de Laly García, ejemplo de superación y, sin lugar a dudas, de optimismo. Sólo hay que fijarse en el nombre con el que ha bautizado la muestra para entenderlo, al menos en parte. 'Todo el tiempo del mundo' se llama y ahora explicamos los motivos.

Laly lleva ya años viviendo en la localidad, su pueblo natal.De algún modo el destino y el infortunio le llevó allí. En 1990 sufrió un accidente de tráfico y como resultado del mismo tuvo (cuenta) «una lesión medular a nivel cervical con parálisis de los cuatro miembros y una minusvalía del 96%». 

En cierto modo la vida se paró, pero ella se encargó de devolverla a la actividad. Ha trabajado duro para no perder sus capacidades «residuales» de movimiento y uno de los ejercicios para sus manos, durante algún tiempo, consistió en pintar. 

¡Bendita pintura!

 Le sirvió como rehabilitación pero también para despertar su interés por una actividad que nunca se había planteado. Descubrió que podía hacerlo francamente bien y de aquellas primeras pinceladas fueron saliendo otras y otras más y de hecho ha conseguido hacerse con un buen número de obras con las que deleitar a sus paisanos.

De sus destrezas pueden ahora ser testigos en la sala de exposiciones de la asociación La Ponseca, que se ubuca en la calle Mayor, 52 de La Horcajada, en lo que era el antiguo local de la Caja de Ahorros. Allí estará hasta el día 31 en horario de 12 a 14 y de 19 a 21.

De la rehabilitación a un camino por el que frecuentar muchos días de su vida, eso es para ella ahora la pintura.En cierto modo una tabla de salvación en la que poner todo lo que lleva dentro y a la que dedicar todo ese «Tiempo del mundo» que ahora tiene por delante y que invierte en mejorar. Su arte al servicio del público y para satisfacción de éste,  pero también su ejemplo de lucha inagotable y coraje en el que ha descubierto todo un motor para su vida y con el que demuestra que «en el mundo del arte las minusvalías no existen».

Bodegones, paisajes, versiones de cuadros famosos especialmente logrados se ponen a la vista de todo aquel que quiera visitar una exposición hecha con no poco esfuerzo y muchísima ilusión.