Última oportunidad para el clima

Agencias-SPC
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La Conferencia de Glasgow, que arranca este domingo, es el gran salvavidas para detener un calentamiento global que, de seguir aumentando, podría tener consecuencias fatales para el planeta

Última oportunidad para el clima - Foto: Siphiwe Sibeko

Este domingo arranca una de las últimas oportunidades para detener el calentamiento global y evitar que la temperatura suba más de 1,5 grados por encima de la época preindustrial. La reunión de Glasgow, conocida como la COP26, será determinante para lograr este objetivo, aunque muchos de los expertos que se darán cita en la Conferencia escocesa son pesimistas con los fines y los plazos alcanzados en el Acuerdo de París de 2015, lo primero porque no se está cumpliendo el cronograma previsto.

La resolución ratificada en la capital francesa hace seis años fue un pacto «agridulce», ya que «el cambio climático sigue ahí, tenemos que prepararnos para una carrera de fondo», explica el investigador del CSIC Fernando Valladares, en su repaso a los logros y retos de este convenio de cara a la COP26.

Aquel encuentro fue «esperanzador» porque estableció que «cada país debía auditar los Gases de Efecto Invernadero (GEI) que emite», y porque los firmantes se comprometían a seguir «un calendario de reducción de emisiones».

Sin embargo, no fue exitoso del todo porque aunque «se logró firmar el objetivo de no sobrepasar un ascenso térmico de 1,5 grados», el acuerdo «no era vinculante», lamenta Valladares.

Además, la economía más contaminante, China, «se puso de perfil en la anterior reunión, la de Madrid de 2019, y es posible que su presidente no acuda a la cumbre de Glasgow», una ausencia que «expresa cómo de prioritario es el cambio climático para sus dirigentes».

A pesar de ello, el científico explica que «China tiene en la actualidad un calendario verificable y realista de neutralidad para 2060» y aunque «quiere hacer la transición hacia energías más limpias», paralelamente «ha invertido importantes sumas en carbón», algo que se amortizará en los próximos años con una gran huella de emisiones».

La línea mortal

El legado de París es claro hacia las economías mundiales: el mundo no debe rebasar los 1,5 grados.

El investigador del CSIC advierte que «quizá no resulte tan obvio por qué un calentamiento superior a 1,5 puede ser tan crítico», pero ese umbral es una línea roja que «que está muy marcada en las agendas nacionales».

«Los esfuerzos que hay que hacer a nivel internacional para quedarse en 1,5 grados y no llegar a 2 son gigantescos», ya que una diferencia de medio grado implica «cientos de millones de personas afectadas por la subida del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos», asegura Valladares.

Una de las cuestiones que se quedó en el tintero de la última COP fue «el punto de los mercados de emisión, que está bastante estancado», aunque por otro lado el investigador afirma que «solo representan una pequeña parte de la solución».

Valladares asegura que «lo verdaderamente útil para disminuir la huella de carbono es una política ambiciosa de reducción de emisiones» que responda a tres incógnitas: «Dónde, cómo y cuándo» .

«La UE ha planteado un 55 por ciento de reducción de emisiones respecto a 1990, el Reino Unido un 70 por ciento y EEUU habla también de un 55 por ciento», pero «en España apuntamos a un 23 por ciento para 2030».

Sin margen de maniobra

Los expertos consideran que el planeta ya ha gastado demasiados cartuchos demorando un cambio real contra el cambio climático y que ya no quedan más avales para aplazar los compromisos adquiridos. «Necesitamos promesas firmes por parte de China, la India, Arabia Saudita, Sudáfrica y Brasil con respecto a un cambio a la energía limpia. Ya no hay margen de maniobra», afirma  Mary Robinson, ex alta representante de la ONU y defensora de la justicia climática.

Un informe respaldado por la ONU muestra que, a pesar de los compromisos de París y la reducción de emisiones por la pandemia, «las emisiones se están recuperando» y no están «ni cerca de los objetivos planteados». 

Por eso es tan importante la COP26. Como dice el secretario general de la ONU, António Guterres, en su afán de movilizar a los países más contaminantes,  por el momento «limitar el calentamiento a 1,5 grados es imposible, con consecuencias catastróficas para las personas y el planeta».