La derrota más cruel

diariodeavila.es
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En el último segundo. El Real Ávila lo hizo todo para ganar al Atlético Bembibre, pero le penalizó su falta de gol y el tanto en contra llegó en la última jugada del partido, sin tiempo para reaccionar

La crueldad del fútbol la sintieron en sus carnes los jugadores del Real Ávila en el partido de ayer, un encuentro que solo debió tener como ganador al equipo local si en este deporte hubiera justicia, pero que por cosas del mal destino que este año persigue al conjunto abulense se lo llevó el Atlético Bembibre, afortunado con el Gordo de Navidad en el último segundo de un choque que nunca mereció ganar,  reconocido incluso por su propio entrenador.  Pero el gol es lo único que importa en el fútbol, y este tópico es la única explicación al 0-1 con el que se cerró el último partido del año en Adolfo Suárez, un 2014 que lo mejor para todos es que  por fin se acaba, y a ver si con él se marcha el gafe que persigue en este último tramo a un Ávila que pasa a ser colista en solitario y que ya está a más de un partido de la salvación. Lo que antes se veía como una situación cuasi pasajera, empieza a sentirse como algo más, sobre todo si no cambia la suerte.

Pero tiene razón el técnico del Real Ávila cuando asegura que con este nivel de juego y entrega las victorias no tardarán en llegar y el equipo comenzará a escalar puestos en la tabla. Si el nivel mostrado por el Ávila contra el Atlético Bembibre es capaz de mantenerlo, la lógica indica que acabará enganchándose a la mitad de la tabla, pero conviene no fiarse de la lógica y seguir apretando, porque visto lo visto al equipo le ha mirado más de un tuerto y hasta la ‘flor’ de la que Ayala ha hecho gala en otros clubes, aquí la ha perdido, tal y como él mismo reconoce apenado.

Del encuentro de ayer hay que comenzar diciendo que el conjunto local sigue teniendo un serio problema con el gol. No es nuevo, pero es que es lo único que explica la derrota. Colocar a Bruju como hombre más en punta le dio al equipo, sobre todo en la primera parte, muchísimas salidas ofensivas, todas ellas protagonizadas por el jugador burgalés, que por insistencia y entrega mereció, como el resto de sus compañeros, el haber celebrado al menos un gol.

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