Un estudio correlaciona el vapeo con el abandono del tabaco

Servimedia
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La investigación británica defiende el uso del cigarrillo electrónico para conseguir dejar de fumar, poniendo de ejemplo miles de casos. El estudio remarca que en Europa no se han detectado enfermedades vinculadas con la utilización de este aparato

Miles de británicos recurren al vapeo para dejar de fumar

Un estudio publicado esta semana en la revista científica Addiction y financiado por Cancer Research UK, muestra correlación entre el vapeo y el abandono del hábito tabáquico.

Realizado por investigadores de la University College London, el estudio Association of prevalence of electronic cigarette use with smoking cessation and cigarette consumption in England: a time series analysis between 2006 and 2017 (Asociación de la prevalencia del uso de cigarrillos electrónicos con dejar de fumar y el consumo de cigarrillos en Inglaterra: análisis entre 2006 y 2017) analiza el aumento del vapeo en Reino Unido desde 2011 y señala que muestra correlación con el patrón de disminución de las tasas de tabaquismo en el país, donde entre 50.000 y 70.000 personas abandonan el tabaco anualmente.

Además, el informe evidencia las diferentes posturas de Estados Unidos y Reino Unido hacia el vapeo. Mientras que en varias ciudades estadounidenses se ha limitado el acceso a estos nuevos dispositivos tras detectar enfermedades que podrían estar vinculadas con la presencia del compuesto psicoactivo del cannabis en los líquidos, en Europa no se ha detectado ningún caso similar.

Añade que autoridades sanitarias del Reino Unido han reiterado su postura a favor del vapeo y recomiendan a los fumadores optar por esta alternativa, ya que consideran que es menos dañina que el tabaco convencional.

“Parece que Reino Unido ha encontrado un equilibrio razonable entre la regulación y la promoción de los cigarrillos electrónicos”, explica la autora principal del estudio, Emma Beard. “Millones de fumadores recurren a ellos para dejar de fumar o reducir su consumo de tabaco”, añade. El estudio se basa en el seguimiento de miles de fumadores británicos que entre 2006 y 2017 se esforzaron en dejar de fumar y recurrieron al uso de cigarrillos electrónicos.