Las fuerzas y cuerpos de seguridad presentes en la provincia de Ávila realizaron 23 denuncias durante el primer fin de semana de entrada en vigor del toque de queda en Castilla y León, siete la Policía Local y 16 la Guardia Civil.
En el caso de la Policía Local, según informaron fuentes municipales, se realizaron dos denuncias por el incumplimiento del horario del toque de queda y otras cinco por no portar mascarilla o utilizarla de forma no conforme a la normativa establecida por la Junta de Castilla y León. El teniente de alcalde de Presidencia, Interior y Cultura del Ayuntamiento de Ávila, José Ramón Budiño , destacó de este primer fin de semana bajo las nuevas medidas el comportamiento «ejemplar» de la ciudadanía abulense. Igualmente, realizó un llamamiento a la «responsabilidad de todos» para cumplir con la normativa establecida, medidas que –señaló– se toman por parte de las autoridades competentes con el objetivo de frenar el número de contagios por Covid-19. Al respecto, recordó que la Policía Local permanecerá durante este periodo, que en principio se prolongará 14 días, realizando labores de vigilancia, control e información de las medidas establecidas por las autoridades competentes en materia sanitaria.
Por su parte, la Guardia Civil efectuó 16 denuncias en la provincia en este primer fin de semana del toque de queda, 11 en la noche del sábado y cinco este pasado domingo.
atestado por alcoholemia. También el fin de semana la Policía Local de Ávila instruyó atestado contra una conductora que circulaba en sentido contrario en una vía e iba bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Según fuentes municipales, los hechos tuvieron lugar hacia las 01,12 horas del pasado sábado, 24 de octubre, cuando una patrulla de Policía Local observó cómo un turismo circulaba en sentido contrario al estipulado en la calle Valladolid, en el tramo comprendido entre la calle Independencia y la avenida de Madrid. Los agentes pudieron comprobar que la conductora, de 25 años y vecina de Cuéllar (Segovia), presentaba síntomas y un comportamiento que permitían razonablemente presumir que había conducido bajo la influencia de bebidas alcohólicas, por lo que fue requerida para someterse a las pruebas de investigación de alcoholemia, que arrojaron un resultado altamente positivo.