«Pena» y «preocupación» en los conventos de Ávila

M.M.G.
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Las monjas de clausura de la Diócesis viven con tristeza la situación producida en el Monasterio de las Hermanas Pobres de Santa Clara de Belorado, en Burgos, y rezan para que todo se solucione de la mejor manera posible

«Pena» y «preocupación» en los conventos de Ávila - Foto: David Castro

No por estar en clausura viven ajenas a lo que ocurre fuera de sus hogares. Las 161 monjas que optaron en su día por vivir su fe recluidas tras los muros de un convento y con las que cuenta la diócesis de Ávila repartidas en 14 conventos contemplan con tristeza y preocupación lo que ocurre no muy lejos de sus casas, en el Monasterio de las Hermanas Pobres de Santa Clara, en Belorado, Burgos.

Cierto es que no se conocen en persona. Nunca han hablado con las religiosas que se han convertido en noticia al haber anunciado su ruptura con la Iglesia Católica y su rechazo a la figura del Papa. Y es harto improbable que algún día lo hagan. Pero las religiosas, también las de Ávila, y sobre todo las de clausura, sienten especialmente lo que está ocurriendo en el seno de la Iglesia. 

Apenadas, cómo no, están las Clarisas. Compañeras de carisma, -al menos hasta ahora- de las 'religiosas rebeldes', como se las ha bautizado en algunos medios, las Clarisas abulenses no quieren hablar para los medios. Y eso que son muchos, también a nivel nacional, los que han tratado de ponerse en contacto con ellas a través de la Oficina de Comunicación de la Diócesis.

Están consternadas. Y apenas comparten con Diario de Ávila su «pena y dolor» por lo que está ocurriendo. Aseguran conocer el caso y estar viviéndolo desde la distancia, y como lo haría «cualquier familia» en una situación similar: con esa tristeza de la que nos hablaban.

Y aunque no pertenezcan a la misma orden, las religiosas Carmelitas abulenses también aseguran compartir el dolor de sus hermanas Clarisas. Así nos lo comenta una de las hermanas que viven en el Convento de San José. «Todo lo que rompe la Comunión conRoma es muy triste», asegura esta monja, que nos atiende amablemente al teléfono desde la primera fundación de Santa Teresa. «Tenemos pocas referencias, pero es verdad que nos da mucha pena lo que está pasando.Rezamos por ellas», se despide.

Les cuesta mucho a todas ellas hablar del tema. Y se nota. En el caso del Monasterio de La Encarnación, otro de los conventos más importantes de Ávila, es su capellán, el Padre Arturo Díaz, el que ejerce de portavoz de las monjas Carmelitas que allí residen.

«Lo están viviendo con pena y preocupación», nos asegura el sacerdote, que nos descubre también que, en su caso, las hermanas están «bien informadas».De hecho, asegura, «a veces lo están más que nosotros», sorprende al referirse a los contactos que las monjas tienen con sacerdotes y obispos.

Para el Padre Arturo, es una lástima que toda esta polémica llegue justo unos días antes de la celebración de la Trinidad, fiesta dedicada a la vida contemplativa. «Ellas están rezando mucho», se despide de nosotros.

Como rezando están también las hermanas Agustinas del Monasterio de la Conversión, en Sotillo de La Adrada. Allí hablamos con la Madre Prado, que como Madre Federal de su congregación asegura imaginar cómo se estará sintiendo en estos momentos la Madre Federal de la Clarisas en esa zona.

«Lo estamos viviendo con muchísima preocupación y enorme dolor», comienza su conversación con Diario de Ávila la religiosa, que ante todo quiere recalcar que resulta evidente que no tenemos toda la información de lo que está sucediendo. «Sabemos lo que ellas están contando, pero lo están contando mal», dice la Madre Prado.«No se ajustan a preguntas concretas que todos les tendríamos que hacer», abunda en este sentido, y se muestra tajante al asegurar que «su salida al exterior (se refiere a la de las hermananas burgalesas) nos está pareciendo pobre y mediocre».

En su argumentación, la Agustina considera que «ya es duro que estas mujeres se decanten por una persona excolmulgada (en referencia al obispo excomulgado Pablo de Rojas) y que no da una credibilidad».

Pero, con independencia de todo esto, a la Madre Prado le aflige el que, como hermanas que son las monjas burgalesas, «dentro de un tiempo, se encuentren en un fracaso total, en aislamiento. Porque es una pena que una vida así se trunque y fracase».

«Nos duele lo que dicen contra elVaticano, contra la Iglesia y contra el Papa», prosigue hablando, y va más allá al asegurar que todo lo que están diciendo, también en los medios, «denota falta de formación» y una «abducción por una persona excomulgada».

«Estamos rezando muchísimo, porque es un problema muy grave que denota muchas deficiencias», se despide de nosotros.

Fundación Summa Humanitate. Diario de Ávila ha querido conocer también la opinión de Agustín de Asís, director general de la Fundación Summa Humanitate, entidad sin ánimo de lucro formada por laicos católicos y cuya principal misión es apoyar las obras socio sanitarias de la Iglesia y de velar por las religiosos de vida contemplativa.

Las palabras del principal responsable de este onubense afincado en Ávila coinciden en gran medida con la de las hermanas. «Estamos sorprendidos, porque es algo que no se esperaba nadie», confiesa. Buen conocedor de la vida contemplativa,De Asís explica cómo en la fundación que él dirige están apenados, rezando y a la espera. «Hay que esperar a la investigación que está haciendo el Obispado», asegura.

Y espera también De Asís «que las hermanas de esa comunidad estén bien informadas y conozcan las consecuencias de cualquier decisión que puedan tomar.Que puedan decidir libremente». Piensa, sobre todo, en las religiosas de más edad que se están viendo en «una situación tan singular» después de haber dedicado toda una vida a la oración.

«Tenemos que tenerlas muy presentes. Y rezar por todas ellas, al igual que ellas han rezado por todos los demás toda su vida», concluye De Asís.