«Poco queda del Arévalo de principios del siglo XVI»

P.R.
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El historiador y comisario del proyecto 'El valor de la lealtad', David de Soto Pascual, retoma el ciclo de conferencias del V Centenario de los Comuneros

«Poco queda del Arévalo de principios del siglo XVI»

El historiador y Comisario de del proyecto ‘El valor de la lealtad’, David de Soto Pascual prosiguió el ciclo de conferencias con motivo del V Centenario del Movimiento Comunero en Arévalo. Habló en su conferencia de la situación en la que se encontraba Arévalo a principios del siglo XVI, tanto urbanística como socialmente. Trató sobre la situación del urbanismo en Arévalo y como eran sus defensas; cómo era su gobierno y socialmente también abordó algún aspecto importante. Otro de los aspectos que no podía faltar en esta conferencia era la relación de alguno de los personajes más relevantes de Arévalo en ese momento con Juan Velázquez de Cuéllar, que es el centro del centenario, el personaje elegido en el proyecto como hilo conductor, su rebelión y sus consecuencias en la guerra de las comunidades.

Arévalo en el siglo XVI tendría unos 3.500 habitantes. La ciudad estaba totalmente amurallada, sobre lo que también habló el conferenciante y de por dónde discurría esta defensa, cuáles les eran sus accesos, en qué estado se encontraba en 1516, en el momento de la rebelión de Arévalo. También profundizó en los edificios principales de Arévalo en ese momento y dónde estaban situados: palacios, edificios religiosos mudéjares o judíos. También se refirió al entramado urbano de la población y las diferencias que había con el Arévalo de hoy. En cuanto a estas diferencias destacó que el Arévalo de aquel momento se componía de una serie de palacios de los cuales hoy se conservan solo unos pocos, porque principalmente porque la zona norte de lo que hoy es el casco antiguo, que entonces era la villa, está actualmente despoblada. «Aquí la arqueología tiene mucho que decir y las calles que estaban en esa parte norte de Arévalo han desaparecido. Fue esta zona norte de Arévalo el principal escenario del paso de tropas, capitanes de guerra, y de las divisiones del momento. Muchos de los regidores del concejo en el siglo XVI tenían sus palacios en esa zona norte de Arévalo y en la zona que se conserva, pero se han perdido. El Arévalo de principios del XVI no es el mismo que el Arévalo de finales del siglo XVI. El Arévalo de finales del XVI, es el que hoy podemos ver. Los palacios que tenemos ahora son de después del levantamiento comunero. Son de la época del Renacimiento, del Barroco, el neoclasicismo incluso. Pero ese Arévalo no existía en ese momento de principios del siglo XVI: las torres eran diferentes, los palacios eran bastante más sobrios y con menos decoración».

Entre los muchos regidores que pasaron por aquel ayuntamiento en esa época David del Soto destacó dos personajes. Uno es Luis de Montalvo, uno de los diez regidores que formaban el concejo de Arévalo. Uno de los personajes que parece que más problemas generó a la rebelión de Velázquez de Cuéllar, según consta en algunos documentos, fue Luis de Montalvo. A finales de 1516 envió «una carta a la Corona, en este caso el Rey estaba en Flandes y quien gobernaba era el cardenal Cisneros. El ayuntamiento de Arévalo eleva una carta a Cisneros quejándose de las obras defensivas que se están llevando a cabo por parte de Juan Velázquez de Cuéllar». Otro de los personajes destacados es  Juan Morales, que era el corregidor de Arévalo, natural de Soria, al igual que Velázquez de Cuéllar, por lo que tenían una relación bastante estrecha. «Al parecer, las relaciones de poder que había entre ambos permitieron que Juan Morales, se alargara en el tiempo en el Gobierno de Arévalo, más de dos años que normalmente era lo que duraban los corregidores en el cargo. Luis de Montalvo estuvo unos diez años al frente del ayuntamiento arevalense.