Acompañar fuera de casa al Barça europeo se estaba convirtiendo en un deporte de riesgo: de las últimas 11 salidas en eliminatorias, solo había ganado al Manchester United (0-1) en los cuartos de final de la Champions 18/19. Por el camino, el 'viajero culé' había coleccionado un sinfín de golpes bajos como para haber perdido la fe en el equipo… y casi en la vida: el 2-0 ante el Atlético de Madrid, el 4-0 de París y el 3-0 de Turín al curso siguiente, el 3-0 de la Roma que remontaba el 4-1 del Camp Nou, el 4-0 del Liverpool que remontaba un 3-0 que parecía definitivo y el insoportable 2-8 ante el Bayern hasta llegar al 1-1 frente al PSG del curso pasado, empate de orgullo tras el 1-4 que había encajado en Barcelona.
«Fuera de casa llevábamos tiempo sin ser nosotros mismos, sin competir al 'nivel Barça'», reflexionaba el pasado jueves Gerard Piqué en Nápoles. El 1-1 de la ida era un resultado peligroso y los precedentes no invitaban al optimismo… pero ese 'efecto Xavi' que ha enderezado el rumbo en la Liga también ha servido para poner un punto de inflexión en Europa: la exhibición ofensiva azulgrana, que le sitúa de pleno derecho como uno de los grandes favoritos (quizás el que más) para ganar la Europa League, se cobró un 2-4 en el Diego Armando Maradona y espantó viejos fantasmas... el objetivo del egarense nada más llegar al banquillo.
El origen
El Barça arranca la Champions 15/16 creyéndose intocable. Tenía motivos para hacerlo: llegaba para defender el título que en la 14/15 había logrado dejando por el camino al Manchester City, al PSG, al Bayern y a la Juventus en la final de Berlín. En octavos de final, además, pasa por encima del Arsenal con un global de 1-5. El sorteo de cuartos lo empareja con el Atlético de Madrid.
Un 2-1 en la ida (doblete de Luis Suárez por un lado, gol de Fernando Torres por el otro) otorga ventaja al equipo de Luis Enrique, pero el don de Antoine Griezmann para aparecer en las grandes ocasiones voltea la eliminatoria contra pronóstico. El 13 de abril del 2016 arranca la 'leyenda negra': doblete del francés en el viejo Vicente Calderón, 2-0 para el 'Atleti'… y, de repente, un Barça que se vio vulnerable en la derrota. Desde aquella eliminación solo superó eliminatorias gracias a la magia del Camp Nou (en noches como la del 6-1 al Paris Saint-Germain, por ejemplo), algo que Xavi Hernández quiere revertir aunque sea un peldaño por debajo de la Champions.
El gol
El conjunto blaugrana cayó eliminado de su grupo en Champions con el peor bagaje ofensivo de su historia: apenas dos goles en seis partidos, los dos que le hizo al Dinamo de Kiev para sendas victorias. No pudo hacerle ninguno al Benfica (que este año, entre Champions y Liga, ha encajado 33 en 30 partidos) ni al Bayern, con una media similar a la de los portugueses en la Bundesliga (26 tantos recibidos en 23 encuentros). De hecho, en el preciso momento de la eliminación, el panorama no era mucho mejor en el torneo doméstico: el equipo apenas llegaba a una media de 1,5 goles por encuentro.
Del «esto es lo que hay» de Koeman, el Barça ha cambiado completamente. En Nápoles, por ejemplo, Adama, Ferran y Aubameyang formaron el tridente ofensivo… tres jugadores que no estaban por ejemplo cuando Xavi se estrellaba en su estreno en Champions (0-0) ante el Benfica: Memphis era el único atacante puro y por detrás de él alineó a Gavi y Nico. En los últimos cinco partidos, el Barça ha logrado 15 goles… aunque también ha encajado gol en todos ellos (ocho en total). Ante las debilidades defensivas, festival ofensivo.
El mercado de invierno ha aliviado mucho al conjunto catalán en esta faceta y ha dado más estatus al ataque: el valor de mercado de este tridente, según datos de Transfermarkt, es de 88 millones (28 Adama, 45 Ferran Torres y 15 Aubameyang), mientras que un hipotético tridente Braithwaite-Memphis-Luuk, el que había a comienzo de curso, es de 54 millones (cinco el danés, 45 Depay y cuatroi el 'nueve' cedido por el Sevilla).
Más recursos
Dos de los tres nuevos (Ferran es el único que por el momento no 'entra en calor') generaron el primer gol: Aubameyang aprovechó el error de Insigne en el golpeo de un córner y lanzaba a Adama, cuyo carrerón fue finiquitado por Alba. Un contragolpe fugaz que no desatiende el 'estilo-Barça' de toque, certificado en el cuarto gol: más de un minuto de posesión para llevar el balón hacia Adama de nuevo, pase el área, De Jong deja pasar y 'Auba' coloca el remate cerca de la escuadra.
Entre los dos partidos, el equipo de Xavi le hizo 38 disparos (22+16) y cinco goles al Nápoles, la escuadra menos goleada de la Serie A (apenas 18 tantos recibidos en 26 partidos: solo City y Sevilla han encajado menos en las grandes Ligas Europeas), lo que denota un cambio de estilo al que los nuevos fichajes han puesto mucho de lo que le faltaba: velocidad y gol.