Un cabrero reparte la leche gratuitamente entre sus vecinos

P.R.
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Dispone de una explotación caprina en Pradosegar, con cerca de 400 ejemplares de raza malagueña de una gran calidad genética, pero las industrias lácteas no quieren recogérsela

Cabras de la cabaña ganadera de Francisco Alonso - Foto: F.A.

Un pastor de la localidad de Pradosegar, Francisco Alonso, lamenta que tendrá que echar el cierre a su explotación ganadera de cerca de 400 cabras que dispone en esta localidad porque las industrias lácteas no pasan a recoger la leche que producen sus cabras, como lo venían haciendo. La empresa que lo venía recogiendo de la noche a la mañana dejó de hacerlo, por lo que al final tuvo que buscar otras alternativas para poder poner a la venta el fruto de su trabajo. A pesar de los esfuerzos por encontrar alternativas al problema surgido, en declaraciones a este periódico indicó que trató de buscar otros cauces de venta de la leche, como fueron otras queserías que tenían rutas de recogida de leche cerca del municipio en el que se encuentra, en pleno Valle Amblés.

A la vista de que no conseguía otro servicio de recogida de la leche de sus cabras optó en las última semanas por llevar el mismo la leche a la cooperativa de El Barraco. Pero reconoció que esta alternativa tampoco es viable porque «yo soy productor y mi tiempo lo tengo que dedicar a lo que soy no a la distribución».

A la vista de esta situación pasada semana optó por regalar la leche a sus  vecinos del municipio, porque no podía dar salida a la leche y también tuvo que desperdiciar más de un millar de litros de leche.

Alonso lo que pide es que los camiones de estas empresas lleguen hasta su explotación para seguir recogiendo la leche de sus cabras como lo hacían anteriormente, porque en caso contrario tendrá que cerrar su explotación ganadera. De hecho, reconoció que ya había dado los primeros pasos para anunciar la venta de sus cabras porque si todo sigue así no le quedará más remedio que cerrar su negocio.

Esta explotación ganadera, según señala el ganadero, fue abierta por su hijo hace unos diez años. Después, una  vez que su hijo cambió de actividad, fue el quien optó  por quedarse con cabaña. Se lamenta que ha tenido que afrontar unos años de gran trabajo hasta conseguir una mejora genética de las cabras productoras hasta lograr mejorar la producción lechera, de gran calidad y trazabilidad y que no se ha dejado de recoger por un problema sanitario, sino por un problema en el transporte. A la vez sostiene que este tipo de ganadería es la que habría que apoyar porque ahora que se están produciendo estos terribles incendios en el campo, son estos animales los que se encargan de limpiarlo. «No hay más que ver como se encuentra el terreno por donde pastan estos animales y las zonas por donde no han pasado… Pero las administraciones nada están haciendo para apoyar a este tipo de explotaciones ganaderas, que de seguir así terminarán desapareciendo todas en muy pocos años». Entre otras cosas sostiene que desaparecerán porque son inviables con las condiciones en las que se encuentran. «A mi me cuesta producir un litro de leche 83 céntimos y lo estaba vendiendo entre 75 y 80 céntimos, con  lo que difícilmente y con estos precios es muy complicado mantener estas explotaciones», señalaba el ganadero.