El ciclo 'El periodismo a través del cine', con el que la Asociación de Periodistas de Ávila, en colaboración con la Biblioteca Pública de la Junta de Castilla y León, aproxima a la sociedad abulense la realidad del mundo de la prensa desde diferentes perspectivas y aprovechando los muchos acercamientos que a esa profesión ha hecho el séptimo arte, vivió este jueves la segunda de sus cuatro citas, protagonizada por el periodista José Pulido, redactor y director de RNE en Ávila durante muchos años, y actualmente presidente de la Asociación de Periodistas.

Eligió José Pulido para esta cita un tema tan interesante, siempre de actualidad y quizás un poco más ahora que se acercan unas elecciones, como el de 'Periodistas y la relación con los poderes políticos', una charla que derivó en coloquio y que llegó después de la proyección de la película La sombra del poder, de Kevin Macdonald.

Tras visionar ese largometraje, que desarrolla una historia que relaciona a un periodista y un político que se ve envuelto en un asesinato, todo ello imbricado en un triángulo amoroso, José Pulido explicó, en su intento de «dar unas pinceladas básicas» sobre el tema elegido, que «esa relación entre políticos y periodistas comienza con el nacimiento del periodismo moderno, que coincide con el nacimiento de la política moderna», momento que situó en «el siglo XVIII, en la época de la Ilustración y el comienzo de las grandes revoluciones, y que luego se desarrolla en el XIX y el XX, siglos de revoluciones políticas».

Entrando más al detalle, defendió que «el desarrollo político de la revolución francesa no se puede entender sin el periodismo; por ejemplo Marat, que era uno de los líderes de los jacobinos, tenía un periódico que servía para generar opinión en unos momentos en los que la información era más bien escasa y lo que se quería era crear opinión, y también tenían sus periódicos los monárquicos, y los girondinos; es decir, que cada partido político se apoyaba en un periódico. Incluso los ingleses, que tienen su revolución en el siglo XVII, ya hacen lo mismo, se crea un sistema de partidos repartido entre liberales y conservadores, y cada uno tiene su periódico, en un momento en el que nace un periodismo muy potente, muy político, que se dedica al mismo tiempo a informar a la gente y a crear opinión».

Defendió José Pulido la idea de que «el periodismo moderno y la política moderna nacen juntos y se desarrollan juntos; ha habido siempre una relación muy estrecha entre ambos, y por lo tanto una relación de amor y de odio: el político intenta controlar, vigilar y manipular la información en su beneficio, y el periodista trata a su vez de apoyarse en el político para conseguir información y transmitirla de la forma más honesta posible, y entre ambos se genera una relación a veces muy complicada».

Lo idóneo para que el resultado de esa interacción fuese la mejor para la sociedad, añadió, «sería que fuera una relación honesta entre el político (que es un hombre de ideas y de acción, que tiene que realizar una gestión política y siempre debería ser honesto cuando se dirija a la prensa para intentar contar la verdad, por lo menos hasta donde pueda) y el periodista (que tiene la obligación de contar la verdad sobre la historia que aborda, de contrastar los hechos, de dar la mejor información a sus lectores, y cuando hace opinión tiene que tratar de ser honesto y coherente en la defensa de esas ideas».

Pero, apuntó a continuación, «como no vivimos en el mundo de Yupi sino en la realidad, hay manipulación del político en el mundo del periodismo, intento de comprar poder, y eso crea un periodismo de trinchera; hay también periodistas que se meten en política o líderes de prensa que desde un medio de comunicación, sin pasar por las urnas, también hacen política… hay una continua mezcla, una invasión de terrenos que crea situaciones muy complejas».