4 obras de Aldeavieja, restauradas y expuestas en el Prado

B.M
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La exposición 'Herrera el Mozo y el Barroco total' se puede visitar en el edificio Jerónimos de la pinacoteca hasta el 30 de junio, con una importante presencia abulense que da información sobre la creación del artista

4 obras de Aldeavieja, restauradas y expuestas en el Prado - Foto: Otero Herranz, Alberto

Ávila está muy presente en una nueva exposición del Museo Nacional del Prado. En este caso se trata de la muestra 'Herrera el Mozo y el Barroco Total', que presenta a uno de los artistas «más singulares e innovadores del Barroco en España» y donde la presencia abulense es a través de cuatro obras de Aldeavieja, restauradas y expuestas en una muestra que se puede visitar hasta el próximo 30 de junio en la sala C del edificio Jerónimos de la pinacoteca nacional.

Estas obras se custodian en Aldeavieja y han sido restauradas en los talleres del museo. Son reflejo de una época, de aquel tiempo de Luis García de Cerecedo, tratante de caballerías y natural de Aldeavieja, que fundó en 1653 en la iglesia de San Sebastián de la localidad su capilla funeraria. Fue Francisco de Herrera 'el Mozo' el autor del lienzo principal del retablo, el 'Sueño de san José'. Además, las pinturas del retablo de la ermita de Nuestra Señora del Cubillo también se encomendaron a Herrera, lo que demuestra el prestigio alcanzado por el artista, reclamado también por la clientela privada. Tanto el 'Sueño de san José' como los cuadros del retablo de la ermita del Cubillo han sido restaurados expresamente para esta exposición, lo que ha aportado una información fundamental para conocer el proceso creativo del artista.

«Puede afirmarse sin temor a exagerar que de esta exposición emerge un Herrera 'el Mozo' totalmente novedoso», afirma Miguel Falomir, director del Museo Nacional del Prado. Lo hace a través de una selección de obras que permite mostrar al público a un artista integral que fue pintor, dibujante, grabador, escenógrafo, arquitecto inventivo y diseñador.

La exposición reúne en el Prado lo más importante de su producción, destacando el 'Sueño de San José' llegado desde Ávila, cuya restauración, dice el museo, ha significado literalmente la resurrección de esta pintura.

Esta obra es un óleo sobre lienzo de 1662 y constituye el lienzo titular del retablo dedicado a san José en la capilla funeraria fundada por Luis García de Cerecedo en la iglesia de San Sebastián de Aldeavieja. 

Según explican desde el Prado, la reciente restauración de la obra permite apreciar «la factura vaporosa fruto de una pincelada suelta, arrastrada, rápida y vibrante ejecutada con un pincel de cerdas largas y gruesas, algunas de las cuales todavía se pueden ver adheridas a la pintura.

Esta pincelada suelta contribuye a aumentar el efecto de una pintura que ha de ser contemplada a cierta distancia por el lugar que ocupa en el altar mayor. Gracias a la restauración, resulta muy llamativa la iridiscencia de la capa verde azulada traslúcida de la coraza del ángel gracias al uso de la malaquita, del esmalte y del sulfato de cobre con baja proporción de albayalde que tanto aquí como en los lienzos de la ermita del Cubillo se emplean con gran generosidad y efecto; de igual modo, deslumbra el colorido rosáceo de las telas flotando al viento y que destaca aún más junto al color calabaza del tejido que se enreda en la pierna y los brazos del ángel. El uso del color es uno de los aspectos que contribuyen a valorar lo que supone la recuperación de este monumental lienzo para la historia de la pintura española; como también el uso de la luz, otro de los recursos habituales en Herrera, quien lo volvió a emplear aquí con gran efecto a través de los rayos lumínicos que emanan del Espíritu Santo inundando de claridad la composición». El lienzo, que presenta un añadido en su parte inferior, ha recuperado el paisaje original que ideó Herrera.

Además, la exposición cuenta con otras tres obras de la ermita de Nuestra Señora del Cubillo, todas ellas óleos sobre lienzo y de los años 1665-66. Se trata de 'San Luis rey de Francia', 'San Antonio de Padua con el Niño Jesús' y 'Descanso en la huida a Egipto'.

En sus disposiciones testamentarias, la voluntad de María Antonia de Herrera, esposa de Luis García de Cerecedo, era realizar el retablo del altar mayor de la ermita de Nuestra Señora del Cubillo y dedicarlo a la Virgen, por la que sentía una profunda devoción.

Este retablo presenta a un lado y otro de lo que sería el camarín, los lienzos de los santos patronos del matrimonio, San Luis rey de Francia a la izquierda y San Antonio de Padua a la derecha. La parte central del banco se adorna con la escena del 'Descanso en la huida a Egipto', obras de Francisco de Herrera el Mozo.

Aquí, cabe destacar la importante restauración, llevada a cabo por María Álvarez Garcillán, en 'Descanso en la huida a Egipto'. La obra ha recobrado su colorido primigenio y permite leer correctamente la pintura. Como consecuencia de esta intervención, se ha revelado el colorido del paisaje, donde el uso de la malaquita juega un papel decisivo.