Ivan y Andrea son dos de los residentes de la residencia juvenil Profesor Arturo Duperier, que está en pleno funcionamiento con 59 de sus 60 plazas ocupadas. Ellos fueron los encargados de hacer de improvisados guías en la visita que realizó la directora general del Instituto de la Juventud, Estela López, a las instalaciones. Estos jóvenes, llegados de Santander y Oviedo, son un ejemplo de quienes están en este centro, principalmente con alumnos que estudian Enfermería, Magisterio de Educación Infantil y Primaria y Fisioterapia, según explicó la representante de la Junta de Castilla y León, que estuvo acompañada por el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández, y el diputado de Cultura, Patrimonio, Juventud y Deporte, Eduardo Duque.

El centro abulense tiene 60 plazas divididas en 30 habitaciones dobles con baño incorporado, incluyendo para personas para movilidad reducida. De los 59 usuarios de este curso, 27 son antiguos residente, todos ellos contando a su disposición de diferentes servicios como pista polideportiva, aparcamiento, gimnasio, dos salas de estudio, salón de usos múltiples, sala de televisión y convivencia y lavandería. Destacó Estela López, la «cocina abierta todos los días del año,  con productos de proximidad y el acceso wifi para todos los residentes».

La residencia ocupa dos de las cuatro plantas que tiene el edificio, que cuenta con 20 trabajadores entre personal de administración, de servicios, de cocina y ordenanzas, con una apertura de 24 horas al día.

Se habló principalmente de la «apuesta de la Junta por las familias» porque «desde 2013 los precios públicos están congelados. Pese a la subida de precios de este año estamos apostando por los jóvenes, bonificamos a determinados colectivos, jóvenes de familias numerosas, deportistas, víctimas de violencia de género o terrorismo o con trayectoria académica excelente. En este centro el 19 por ciento de residentes tienen algún tipo de bonificación».

En el mismo centro hay también un albergue juvenil, a disposición de los jóvenes «para alojarse o realizar actividades a un precio mínimo». Cuenta con 16 habitaciones dobles, una dedicada a personas con movilidad reducida, que se ubican en la tercera planta del edificio.

Desde la Junta de Castilla y León se recuerda que se abrió en 2020, en plena pandemia, por lo que no ha sido hasta el verano de 2022 cuando ha podido utilizarse sin restricciones para desempeñar su función como albergue. Cuenta con  instalaciones entre las que destacan el servicio de comedor y cocina, de recepción 24 horas, de limpieza, pista polideportiva y lavandería.

Hay que tener en cuenta que la propia zona de residencia  «durante el periodo estival, tiene como destino el alojamiento de alberguistas y grupos organizados, actuando como albergue de temporada».

En realidad, la provincia de Ávila cuenta con dos edificios que albergan tres instalaciones juveniles de titularidad de la Junta de Castilla yLeón. Se trata de la propia residencia y albergue Profesor Arturo Duperier, además de la «joya» del albergue de Navarredonda de Gredos. Entre las tres instalaciones suman un total de 55 plazas.

Dada la importancia de este servicio residencial para los estudiantes que no viven en la misma localidad en la que deseen realizar sus estudios, el Gobierno autonómico lleva a cabo medidas para favorecer el acceso de todos los jóvenes que lo necesiten. Por una parte, se reservan plazas para determinados colectivos, como jóvenes en situaciones desfavorecidas, participantes en programas de integración, mujeres jóvenes víctimas de violencia de género, jóvenes miembros de unidades familiares en las que alguno de ellos tenga la condición de víctima de terrorismo, familias numerosas o jóvenes deportistas, participantes en programas de movilidad e intercambios y descendientes de castellanos y leoneses residentes en el extranjero. También se reservan dos plazas en cada residencia para jóvenes con trayectoria académica excelente y otras dos  plazas para colaboradores.

En cuanto a los precios, se ajustan a la situación personal y familiar de cada residente, aplicando bonificaciones sobre el precio máximo en función de la capacidad económica de la unidad familiar del residente.