Cheque en blanco a la ilusión

A.S.G.
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La victoria ante el Bembibre confirma las virtudes de un Real Ávila que, por encima de los goles, arroja grandes sensaciones como equipo. La propuesta de Rubiato cala entre los jóvenes y convence a los veteranos

Cheque en blanco a la ilusión - Foto: David Castro

Hacía tiempo que el Adolfo Suárez no disfrutaba de los suyos como lo hizo este domingo en una tarde en la que el Real Ávila venció y convenció. Los de Borja Rubiato ya se venían ganando a los suyos desde que la pretemporada comenzó a mostrar los primeros esbozos de un lienzo en el que daban su mejor brochado con la visita del líder, un Atlético Bembibre confeccionado a base de talonario pero que sucumbió ante el esfuerzo de un equipo entregado a la causa. Y a la causa se han entregado todos los que pasaron este domingo por las gradas del Adolfo Suárez, ansiosos durante demasiado tiempo de ver algo así.     

«Es muy pronto.Hablar de objetivos en la quinta jornada sería muy atrevido» señalaba nada más acabar el partido Borja Rubiato, un novato en los banquillos que ha convencido a todos con su personalidad y su propuesta. Jugador el curso pasado, entrenador en el presente, el de Santa María del Tiétar fue la apuesta para una temporada en la que remodelar todo el proyecto. Las decepciones del pasado y las apreturas económicas tras la pandemia llevaron a la dirección a cambiarlo todo. De los jugadores contrastados a las jóvenes promesas, de los nombres propios a los desconocidos. Una moneda al aire que de momento ha salido cara. Se lo ha trabajado Rubiato, que ha convencido a los suyos de que en esta categoría se ganan más partidos con mono de trabajo que con esmoquin.    Y como se vio ante el Bembibre, el equipo es un rodillo.

Llevaba tiempo reclamando a los suyos que se lo creyeran, que fueran a por el rival desde el primer minuto y terminaron de constatarlo ante el mejor de los invitados. Porque ante las ‘águilas’ del Bierzo, los encarnados fueron un lobo. «Por encima del resultado me quedo con las sensaciones» señalaba el técnico, consciente de que lo visto el domingo es la línea a seguir. «Era un partido para estar unidos, para ser un bloque, correr por el compañero, ser fuertes en los duelos, ser generosos en el esfuerzo...»  relataba Rubiato, que dejó a todo un clásico de los banquillos como Tornadijo sin respuesta posible. «Hay ciertos partidos en los que hay que dejar atras ciertas formas de jugar y ser más contundentes» señalaba el burgalés ante un Real Ávila que se ha convertido en estas primeras jornadas en un equipo defensivamente muy fuerte y capaz de interpretar a la perfección las contras.

Funciona el conjunto y funciona el individuo. Convencer a los jóvenes era sencillo, pero a la causa se han sumado los veteranos. Y nadie lo ejemplifica mejor que Javi De Mesa. El madrileño es otro. «Los partidos no sólo son cuando tienes el balón» decía Rubiato en la primera jornada sobre el ‘10’ cuando ya se le vio al extremo un cambio radical. Yva a más en una plantilla que tiene un hambre voraz. Ahora toca mantenerla, porque esto no ha hecho sino empezar. Pero en esta rueda que no para, el Real Ávila tiene sobre el césped un cheque en blanco para generar ilusión.