Jubilarse es, cuando uno llega a cierta edad, un deseo para la mayoría de los trabajadores y pocos son los que siguen trabajando una vez que llega la edad para poder dejar de hacerlo. Menos aún los que lo hacen por 'amor al arte' y con el único objetivo de compartir su experiencia y no desvincularse del todo de la actividad profesional que han ejercido durante décadas. Es el caso de los tres docentes abulenses (84 en el conjunto de Castilla yLeón) que pese a estar jubilados este curso han solicitado participar en el programa de la Consejería de Educación que regula la figura del profesor honorífico colaborador. Un programa que se puso en marcha hace ya siete cursos y que «refuerza el modelo de formación del profesorado de Castilla y León, basado en la colaboración y el trabajo en equipo» y mediante el cual docentes jubilados participan en distintos proyectos en colegios e institutos de la Comunidad.
Todos los docentes jubilados, menores de 70 años, que hayan prestado sus servicios durante un mínimo de 25 años pueden participar en este programa que de cara al próximo curso fija como plazo máximo de solicitud hasta el 30 de septiembre.
La actividad docente del profesor honorífico colaborador tiene carácter excepcional y solo podrá realizarla acompañado de un profesor titular, existiendo dos vías para participar. Así, puede hacerlo mediante una colaboración abierta, en la que los docentes asesoran a los profesores en activo como expertos en alguna de las líneas que marca la convocatoria, o concreta, en este caso llevando a cabo un proyecto elaborado por ellos para desarrollar en un centro determinado.
Para difundir y compartir los contenidos y objetivos de estos, la Consejería de Educación ha creado una red de profesores honoríficos con un espacio colaborativo.
María Luisa Palma se jubiló el 24 de septiembre del año pasado tras más de cuatro décadas dando clases en el IES Vasco de la Zarza. En agosto esta catedrática de Física y Química ya había solicitado participar en el programa de profesores honoríficos colaboradores de la Consejería de Educación. «Es una forma de no desvincularme de la enseñanza, de mis compañeros y de los alumnos», explica esta profesora jubilada al hablar de las motivaciones para seguir ligada al instituto donde dio clase durante 42 años y en el que impulsó, junto a sus compañeros de departamento, proyectos e iniciativas que a día de hoy siguen en marcha. De hecho, el proyecto que presentó a la Consejería de Educación para ser profesora honorífica colaboradora estaba orientado a participar en varios proyectos, en este caso en la organización de las Jornadas de Astronomía, en la actualización de la web del departamento de Física y Química, en el programa de prácticas que los alumnos de Bachillerato desarrollan en la Escuela Politécnica de la USAL en Ávila y en la UCAV y sobre todo en la organización de la Semana de la Ciencia de este IES, que se celebró del 20 al 29 de marzo. «Casi me veían más por el instituto que por casa», asegura al hablar del tiempo que ha dedicado este curso a organizar esta actividad que «lleva muchísimo trabajo».
«Este programa te permite seguir yendo al instituto para llevar a cabo proyectos concretos», explica María Luisa para hablar de una experiencia que «da la posibilidad de seguir trabajando en lo que te gusta y de compartir la experiencia de años». «La gente no está acostumbrada a este tipo de experiencias, y a muchos les llama la atención», afirma refiriéndose a todas esas personas que no entienden como tras jubilarse sigue yendo de vez en cuando a un instituto que sigue sintiendo como 'suyo'.