"No hay nadie que haga lo que yo hago"

E.Carretero
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Becario. En el sentido de quien está en continúo aprendizaje. Esa para Mago More su mejor definición. Prácticamente nada se le resiste a este abulense que se dio a conocer con la prestidigitación y después con la comedia y las conferencias

"No hay nadie que haga lo que yo hago" - Foto: LUIS MALIBRAN

José Luis Izquierdo Martín. Ése es el verdadero nombre de quien hoy se asoma a las páginas de estas conversaciones en el Lienzo Norte que debido al actual estado de alarma ya no se realizan frente a la imponente Muralla sino vía telefónica. Prácticamente nadie, salvo lógicamente sus allegados, conoce a nuestro protagonista por su verdadero nombre porque tanto para sus paisanos de Ávila como para el resto del mundo José Luis es desde hace muchos años ya Mago More, un nombre que surgió ligado a sus inicios en el mundo de la prestidigitación pero que a día de hoy podríamos. Sin embargo hablar de él solo como mago es no solo reduccionista sino impreciso  porque More es una especie de hombre del Renacimiento, inquieto y curioso que toca infinitos palos. La magia es uno de ellos pero ni mucho menos el único ya para este abulense que pasó sus primeros años de vida en Piedrahíta.

Recuerda More que viviendo ya en la capital abulense, donde llegó con 7 años debido al trabajo de su padre, que fue director provincial de Correos, y en una época en la que magos como Pepe Carrol o Juan Tamariz elevaron la magia a la categoría de espectáculo de masas, descubrió en la Biblioteca Pública, justo al lado del trabajo de su padre, un libro con secretos de magia que escondía detrás de otros volúmenes para que nadie se lo llevara. «Me fascinaba la magia», recuerda este abulense que además desde pequeño, reconoce, siempre fue un poco ‘el graciosillo’ de la clase.  «Siempre que había algún festival yo era el que contaba las tonterías;me pedían que lo hiciera yo porque tenía más gracia», rememora.

 

¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza sobre Ávila?

Puede parecer un tópico, pero su muralla. Cuando no vives en Ávila se echa de menos. Yo estoy muy orgulloso de mi ciudad y me gusta enseñarla a todo el mundo.

Y ¿lo que más le gusta de Ávila?

Su gente. Los castellanos somos fríos pero nobles.

¿Y lo que menos?

Tenemos una mentalidad muy cerrada y cortoplacista. Somos muy quejicas.

Un lugar para perderse.

Me encanta correr por el embalse de Fuentes Claras y por El Soto.Un recuerdo de la infancia.

Cuando era monaguillo en San Vicente y subíamos al campanario.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Creer en nosotros mismos y trabajar más en equipo. Si le va bien a tu vecino tarde o temprano te irá bien a ti.

Y tiene que mantener...

La vocación acogedora que tenemos hacia el turismo. Vivimos de ello.

Un personaje abulense que le haya marcado...

Javier Dapena. Siempre tiene un punto de vista positivo de las cosas. Cuando he tenido que tomar decisiones importantes siempre me ha aconsejado bien.

¿Qué le parece Ávila hoy en día?

Hace falta buscar tejido industrial y apoyar a los emprendedores; no podemos depender solo del turismo.

¿Cómo ve el futuro?

 Yo soy optimista por naturaleza, espero que esta crisis nos haga replantearnos muchas cosas para bien; dejemos las rencillas y las envidias a un lado y luchemos todos por el bien común.

¿Qué puede aportar usted a la ciudad?

Siempre que vengo a Ávila hago la compra en Ávila y echo gasolina. Puede parecer un gesto minúsculo pero si todos los que vivimos en Madrid hiciésemos lo mismo y gastásemos en empresas de Ávila creo que es un buen granito de arena que podemos aportar. Y por supuesto, siempre que tengo la oportunidad hablo muy bien de mi ciudad allá donde voy.