La llegada de la primavera y de los primeros días de buen tiempo ha venido acompañada en el Museo de la Naturaleza ‘Valle del Alberche’, de El Barraco, de un buen número de actividades celebradas todas ellas al aire libre.

Como las primeras que estaban previstas para este recién estrenado mes de mayo: dos salidas al campo para niños y mayores con distintos ejes temáticos en función de las edades de los participantes.

Así, el sábado 1 de mayo un grupo reducido de amantes de la micología pudieron tomar parte de la jornada de campo ‘Hongos y setas de primavera’.

A lo largo de la mañana, los participantes pudieron recolectar distintas especies por praderas y bosque junto a la garganta de Iruelas.Concretamente, en la jornada, muy fructífera, se recogieron 45 especies distintas pudieron identificarse y otras cuatro a las que no se pudo poner ‘nombre y apellido’. 

Las cifras, por cierto, son las más altas que se recuerdan en el museo. De hecho, como aseguraban a Diario de Ávila los responsables de esta entidad, éste ha sido el año que más especies se han recolectado en primavera, desde que el Museo de la Naturaleza empezó a realizar esta salida de primavera.

En  una preciosa mañana sin lluvia y de temperatura agradable, los participantes en esta salida de campo también pudieron identificar flores y aves durante el agradable recorrido.

Y sólo un día después, el domingo 2 de mayo, tuvo lugar la jornada de campo infantil titulada en esta ocasión ‘Flores, Colores y Olores’. 

En esa ocasión, dedicada a los más pequeños de la casa, la actividad estaba centrada en las plantas aromáticas. 

una ‘escape room’. En ella, niños y monitores pudieron participar en una dinámica que no se había hecho nunca con los niños en el museo de El Barraco. Se trataba de un escape room en su modalidad de ‘Break Out’ Educativo para niños. 

Consistió en ir resolviendo puzzles y enigmas, encontrando tesoros y abriendo cajas sorpresa, con el fin de conseguir todos los recursos necesarios y elaborar con ellos una ‘Pócima Mágica’ en pequeños frasquitos.

Así los niños, pudieron interiorizar de una manera muy vivencial todos los contenidos trabajados previamente, aprendiendo a través de un método lúdico-didáctico muy proactivo. 

En definitiva, los seis participantes que estaban convocados al taller (una cifra muy baja al seguir el museo respetando unos aforos de actividades muy limitados por la prevención derivada de la situación pandémica que vivimos) pudieron pasar una mañana campera de lo más entretenida entre juegos y plantas aromáticas.