Un convenio de 120.000 euros permitirá arreglar tres iglesias

M.E
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La Diputación y la Diócesis vuelven a colaborar para la conservación de los templos rurales, este año para la rehabilitación de las iglesias de Velayos, El Herradón de Pinares y San Vicente de Arévalo

Un convenio de 120.000 euros permitirá arreglar tres iglesias

La Diputación Provincial de Ávila y el Obispado de Ávila han firmado un nuevo convenio anual para la buena conservación de iglesias y ermitas que está dotado con 120.000 euros y permitirá arreglar tres templos, los de los municipios de Velayos, El Herradón de Pinares y San Vicente de Arévalo. El convenio, con financiación a medias por las dos partes, fue ratificado por el administrador diocesano de la Diócesis de Ávila, Jesús García Burillo, y el presidente de la Diputación Provincial, Carlos García, quien habló de una colaboración "histórica" que se remonta más de 25 años atrás y que en este tiempo habrá permitido rehabilitar un centenar de iglesias de toda la provincia.

De esta manera, en las iglesias de Velayos y El Herradón de Pinares se van a rehabilitar las cubiertas de las naves centrales, con presupuestos de 60.000 y 40.000 euros, respectivamente, mientras que en San Vicente de Arévalo se a arreglar la cúpula de las dos torres gracias a una inversión de 20.000 euros.

El presidente de la Diputación explicó que, aunque las iglesias no sean BIC ni sean relevantes arquitectónicamente, sí lo son sentimental y socialmente, de ahí la importancia de atender a la conservación del patrimonio eclesiástico en las poblaciones rurales. A su juicio el convenio es "un ejemplo más del compromiso de las instituciones para preservar la riqueza de la provincia en edificios emblemáticos en los que varias generaciones, durante muchos años, han bautizado, casado y despedido a sus seres queridos", de ahí que abogara por "seguir trabajando" para el mantenimiento de este tipo de templos.

García Burillo, por su parte, mostró su satisfacción por firmar un convenio más y destacó que "las tres localidades elegidas este año por la comisión estarán muy felices de encontrar esta ayuda fruto de la colaboración entre la autoridad civil y la eclesiástica", una "ayuda real", dijo, para "las poblaciones rurales, que normalmente son las menos favorecidas", y para unos espacios "donde se ha realizado gran parte de la vida de nuestros pueblos", desde el nacimiento a la despedida. También destacó que esta colaboración se enmarca en el acuerdo entre el Estado y la Santa Sede en el ámbito de la enseñanza y los asuntos culturales, en este caso "al servicio de la preservación del patrimonio histórico-artístico de las iglesias", que es como decir "del bien común". 

Carlos García también apuntó que el beneficio también llega al territorio en forma de actividad económica, ya que normalmente las obras son ejecutadas por empresas locales o de la comarca. Además los proyectos "motivan e ilusionan siempre mucho a la parroquia y a los vecinos", añadió García Burillo, quien habló de que la elección de las parroquias entre todas las necesidades existentes en la provincia, que "son muchas", es siempre "un estímulo" y "genera vida".