"Los pacientes adultos mayores son los grandes olvidados"

P.R.
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La neuróloga Ana Belén Caminero habló de este tipo de pacientes afectados por la esclerosis múltiple en las XXIII Jornadas de ADEMA

La Asociación de Esclerosis Múltiple ha celebrado sus XXIII Jornadas, como motivo de celebrarse el pasado lunes el día nacional de esta enfermedad. La jornada fue abierta por la neuróloga, Ana Belén Caminero, jefa de la Sección de Neurología del Hospital Nuestra Señor de Sonsoles y coordinadora de la Unidad de Enfermedades Desmielinizantes. En su intervención la doctora Caminero habló de 'Esclerosis Múltiple en adultos'. También intervino la fisioterapeuta y neurorehabilitadora de ADEMA, Marta Blázquez, que se refirió a '¿Puede la fisioterapia cambiarte el estado de ánimo?'. Por último Julia Jiménez Sierra habló de su experiencia con la enfermedad,  'Mi Vida con EM', es el título de su intervención.

 La doctora Caminero destacó, en declaraciones a este periódico que los pacientes adultos mayores son los grandes olvidados.                             « Siempre hablamos de que la esclerosis múltiple es una enfermedad de gente joven. Pero no nos damos cuenta que la mayor parte de las veces esa gente joven llega a edades un poquito mayores y parece que son el grupo gran olvidado. Es un grupo gran olvidado en los ensayos clínicos o en los cuidados». En su intervención la jefa de la Sección de Neurología del Complejo Hospitalario de Ávila se centró en lo que ocurre con la enfermedad a este tipo de pacientes   «una vez que van evolucionando y van pasando los años y llegan a edades como los 50 años o más". Estos pacientes integran una población porcentualmente grande y destacó que también en prevalencia es el grupo más grande. Tanto es así que «si de cien pacientes con esclerosis múltiple encontraremos que más de la mitad de ellos estarán entre los 50 y los 60 años». 

En cuanto a la incidencia de la enfermedad en la provincia de Ávila, la doctora Caminero indicó que no había estudios epidemiológicos  específicos en esta provincia pero reconoció que se pueden trasladar los estudios realizados en áreas asistenciales cercanas a Ávila, donde hay una incidencia cercana a cinco casos por cada cien mil habitantes. Datos que se pueden extrapolar a esta provincia. «Esto es lo que va apareciendo. La incidencia es un dato que se da por 100.000 habitantes cada año. Esto quiere decir que por cada 100.000 habitantes van surgiendo entre cinco y seis nuevos casos cada año. Pero la prevalencia es mucho más alta, la prevalencia está entre 100 y 150 casos por cada 100.000 habitantes. De tal manera que tenemos ya prevalencias cercanas o casi similares a las de los países nórdicos, a países como Canadá y el norte de Estados Unidos, que son los países de prevalencia más alta». 

En cuanto a la aparición de nuevos fármacos para hacer frente a esta enfermedad, la doctora quiso aclarar que en «el componente inflamatorio, que es el que se manifiesta por brotes, el desarrollo de fármacos ha sido imparable. Prácticamente podemos  que el componente inflamatorio está, no voy a decir que 100% controlado que sería demasiado y pretencioso, pero sí que está controlado de una manera muy importante». Sin embargo reconoció que nos queda todavía por desarrollar una terapia eficaz para afrontar el componente degenerativo de la enfermedad, que «es el que se asocia con acúmulo de discapacidad en estos pacientes, que va aumentando con el tiempo». 

Sobre los síntomas que aparecen con esta enfermedad, para detectarla prematuramente la doctora se refirió a varios:  «Sí, lo que los pacientes tienen y que llamamos brotes o exacerbaciones, son episodios en los que hay algún síntoma neurológico que se desarrolla a lo largo de días o semanas y que dura desde pocos días hasta uno o dos meses, y en los cuales tienen síntomas muy variados dependiendo de la zona del sistema nervioso central que se afecte. Hay patrones más típicos de esta enfermedad en su forma de inicio, que puede ser la afectación de la agudeza visual de un ojo de forma transitoria, o a la afectación de la sensibilidad con hormigueo o acorchamiento en alguna parte del cuerpo. En combinación variada puede ser un brazo y una pierna del mismo lado, los dos piernas, etc. o pérdida de fuerza de alguna parte del cuerpo, trastorno del equilibrio, también puede ser visión doble, trastorno del control de los esfínteres o combinaciones de varios de ellos».