El Ayuntamiento se acerca a las cien bodas y bate su récord

Mayte Rodríguez
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Pese a que son nueve los espacios municipales que pueden albergarlas, el salón de plenos acoge tres de cada cuatro ceremonias nupciales

Una de las bodas celebradas en el Ayuntamiento de Ávila. - Foto: Jonathan Martín

Aunque la temporada alta de bodas ya ha concluido, en el Ayuntamiento de Ávila siguen celebrándose enlaces civiles. Y es que el Consistorio no solo gana peso como espacio de celebración de ceremonias nupciales sino que en este 2023  ha batido su propio récord.  Si en el año 2013, hace justo una década, se celebraron 56 matrimonios  en el Ayuntamiento, en este 2023 ya son 91 pese a que el año todavía no ha concluido. Y las que quedan porque este mismo sábado hubo boda en el Episcopio, uno de los espacios municipales a disposición de la ciudadanía para celebrar su boda.

El Salón de Plenos sigue siendo el lugar favorito para ceremonias nupciales. Allí celebraron su boda tres de cada cuatro parejas que se decantaron por el Ayuntamiento de Ávila para casarse  pese a que hace ya once años se amplió el número de espacios  municipales habilitados para celebrar este tipo de ceremonias. Así, a disposición de las parejas hay nueve lugares más para celebrar la ceremonia civil con toda la pompa y la solemnidad, todos ellos espacios patrimoniales: unos a cubierto, como es el caso de los palacios de Superunda y Los Verdugo o el Auditorio Municipal de San Francisco, otros al aire libre, como la plaza Adolfo Suárez, los Jardines de la Viña, el acceso a la Muralla o la mismísima explanada de los Cuatro Postes con esa vista privilegiada de Ávila de fondo. De hecho, fue este lugar el primer espacio municipal fuera del Salón de Plenos que albergó una boda en el año 2012. En este año se han celebrado allí cinco bodas, el mismo número que en el Palacio Superunda-Caprotti. Si exceptuamos el Salón de Plenos, donde hasta ahora ha habido 69 ceremonias nupciales en este año, el espacio favorito -aunque muy de lejos- es el Jardín de la Viña, un lugar en contacto con la naturaleza que en primavera resulta especialmente agradable y, además, por su ubicación garantiza bastante el anonimato pese a ser un lugar público. 

De los nueve espacios municipales habilitados por el Ayuntamiento de Ávila para la celebración de bodas, el único en el que hasta el momento no se ha producido ningún enlace es el acceso a la Muralla de Ávila desde la calle Marqués de Santo Domingo. 

El carácter monumental de Ávila, Ciudad Patrimonio de la Humanidad marcada por el románico de sus iglesias, propicia ciertas singularidades en determinadas bodas. Y es que algunas parejas se han casado aquí ataviadas con indumentaria medieval, muy en consonancia con la estética del centro histórico. Así ocurrió no solo en la primera boda celebrada fuera del Ayuntamiento -en los Cuatro Postes, que acabamos de mencionar-, sino también por ejemplo un enlace que tuvo lugar en la plaza Adolfo Suárez, junto a la Muralla de Ávila. Allí, una pareja de alicantinos contrajo matrimonio ataviados al más puro estilo medieval, espíritu que supieron contagiar a buena parte de sus invitados. «Habían viajado a Ávila el año anterior con motivo de las Jornadas Medievales y les gustó tanto la ciudad y el ambiente que no solo decidieron venir a casarse aquí, sino hacerlo vestidos con ropas inspiradas en esa época», nos cuenta Javier Ajates, el concejal del equipo de Gobierno actual que más bodas ha oficiado hasta la fecha. Dieciséis lleva en lo que va de año, en el que ha superado las doce que presidió en el año 2022, en el que también ostentó el récord. 

Cada uno de los 25 concejales de la Corporación tiene la potestad de casar. Tanto él como la teniente alcalde de Servicios Sociales, Paloma del Nogal, que hoy nos brindan sus testimonios como oficiantes en estas ceremonias, coinciden en que presidir un enlace matrimonial «es de las cosas más bonitas y gratificantes que tiene ser concejal del Ayuntamiento». Eso sí, los ediles tienen organizado el reparto de enlaces a través de un cuadrante en el que figuran todos los fines de semana, pero el hecho de que ambos estén liberados da lugar a que tengan «más disponibilidad que el resto de los compañeros para casar, sobre todo entre semana», apuntan. Y es que aunque el imaginario colectivo sitúe las ceremonias nupciales los sábados, lo cierto es que «el 80% de las bodas» que se celebran en el Ayuntamiento y sus espacios municipales representan «un mero trámite, un paso obligatorio para poder hacer la celebración el fin de semana más cercano, ya con todos los invitados y de una forma más solemne, que es para ellos la ceremonia importante», apuntan ambos concejales. De hecho, el casamiento civil imprescindible no lleva «más de tres minutos, que es lo que tardas en leer los artículos» del Código Civil preceptivos. «Hay novios que se lo toman como burocracia sin más, vienen entre semana, prácticamente solos y no traen ni los anillos», añaden. 

Por supuesto, también hay parejas que preparan la ceremonia civil con esmero y se hacen acompañar por los invitados, de modo que antes y después de la lectura de los artículos obligatorios escenifican todo un rito, cada uno a su estilo, en el que hermanos, amigos u otros allegados pronuncian unas palabras sobre los novios, muchos de los cuales también expresan públicamente sus votos durante el casamiento. También hay quienes amenizan la ceremonia con música en directo según sus gustos, que abarca opciones tan dispares como un coro rociero o un cuarteto de música de cámara. «Para este tipo de bodas solemos reunirnos con la pareja una o dos veces antes de la ceremonia y en esa reunión nos cuentan cómo va a ser  para que nosotros sepamos cuándo tenemos que intervenir», detalla Javier Ajates. «También hay rituales de casamiento ya establecidos, como el de la rosa, el de la arena, ... y en torno a ellos gira la ceremonia», apostilla Paloma del Nogal, que atesora un sinfín de anécdotas en su papel de oficiante de bodas.  

Los concejales no solo casan, en muchos casos son ellos mismos quienes, tras la ceremonia que han presidido, acaban inmortalizando a la pareja una vez convertida en matrimonio oficial haciéndoles fotografías con los teéfonos móviles. «Hacemos lo que haga falta, lo que ellos nos digan», coinciden ambos. Incluso aportan detalles personales. Paloma, por ejemplo, suele leer un poema que a ella le gusta especialmente. 

Pero no todos los recuerdos son bonitos. A Javier Ajates hasta le ha caído alguna bronca. No se le olvida. «Fue en la explanada de losCuatro Postes, yo llegué allí y el padre del novio me increpó y decía que quería denunciarme por casarles ... Yo no entendía nada y es que resulta que a los padres les habían avisado de la boda la noche anterior, de ahí el enfado ...», rememora. 

Por supuesto, también han casado a personas allegadas a ellos, familiares y amigos. Pero en el recuerdo tienen aquellas que fueron singulares. A Paloma del Nogal no se le olvida la segunda que presidió, de «dos chicas maravillosas». Y Javier tiene muy presente la ceremonia nupcial que ofició entre una pareja de «polacos» en la que, evidentemente, tuvo que intervenir un traductor.

Como decimos, ambos acumulan muchas anécdotas porque son los concejales que más han oficiado, pero el récord de bodas en un solo día lo tiene el concejal de Cultura, Ángel Sánchez, que en un mismo día (el sábado 23 de septiembre) presidió cinco bodas en una sola mañana. Una cada media hora. 

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