Tiempo de recolección de judía, con la vista en el cielo

I.Camarero Jiménez
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Podrá ser una cosecha «como mucho normal» si las lluvias no se perpetúan y «se abren ventanas» para que se acaben de secar las vainas

Tiempo de recolección de judía, con la vista en el cielo

Los técnicos, los agricultores y en definitiva, los profesionales que están detrás de la IGPJudía de El Barco no pueden por más que mirar al cielo. Está claro y quizá este año más que nunca aquello de que «nunca llueve a gusto de todos». 

La cosecha tenía que estar ya prácticamente recogida, pero va tardía. Las lluvias a destiempo obligaron a posponer la siembra y, claro, la recolección llega con retraso y se podía dar la situación que tenemos encima y ésa es la de un frente con lluvias que podría complicar el resultado final.

Cuenta el director técnico de la IGP, Nicolás Armenteros que tiene la esperanza de que «la lluvia no se perpetúe, se abran ventanas que propicien que lo que queda por recoger pueda acabar de secarse y orearse». Es necesario porque todavía hay vainas que están verdes.

Hay parcelas en las que se ha empezado a recoger porque «se va secando la judía a corros» pero hay zonas que están verdes, del mismo modo que hay parcelas que aún no se han secado en ningún caso. «La recolección ha empezado de forma escalonada y a medida que se va secando». Es normal porque «esto no es un cultivo de secano, no se trata de que llega el verano hace tres días de calor y está, no». Así pues queda mucho trabajo por delante, se arrancó lo seco y se espera el resto. Lógicamente no se puede recoger verde y mezclar. Estimaba Armenteros que el puente del Pilar iba a dar el pistoletazo definitivo, pero ahí ya llovió y con lo ocurrido el jueves de la semana pasada, con más de 60 litros caídos en la zona de El Barco, pues se ralentiza aún más. 

No pierde la esperanza en que las precipitaciones paren. Aunque lo haga, no será ya una cosecha extraordinaria, pero podría ser «normal» si el cielo se despeja. Además «teníamos una judía bastante maja, con un color precioso».

En esta ocasión, la lluvia ha llegado cuando tenía que llegar (estamos en otoño) pero está afectando a la cosecha porque venía tardía, con mes y medio de retraso y «sabíamos que nos podíamos encontrar con esta situación». Recuerda que el verano ha perdurado. «Nos hubiera venido bien otras dos semanas sin llover o que lo hubiera hecho más en septiembre» sintetiza, pero es lo que hay.

Asegura que la judía que está sin arrancar puede aguantar bien porque no está tocando el suelo que es lo que trasmite la humedad. Entonces si no llueve y orea no pasará nada. El problema llegaría si se echa encima noviembre sin haber secado y llegan las heladas. O si se perpetúan las lluvias que acabarían afectando a las vainas. Eso para la judía que siempre es más delicada porque  para el judión en principio no habrá problema, es más duro, la humedad es más difícil que traspase la vaina y además está «entutorado» lejos del suelo que le transmitiría la temida humedad.En cualquier caso esta variedad se empieza generalmente a recoger en octubre y acaba en diciembre tanto porque aguanta más como por el hecho de que todo se recoge a mano y prolonga la recolección. 

Volvemos a la judía, las previsiones de lluvia han hecho que llegue esa recogida escalonada para que lo que ya estaba seco no se malograra, si bien es más normal y dado que se puede hacer con maquinaria esperar a que toda la parcela esté para recoger y meter la máquina para todo. No ha podido ser.  Lo dicho, toca mirar al cielo y esperar a que escampe y se pueda orear lo que queda en planta.Sólo después se podrá hablar de rendimientos por hectárea, como mucho será una cosecha normal.