La historia de El Hoyo la marca un reloj

B.M
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El Hoyo de Pinares está en plena celebración de sus 750 años, aprovechando para restaurar el reloj de la iglesia y contar con un carillón

La historia de El Hoyo la marca un reloj

Cumplir 750 años bien merece una celebración y El Hoyo de Pinares lo está festejando por todo lo alto. En los últimos días se ha visto como se inauguraban esculturas, se presentaban canciones o se creaba un cómic, todo para recordar este aniversario tan especial. Pero hay más cosas que quedarán en el recuerdo de estos 750 años y llegan desde las manos de José Luis Pérez Sanz, que se ha encargado de restaurar el reloj de la iglesia y ha trabajado en el diseño, programación y colocación de las nuevas campanas.

Pérez Sanz fue Premio Cultura y Deportes de El Hoyo de Pinares ya que fue Campeón del Mundo de Tiro al Plato y Olímpico.

Su afición por los relojes es bien conocida y él mismo recuerda cómo ha ido a mercadillos y adquirido relojes de más de cien años que ahora están funcionando en su casa. «Soy aficionado a los relojes desde siempre»,  dice, y con este bagaje emprendió la tarea de restaurar el reloj de la iglesia de El Hoyo de Pinares.

Este reloj tiene, explica, unos 140 años aproximadamente y se encontraba «en un estado demencial». Esto se debe a que en aquella época los relojes «se engrasaban con lo que había, generalmente aceite de oliva», y esto ha hecho «que se vaya pegando, que quede adherido y ya ni engrasa ni nada». Además han sido «muchos años sin engrasarse, con el desgaste», lo que hace que «se adelantara o se parara». Por eso, su labor ha sido «restaurar pieza a pieza» y son «668 piezas», con un trabajo de dos meses que hace que ahora esté «funcionando perfectamente», aunque haya sido necesario también fabricar piezas nuevas, de lo que también se ha encargado porque con el estado en que estaban «no había marcha atrás».

Le gusta la maquinaria, explica, de ahí su afición por los relojes, pero en realidad su contribución a los 750 años ha ido más allá. Su segundo destino es un carillón, una idea que surgió estando hablando un día con el alcalde de El Hoyo de Pinares, David Beltrán, en su casa. Lo que surgió de aquel encuentro es que se propuso montar estas campanas en el pueblo y se encargaron a una fundición de Castilla y León. Él se encargo del programa para los microcontroladores.  Se trata de un carillón «especial» porque no suena desde las 12 de la noche hasta las 8 de las mañana para no molestar, una idea que también se trasladó al reloj en este horario, para un sonido más bajo. De todo este proceso, enmarcado en el aniversario de El Hoyo de Pinares el alcalde del municipio asegura que «restaurar nuestro patrimonio es dar más valor a lo nuestro y dejar un legado».