«No es lo mismo escuchar la música que vivirla intensamente»

D. Casillas
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El pianista José Imhof ofrece el día 2 de febrero un concierto en el Teatro Santo Tomás, un recital que supone su primera actuación en Ávila y para el que ha preparado un repertorio con piezas de Glass, Rameau y Mozart

«No es lo mismo escuchar la música que vivirla intensamente»

José Imhof, pianista español de origen alemán que ha consolidado una trayectoria muy reconocida a nivel nacional e internacional, ofrecerá el día 2 de febrero un recital en el Teatro Santo Tomás de Ávila, abriendo así la programación musical clásica de un espacio que este año quiere volver a ser un referente en la agenda cultural de la capital abulense.

Será esta la primera vez que venga usted a ofrecer su música a Ávila, ¿esa novedad en su trayectoria le supone un incentivo?

Siempre es así cuando vas a actuar a un sitio por primera vez, lo de estar especialmente motivado, porque subir a un escenario que no has pisado hasta entonces es como enfrentarse a un nuevo territorio, a un nuevo público, a nuevas personas a las que llevar tu trabajo, que en realidad es lo que buscamos todos los artistas.

¿Y qué repertorio ha preparado para la ocasión?

El repertorio que voy a ofrecer en Ávila gira en torno a dos compositores, principalmente. Uno de ellos es Philip Glass, un compositor americano al que llevo entregado mis últimos años, incluso le he dedicado mi último trabajo discográfico, publicado en abril del año pasado, y el otro es el francés Rameau.

Del primero voy a tocar una selección de obras para piano muy representativas de su arte. Quiero decir, para alejar el miedo que a veces nos infunde la música contemporánea, que Glass es un compositor que no teme a la belleza, es absolutamente delicioso en todos los sentidos; su música es serena, agradable al oído, es un auténtico placer escucharle. Glass, de alguna manera y según he experimentado en mis conciertos recientemente, lo que hace es que prepara el oído tanto del público como de mí mismo, para el siguiente compositor.

… que es el francés Rameau

Sí, pero voy a hacer un puente con Mozart entre Glass y Jean-Philippe Rameau, un compositor de los más destacados de la música francesa, y desde luego el más importante del barroco de ese país. Voy a tocar su Suite en sol mayor, una obra preciosa compuesta por piezas pequeñitas, entre las cuales se cuentan algunas muy conocidas de la música clásica, como La poule o Les sauvages; es una obra muy especial y muy agradable de escuchar.

Ahora que hay tantas posibilidades de escuchar música 'enlatada' a través de tantos canales, ¿qué tiene de especial la música en directo para animar a asistir a un concierto?

La música en directo crea una atmósfera similar a la de concentración que uno puede sentir cuando está visitando un museo. Es el poder del grupo, porque cuando uno está rodeado de otras personas que, concentradas y en silencio, se disponen a prestar toda su atención a lo que está ocurriendo encima del escenario, la música llega de una forma mucho más intensa. Cuando nosotros tenemos el poder, con un dedo, de apretar el botón de pausar la música en cualquier reproductor, en el fondo sentimos que tenemos el control sobre lo que está sucediendo, y nuestra concentración no es la misma que cuando estamos, y puede sonar irónico, sometidos en la butaca de un teatro, rodeados de otras personas, en silencio y en cierta penumbra, ya que todo eso favorece la concentración, escuchando en directo a una persona que está sobre el escenario ejecutando unas obras. Eso nos ayuda a concentrarnos.

¿Algo así como un acto de comunión?

Podría definirse así, y es también un acto de humanidad porque te conecta con emociones que son humanas y universales, y que al experimentarlas en comunidad y junto a un grupo de extraños todos sentimos lo mismo. Además, aunque se escuche por primera vez una pieza, que es lo que suele ocurrir en los conciertos de piano –porque la literatura que existe para este instrumento es tan inmensa que casi siempre, incluso los grandes melómanos cuando asistimos a un concierto, descubrimos algo por primera vez–, al escucharlo en comunidad junto a otros espectadores puedes sentir que la emoción es la misma para todos. Es decir, que de lo que nos habla la música es de unos sentimientos universales y atemporales.

O sea, que el directo para la música es siempre un aliciente enriquecedor

Exacto. Además, no es lo mismo sólo escuchar la música que vivirla intensamente, y esto último se consigue mejor en el directo. El tiempo se detiene durante un rato para todos los allí presentes, y esa es la magia de escuchar la música en directo.

Dice la crítica que usted transmite con especial sensibilidad al espectador el sentimiento de la música. ¿Cómo se consigue eso, trabajo, don, implicación...?

Eso son valoraciones de los críticos que, lógicamente, agradezco mucho. Mi planteamiento del piano, por reducirlo en pocas palabras y es algo que suelo intentar transmitir siempre a mis alumnos cuando les imparto clase, es que cada nota cuenta. Si durante el ensayo, durante el trabajo íntimo y en soledad del pianista, uno se pregunta el por qué de cada nota que está escrita en la partitura y toda la información que hay en ella, eso te permite de alguna manera conectar muy en profundidad con la idea original del compositor, con lo que el creador ha ideado antes de empezar siquiera a escribir la música sobre la partitura. Y esa conexión con la música es fundamental para que se conozca la labor que buscamos.

Los pianistas no somos más que intérpretes, intermediarios entre el compositor y el público, y desde esa honestidad buscas el milagro, lograr transmitir de verdad la esencia.

O sea, que el intérprete tiene también algo de creador, porque tiene que aportar algo suyo?

Exacto, yo siempre lo veo así. La creatividad que tiene el intérprete es altísima, y al fin y al cabo, a pesar de que el lenguaje musical es muy concreto y el compositor tiene capacidad a través de toda la notación musical en el pentagrama de poder expresar infinidad de ideas musicales, eso no es suficiente para nada; es luego labor del intérprete, insisto que muy importante, intentar comprender qué quiere decir el compositor, qué es lo que está detrás de su trabajo creativo, y es a través de sus dedos como puede reproducirlo. En la partitura no se puede escribir la calidad del sonido de todas y cada una de las notas, también depende del gusto del intérprete.