"El Cerro de la Mesa es un lugar mágico"

D.C
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El arqueólogo Jesús Caballero participó en el ciclo 'Arqueología de Ávila' del Museo para hablar de un espacio en Navarrevisca en el que el hombre ha adorado a sus dioses desde la prehistoria y en el que en tiempos cristianos hubo hasta tres templ

El ciclo de conferencias 'Arqueología de Ávila. Actualidad y retrospectiva', que organiza el Museo de Ávila, viajó este jueves muchos siglos atrás en el tiempo de la mano del arqueólogo Jesús Caballero, profesional con muchas excavaciones a sus espaldas que habló del Cerro de la Mesa de Navarrevisca como "un ejemplo de sacralidad continuada en el tiempo", una constante de muchos siglos que está llena de interés y que ayuda a entender mejor no sólo el pasado de nuestra provincia sino también la espiritualidad humana.

Comenzó Jesús Caballero explicando los resultados de la excavación llevada a cabo en el Cerro de la Mesa, donde se descubrió un templo que "había sido construido en dos fases, la primera en el siglo VII, en época hispanovisigoda, y la segunda en tiempos de la repoblación, entre finales del XI y principios del XII".

En la primera fase el templo, "fundado con patrocinio laico privado aunque estuviese bajo jurisdicción episcopal, se asoció a un contexto funerario", y de aquel tiempo han sido exhumados "unos enterramientos privilegiados, porque son sarcófagos exentos en granito, tumbas excavadas en roca y algunas en lajas, todas localizadas en el interior del templo, en un momento en el que está prohibido enterrar dentro de ellos", que hacen pensar que "allí fueron enterrados personajes relevantes dentro de la sociedad del momento, quizás la aristrocacia del alto Alberche"

La segunda fase llega con la repoblación cristiana, después de que "se abandonase el lugar con la invasión musulmana", cuando las gentes de la zona "recuperan la memoria del antiguo templo, lo recuperan y lo agrandan". En esa reconstrucción "el templo va a perder su función funeraria, y de hecho las tumbas se van a expoliar completamente, se van a saquear, se van a volver a tapar, y muchos de los elementos que recuperan de los ajuares, sobre todo los recipientes cerámicos, se van a reutilizar como lamparitas en la siguiente fase plenomedieval, cuando tiene una función puramente litúrgica, de hecho se va a convertir en una parroquia tal y como lo demuestra la documentación existente de 1370".

No se sabe la fecha exacta de la desaparición de este templo, siguió el ponente, aunque los datos obtenidos de la excavación hacen pensar que "estaría en uso todavía a finales del siglo XV, incluso principios del XVI, y de ninguna manera lo está ya a finales del siglo XVIII; es decir, que en un momento entre ambas fechas el culto cesa y el edificio se derrumba".

Pero el interés del Cerro de la Mesa, destacó Jesús Caballero, va mucho más allá de ese templo, ya que se supone que "está en un lugar que posiblemente se corresponda con una aldea que según la documentación medieval sea la de Los santos (así lo defiende el doctor Calvo, sacerdote), que se sabe que tenía tres templos: Santa Marina, Santa Coloma y San Pedro", de los cuales dos están localizados y otro "no descartamos que lo hayamos encontrado".

Que en un cerro "en el que ni siquiera hay lugar de ocupación" hubiese tres templos, añadió Jesús Caballero, responde seguramente "a ese terreno que tanto me gusta del paisaje sagrado, las peñas sacras", ya que "en ese cerro hay una peña que por sus características de modelado geológico resalta en el paisaje" y que es muy probable que fuese un punto donde desde tiempos prehistóricos estuviese asociado al animismo, "la creencia de que determinados elementos de la naturaleza, árboles, peñas, ríos, collados, montañas, lagunas, etc, y fenómenos de la naturaleza como pueden ser una erupción volcánica, un trueno o un rayo, están dotados de vida propia, tienen conciencia y alma propios" y por ello esa piedra "sería la propia manifestación divina con la cual el hombre interactúa, que no significa que sea un altar".

Los lugares de culto pagano, como sería el caso de esa peña del Cerro de la Mesa, "perduran en el tiempo durante procesos de larguísima duración"; Roma "no tiene problemas con ninguna creencia y las sincretiza y las adapta a su religión, pero en el siglo IV el cristianismo recién implantado no es tan tolerante y lo que intenta es aniquilar esas creencias; pero como no va a poder acabar con creencias y rituales paganos que tienen miles de años, lo que hace es adaptarlo y adoptarlo, y lo consigue cristianizando el lugar por el método de construir un templo propio, de tal manera que hace suyas esas creencias", una realidad, acabó Jesús Caballero, que seguramente se dio en ese "lugar mágico" en el que el hombre adoró a sus dioses desde hace milenios hasta hace poco más de dos siglos.