Medio millar de alumnos, en el Centro de Adultos

B.M
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Además de Secundaria, hay más oferta educativa en la capital como es el caso de los talleres

Medio millar de alumnos, en el Centro de Adultos - Foto: David Castro

No debería haber límites para el aprendizaje. Y desde luego la edad no tiene que ser uno de ellos, por lo que es bueno contar con una nueva oportunidad como la que ofrece el Centro de Adultos de Ávila que empezó un nuevo curso y lo hizo con cerca de medio millar de alumnos (hay estudios con la matrícula abierta) en el presente cuatrimestre. Teniendo en cuenta que este número se debería multiplicar por dos, porque falta el segundo cuatrimestre, la cifra de alumnos será parecida a la de años anteriores, sobre todo los más cercanos. 

La evolución del alumnado en estos últimos años se puede ver desde el curso 2015, con 1.135 matriculados en los dos cuatrimestes. A partir de ahí, los dos cursos siguientes estuvieron con alrededor de 1.000 matrículas, para pasar a 968 en el curso 18/19 y a 876 en el siguiente. Este curso lo que sí se ha visto, según explica la directora del Centro de Educación de Adultos de Ávila, María Adoración Estébanez, es un aumento en la matrícula en algunos de los módulos (aquí se habla de módulos no cursos) de Secundaria, especialmente en el módulo cuatro, pero menos gente en los talleres.

Hay que tener en cuenta cómo se distribuyen las matrículas según la oferta que hay en esta escuela. En este caso está Secundaria, con 169 alumnos en el primer cuatrimestre y a la espera de ver qué sucede en el segundo, donde suele bajar la matrícula.

Además de esta formación también hay talleres de cocina, informática e inglés. Cuando se habla de cocina, es parte del catálogo nacional de cualificaciones profesionales, con el nivel 1 y los módulos de aprovisionamiento, preelaboración y conservación culinarios y el de elaboración culinaria básica.

En informática, en el nivel 1 hay un módulo de operaciones auxiliares con tecnologías de la información y la comunicación, mientras que en inglés hay dos niveles, el primero que equivale a primero y segundo de la ESO, y el segundo que equivale a tercero y cuarto. Es este último caso, explica la director del centro, los alumnos «vienen a aprender inglés, no a convalidar».

En números, en cocina se empezó en 2015 con 25 y hasta el pasado año ha estado subiendo, incluso duplicándose, lo que no se ha repetido este curso, en el que se ha bajado mucho y están en 28, también con menos oferta de plazas pero con la gente echándose hacia atrás debido a la covid.

En informática, varía la matrícula entre 50 y 80 personas, también con menos demanda este año por la misma situación, especialmente teniendo en cuenta que parte de los alumnos son jubilados. Este curso son 42.

Y en inglés se pasó de 153 del pasado curso a 90 ahora, lo cual deja ver que «la covid ha hecho mucha mella».

Y es una mella que no se nota solo en el alumnado sino también a la hora de decisiones que se han tenido que llevar a la práctica. En el caso del Centro de Adultos de la capital ha supuesto utilizar aulas que antes no se usaban. Para el modulo tres y para el cuarto se está utilizando un aula que tiene 64 metros cuadrados, de las antiguas instalaciones donde estaban las asociaciones, y que ha sido necesario poner en uso y con ello se mantiene «justamente la distancia de 1,5 metros».

Hay también en todas las aulas geles para manos, para desinfección de superficies y toallitas, además de que hay continuamente personal de limpieza y todos los alumnos utilizan normalmente la misma mesa.

Respecto al perfil del alumnado, explica que es muy heterogéneo. Hay «gente que viene de los institutos» y que ya no puede repetir por tener más de 18 años, otros que lo dejaron hace tiempo por tener que trabajar o desmotivación y quienes llegan de por programas de Cualificación Profesional Inicial II y de FP de grado medio. Es decir, «mucha mezcla de alumnos y, por tanto, diferentes niveles y actitud porque hay gente que está trabajando y necesita el título para promocionar o buscarse otro tipo de empleo pero hay algunos alumnos que vienen menos motivados y están un año y otro hasta que llega el momento en que maduran y se dan cuenta de la necesidad de tener el título mínimo que se puede tener ahora mismo para trabajar».

Esa variedad también se ve en las edades, «con alumnos menores de 18 años que tienen permiso de Inspección porque tienen contrato de trabajo y también gente casada o con hijos mayores». En el caso de los talleres, la edad es algo más homogénea porque la mayor parte son personas ya jubiladas.

Entre las ventajas de esta educación están los horarios, por la mañana desde las 9,30 hasta las 12,50 horas aunque en tercero y cuarto, al haber optativa, se alarga hasta las 14,20. Y por la tarde se abre el centro a las 17,00 y se cierra a las 22,00 aunque este año excepcionalmente debido al toque de queda por la crisis sanitaria se cierra a las 21,30 horas.

Además de Secundaria y los talleres hay otras enseñanzas (junto a educación a distancia en Secundaria en el módulo 1 y el 2 o preparación para las pruebas de acceso a los ciclos formativos de Grado Medio) como son Iniciales 1 y 2 y español para extranjeros. Iniciales 1 son alumnos «que no saben ni leer ni escribir» y 2 es cuando están adquiridos unos conocimientos básicos de lectura y escritura y se quiere avanzar y a partir de ahí se puede pasar a Secundaria.

Y luego está español para extranjeros, que tiene distintos niveles y donde «los profesores lo tienen bastante complicado» porque en este caso y los anteriores está abierta la matrícula en todo el curso y los alumnos se pueden incorporar en cualquier momento. Así, según el nivel que traen se ponen en un grupo o en otro y en español para extranjeros, «hay mezcla» de muchos países del mundo, aunque este año también se ve disminución de matrícula.

La prisión de Brieva, de la que también se encarga este centro, tiene las mismas enseñanzas, con Iniciales 1 y 2 y español para extranjeros, y en vez de Secundaria, la preparación para la prueba libre, que también se realizan en el centro y que suele tener dos convocatorias, en mayo y septiembre.

En Brieva hay tres profesores, que son de Primaria, y el número de matrículas oscila mucho a lo largo del año en las cuatro enseñanzas que hay porque hay muchos traslados de internas entre centros.