«Ahora hasta te entran ganas de subir al centro»

I.Camarero Jiménez
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Muchos eran los abulenses que usaban las escaleras mecánicas de la Cuesta Antigua en el día de ayer, todo un avance que ha demostrado su utilidad y con el que hay satisfacción

«Ahora hasta te entran ganas de subir al centro» - Foto: David Castro

Podría ser casualidad, o puede que no, pero el caso es que en la mañana de martes a eso de las 12,30 las escaleras mecánicas de la Cuesta Antigua estaban de lo más demandadas. También es cierto que tras un frío amanecer el sol salió y apetecía pasear y muchos vecinos de la zona se animaron a acercarse al centro vía rampa, ahora que la tienen, y dar una vuelta. Y es que desde que echaron a andar las escaleras, reconocía uno de esos vecinos «nos han acercado la casa al centro o el centro a casa, como prefieras», pero el caso es que «cuesta menos subir» y la verdad «todo lo que sea por el bien de los vecinos, bien hecho está». Nos cuenta este simpático paseante que lleva dos años viviendo en Ávila pero ahora, que precisamente ha sufrido un percance que le afecta a los dedos de la mano, lo tiene más fácil para dejar el coche aparcado y usar las escaleras. Además relata: «Justo voy a la mutua porque el accidente me pilló trabajando y las escaleras me vienen muy bien». Se puede decir que salvo a grandes distancias como por ejemplo al centro comercial «yo ya voy a todos los sitios andando. Nos han acercado al centro porque antes no se veía a tanta gente andando porque además en las otras escaleras no había ni donde hacer un descanso». También será coincidencia pero a pie de escaleras nos encontramos con otro abulense, «Chuchi me llaman», dice mientras se apoya en dos muletas. Y es que en su caso viene de rehabilitación. Será la segunda vez que usa las escaleras, nos confiesa, pero sin lugar a dudas ha sido una buena idea. Apenas 20 minutos de estancia en la zona dan para comprobar que lo usan personas mayores, jóvenes, hombres, mujeres...

Nos encontramos  a dos chicas más, a Elena y Ana, una vive en la zona sur; otra es su amiga y desde que están las escaleras en funcionamiento «reconozco que bajo más a verla». Normal porque ahora ya puedes hacer cumbre sin llegar con la lengua fuera. Además, de algún modo se fomenta que la gente pasee porque «mira, yo dejo el coche aparcado abajo y subimos andando porque trabajamos por la zona». Todo un avance. Preguntamos además a una joven que se ve que está haciendo un descanso a pie de la notaría ubicada precisamente en la cuesta antigua.Efectivamente trabaja allí y sabe de primera mano que las escaleras están de lo más frecuentadas, «sobre todo por la gente mayor» así que han sido útiles sin duda, pero con un ligero inconveniente «ahora cuesta mucho más aparcar abajo porque son muchos los que dejan el coche allí evitando así la zona azul» y puesto que, claro, ya no es un obstáculo tener que subir las antiguas y empinadas escaleras tirando de músculo y corazón. Ahora es suficiente con dejarse llevar... Por cierto, apunta esta chica: igual hubieran venido bien también el tramo de bajada.