Editorial

El Museo de Ávila ha sabido ser el museo de los abulenses

Diario de Ávila
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El Museo de Ávila ha sabido hacer causa común, convirtiéndose en la casa de todos los abulenses, a quienes invita a que acudan allí como visitantes no anónimos sino con protagonismo

Con más de medio millón de visitas desde el año 2012, teniendo en cuenta la reducción a cero o con tendencia a cero que durante muchos meses de 2020 y 2021 impuso la pandemia –y sin la cual la cifra sería significativamente mayor–, el Museo de Ávila, dependiente de la Junta de Castilla y León, se ha consolidado por méritos propios como uno de los enclaves culturales más importantes de la ciudad y la provincia de Ávila, un reconocimiento de creciente éxito que se ha consolidado sobre varias 'patas' que tienen como denominador común la calidad, interés y variedad de sus fondos y el esfuerzo que hacen sus responsables para que sean atractivos y cercanos para el público.

Es muy importante que una institución que lleva en su identidad el apellido de 'Ávila' haya sido capaz a lo largo de las últimas décadas, de la mano de varios responsables que han querido y sabido implicarse plena y eficazmente en esa labor, de consolidar con constante afán de crecimiento unos fondos riquísimos que nadie puede dudar que vienen a resumir lo más relevante del apasionante pasado abulense, apostando por dar importancia a lo más lejano pero también a lo más cercano, sabiendo que centrarse solamente en lo primero olvidando de lo segundo dejaría 'cojo' su afán.

Desde la prehistoria hasta casi el presente, pasando por los tiempos de la dominación romana, de los visigodos, de la Edad Media y de todos los periodos que vinieron después y que nos han hecho ser como somos ahora, el Museo de Ávila guarda, orgulloso y con mimo, un amplio puñado de los vestigios más señalados y hermosos de esa riqueza milenaria de la que tenemos que sentirnos orgullosos.

Pero no basta con guardar 'como oro en paño' esos pequeños o grandes tesoros y quedarse solamente en ese trabajo de conservación, que importante es para preservarlos de cara a las generaciones venideras, ya que tenerlos y no saber hacerlos valer a través del camino de compartirlos con quienes son sus directos herederos, y también por eso posiblemente sus más orgullosos defensores, sería dejar la labor a medias; y afortunadamente en eso también el Museo de Ávila ha sabido hacer causa común, convirtiéndose en la casa de todos los abulenses, a quienes invita a que acudan allí como visitantes no anónimos sino con protagonismo.

Visitas guiadas, jornadas de puertas abiertas, exposiciones y talleres, en los que también sabe hacer cantera implicando a los más jóvenes, son actividades que esta institución no deja de hacer para ser no solamente el Museo de Ávila sino también el Museo de los abulenses, el lugar en el que conocer nuestro pasado, para colmar una inquietud intelectual y, algo que es especialmente importante, para sentirlo como algo propio de lo que sentirnos orgullosos.