Escudarse del sol más allá del melanoma

SPC
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Las radiaciones solares pueden provocar otros tipos de lesiones en la piel, algunas de ellas malignas o premalignas, así como reacciones de fotosensibilidad que es conveniente conocer

Escudarse del sol más allá del melanoma - Foto: Imagen de Anastasia Kazakova en Freepik

La población de nuestro país se encuentra cada vez más concienciada acerca de sufrir melanoma como consecuencia de una exposición excesiva al sol. Este tipo de cáncer de piel constituye la principal preocupación para el 80,1 por ciento de los españoles y las quemaduras son la segunda para el 7,5 por ciento, según el Estudio CinfaSalud Percepción y hábitos de salud de la población española en torno a la fotoprotección. No obstante, los riesgos para la salud y los daños en la piel que pueden provocar las radiaciones solares van mucho más allá de este tipo de lesiones. Como apunta el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, «las radiaciones solares pueden provocar otros tipos de lesiones cutáneas, algunas de ellas también premalignas o malignas, así como reacciones de fotosensibilidad sobre las que existe mucha menos conciencia, pero que debemos conocer». 
Una de estas lesiones que pueden causar los rayos solares es la queratosis actínica o queratosis solar, que son unas manchas planas (máculas) y en ocasiones, ligeramente elevadas (pápulas) de diferente color, que en ocasiones se descaman o presentan costra y normalmente menores a un centímetro. Suelen aparecer en las zonas que han estado expuestas al sol, principalmente en el rostro y también en orejas, labios, cuello, hombros, antebrazos, dorso de las manos, piernas, escote o zonas del cuero cabelludo afectadas por la alopecia.
Estas manchas son muy frecuentes especialmente al avanzar la edad y pueden desaparecer espontáneamente, persistir sin cambios o, si no se vigilan y tratan, evolucionar a un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma escamoso invasivo. Sin embargo, advierte el experto de Cinfa, «los avances en la investigación han llevado a muchos expertos en los últimos años a considerar las queratosis actínicas como carcinomas escamosos in situ por sí mismos. Es decir, que hay células cancerosas en ellos, aunque se encuentren tan solo en la capa más superficial de la piel».
Otro tipo de mancha por exposición solar es el cloasma o melasma, zonas hiperpigmentadas que aparecen en sobre todo en mujeres, en la cara y de forma simétrica y que están relacionadas con la exposición solar en el embarazo o la toma de hormonas. Tras el parto o dejar de tomar hormonas desaparecen espontánea y gradualmente. 
Otro tipo de manchas que son reflejo del fotoenvejecimiento son los léntigos solares simples, pequeñas áreas melanocíticas, es decir marrones, ovaladas y planas y de color uniforme que aparecen en la piel. «Muy comunes, estas manchas no son signo de ninguna enfermedad en sí mismas y no requieren tratamiento, pero, si aparecen, es conveniente acudir al dermatólogo para descartar otras patologías como el léntigo maligno, que es un tipo de presentación del melanoma», explica el doctor Maset.
Otro trastorno relacionado con la exposición solar es la fotosensibilidad. La mayor parte aparece como reacciones de enrojecimiento e inflamación en las áreas expuestas al sol y relacionadas con el uso de productos cosméticos (cremas, perfumes, gel de afeitado, por ejemplo). El sol puede modificar algunos componentes y producir esa alteración cutánea. También debe tenerse especial precaución a la exposición solar cuando se toman determinados medicamentos dado que estos podrían aumentar el riesgo de fotosensibilidad. 
«Por este motivo, es muy importante no exponerse al sol tras utilizar cosméticos, cremas o perfumes y seguir siempre los consejos de nuestro médico o farmacéutico sobre la conveniencia de evitar la exposición al sol cuando se toman determinados medicamentos. No obstante, una exposición responsable es nuestro mejor recurso para evitar los daños que el sol provoca en nuestra salud, bien sea el melanoma, otros tipos de cánceres cutáneos, quemaduras, signos de fotoenvejecimiento como la queratitis y los léntigos solares o reacciones de sensibilidad al sol», recuerda el experto de Cinfa.

Disfrutar con responsabilidad

1. No abuses del sol y evita la exposición en las horas centrales del día. Sobre todo, ahora que las temperaturas comienzan a elevarse, especialmente entre las 12 de la mañana y las cuatro de la tarde, un horario en el que los rayos solares son más fuertes. No permanezcas más de una o dos horas bajo el sol, y siempre bajo protección. 

2. Consulta los índices ultravioleta (IUV). Antes de la exposición al sol o una actividad al aire libre, conviene informarse sobre la intensidad de las radiaciones a través de canales como la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet): a partir de un índice 6, el riesgo es alto y se deben extremar las medidas de fotoprotección.   

3. Utiliza un fotoprotector adecuado a tu fototipo y a las circunstancias de la exposición. No te apliques factor de protección inferior a 50 y elige productos cuyo envase especifique que protege de todos los tipos de radiaciones solares: la ultravioleta, la infrarroja y la visible. Póntelo media hora antes de exponerte al sol y reaplícalo cada dos horas y tras el baño o transpirar, acordándote de secar bien la piel antes. Elige, además, bálsamos labiales con filtros solares. 

4. Protege tu cuerpo con la ropa adecuada y usa sombrero. Para sobrellevar el calor e, incluso, proteger tu piel de lesiones por rozaduras, opta preferiblemente por prendas holgadas y ligeras de tejidos frescos y naturales, como el lino y el algodón, y colores claros. Respecto a la gorra o sombrero, uno de ala ancha proyectará también sombra a tu rostro y cuello.

5. Utiliza gafas de sol para evitar los daños oculares. Es necesario que ofrezcan una protección 100 por 100 frente a los rayos UV y, que solo se puede garantizar si están homologadas por la UE. Las que mejor protegen los ojos y la piel que los rodea son las gafas de tipo envolvente.

6. La sombra, tu mejor aliada. Resguárdate de los rayos del sol bajo los árboles o una sombrilla, pero no olvides que su protección no es total: deberás aplicarte fotoprotección igualmente.

7. Educa a tus hijos e hijas sobre la necesidad de protegerse del sol. Los menores de un año nunca deben ser expuestos directamente al sol y, cuando tienen dos o tres años, se deben extremar todas las medidas de fotoprotección (prendas de vestir, gorros y gafas de sol), así como el uso de fotoprotectores específicos para niños con SPF 50+ y el símbolo. Sobre todo, trata de concienciarles de los riesgos de las radiaciones.

8. Ten mucho cuidado con las salas de bronceado. El bronceado artificial no protege frente al fotoenvejecimiento y conlleva un riesgo de cáncer de piel, según la OMS.

9. Consulta siempre a tu médico o farmacéutico sobre los medicamentos que tomas. Ellos te informarán si pueden incrementar el riesgo de padecer fotosensibilidad en caso de exposición al sol. Además, lee cuidadosamente el prospecto y el etiquetado de cualquier producto de cuidado de la piel que estés usando.

10. No te expongas al sol con cosméticos. Evita aplicarte cremas hidratantes, perfume o tratamientos tópicos estéticos antes de la exposición al sol. Exponerse al sol con la piel limpia y tan solo el fotoprotector disminuye el riesgo de fotosensibilidad. Recuerda que la exposición al sol también ocurre en paseos y no solo al tomar el sol.