El fin de curso que nadie hubiera querido

M.M.G.
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Los colegios de la capital despiden el año con un sabor agridulce y echando mano (una vez más) de las nuevas tecnologías para decir adiós a alumnos y profesores

El fin de curso que nadie hubiera querido

El fin de curso es, desde que existen los colegios, el momento más especial para los alumnos. Es entonces cuando se pone el broche de oro a un año de trabajo, de aprendizaje, de experiencias, de amigos... Es tiempo también de empezar a pensar en vacaciones, de proyectos, de planes... Pero este año todo es distinto. Será, sin duda, el fin de curso más triste que la comunidad educativa recuerda. No habrá fiestas en el patio, ni fotos de despedida con toda la clase, ni abrazos con los maestros. 

Ésta es otra de las muchas cosas buenas de la vida que el maldito coronavirus nos ha robado. Los niños van a acabar el curso sin pisar las aulas y eso no va a ser fácil de asumir para ellos.

Por eso, para tratar de quitarles el sabor amargo de la no despedida, los colegios han ideado estos días planes alternativos para poder decir ‘hasta el curso que viene’ de alguna manera. Y la mayoría de esos planes, claro, pasan por los medios virtuales, única vía de comunicación que estos días han tenido alumnos y profesores.

Graduaciones ‘on line’, conversaciones con toda la clase, vídeos... Cada centro ha echado mano de sus posibilidades para que alumnos y profesores puedan decirse el ‘hasta pronto’ que todos preferirían decirse en persona.

Sólo algunos colegios esperan poder despedirse de manera presencial con algunos de sus alumnos y cuando la situación lo permita. Es el caso del Colegio Sagrada Familia. Este centro de Educación Infantil, a cuyo frente se sitúa la hermana Ana María González, planea organizar la graduación de sus alumnos de tercero, los que abandonan el colegio, en julio. «Siempre hacemos una graduación con los que se van a Primaria», comienza a explicarnos la directora, «y este año los padres la están pidiendo». Por eso, con el estado de alarma ya concluido y la tercera fase en marcha, el centro organizará, siempre al aire libre, de manera voluntaria y observando todas las medidas de seguridad, una graduación con ellos. «Queremos que los niños tengan ese calor, que vean que han cerrado una etapa», expone Ana María lo que es tan necesario para los pequeños. «Es que ellos necesitan despedirse de su colegio», subraya la religiosa, que quiere aprovechar para agradecer la tarea desarrollada por los padres durante los días de confinamiento. «Están haciendo una labor preciosa», les alaba mientras, nos cuenta, va recogiendo con pena todas las aulas.

Aulas vacías son las que también nos encontramos en el Colegio Milagrosa Las Nieves. En este centro también se plantean la posibilidad de hacer una despedida presencial aunque, en su caso, con los mayores del cole: los que a estas alturas se encuentran estudiando al máximo para sacar adelante la EBAU.

En este caso hablamos con Sor Concepción Monjas, directora del centro, que nos explica que algunos de los alumnos de Bachillerato han podido ir a clase físicamente los últimos días del curso.

Es ella también la que nos confirma que en el Milagrosa Las Nieves se han celebrado graduaciones virtuales para los alumnos de tercero de Infantil, cuarto de la ESO y Bachillerato. Son cursos clave y los niños necesitan sentir que avanzan, que pasan de etapa. Y aunque esas graduaciones no hayan sido como las de otros años, al menos esos alumnos se han sentido acompañados por sus compañeros y profesores. 

En el caso de los de Bachillerato, eso sí, el colegio planea una despedida física, una vez que pase la EBAU. «Queremos verles y darles la banda y la Medalla Milagrosa, que es algo muy nuestro», nos adelanta Sor Concepción. «Es que nos cuesta la idea de despedirnos así, nos resistimos a no verles la cara», se entristece cuando habla de una situación dura para todos. Sobre todo para los niños y jóvenes.

Aún no hay fecha fijada para esa despedida. «Será cuando se pueda», reflexiona la directora del centro, que confía en que la gran familia de este colegio pueda quitarse este mal sabor de boca con el comienzo del curso que viene. «Intentaremos hacer algo especial», dice, aunque sea consciente de que dada la situación que atravesamos todo puede cambiar de un día para otro.

En otro de los colegios concertados de Ávila, el Colegio Diocesano Pablo VI, la intención es poder despedirse de sus alumnos de manera presencial. «Es que psicológicamente es muy importante que los niños puedan despedir el curso con sus compañeros», plantea también Pablo Martín, director del centro. Para él, «el virus no sólo nos ha metido en casa, también ha puesto una ‘diana’ en el vecino. Pero la famosa ‘normalidad’ al final significa convivir con el virus hasta que haya una vacuna o una cura». Por eso, poder celebrar una despedida presencial, aunque sea pequeña y, por supuesto, con todas las medidas de seguridad, sería para él algo fundamental.

Como pequeñas están siendo las despedidas que se han vivido estos días en el ColegioSan Esteban. Además de las vídeo llamadas a través de distintas plataformas y en todos los niveles (algo que está siendo la tónica habitual en todos los colegios) los alumnos de sexto de Primaria, los que dejan este año el cole, han podido acudir al centro para recoger sus expedientes. «Nos ha dado muchísima pena ver cómo se quedaban esperando al que estaba citado después para poder verle», nos confiesa emocionado Gerónimo Jimeno, secretario del colegio, que apunta también que las familias han comenzado a ir al centro, por ejemplo, por el programa Releo. 

«Y los tutores y los especialistas han preparado un vídeo de despedida para los niños», nos da otro dato sobre cómo se están llevando a cabo las despedidas en este pequeño colegio del centro de Ávila.

Asimismo han ido pasando algunos padres por las aulas del Colegio Santísimo Rosario. Allí, Sor Aurora, nos habla también de la pena que supone cerrar un curso de esta manera, sin las carreras de los niños por los pasillos y sin poder dar un abrazo a todos ellos.

MÁS COLEGIOS. Tampoco se escucharán risas y despedidas en el Colegio El Pradillo. «Con los alumnos de sexto de Primaria y con los que pasan a primero de Primaria se ha hecho una graduación virtual», nos confirma Raquel Jiménez, directora del centro, que nos adelanta también que han podido grabar un vídeo que se publicará en redes sociales y que servirá a la vez de despedida y de homenaje a los alumnos del colegio. «Es muy importante que los alumnos tengan el sentimiento de que han terminado, que su esfuerzo ha merecido la pena», reflexiona en alta voz.

 «Queremos agradecer a las familias su implicación», coincide esta directora con todos sus colegas a la hora de resaltar el papel que los padres han jugado en estos complicados meses.

Así opina también Mari Cruz Varas, directora del Colegio Claudio Sánchez Albornoz, otro centro que ha optado por elaborar un vídeo, en este caso los profesores, para despedir el curso 2019/2020. «Si estuviéramos en clase habríamos hecho una fiesta», se entristece Mari Cruz, «pero este año haremos en las tutorías una despedida a través de Team». De nuevo una pantalla se interpondrá en la despedida. «Es una pena, está siendo todo muy complicado», comenta esta directora, que aún así quiere dejar claro que su equipo está «contento» de cómo se ha desarrollado todo. «Esto ha supuesto una prueba a nuestra capacidad de reacción», dice. Una prueba, por cierto, que en todos los centros se ha pasado con nota.

También en el ColegioCervantes, que planea encuentros virtuales con los mayores para poner fin al curso. «Intentaremos hacer algo con los de sexto», vuelve a plantear Sonsoles López, la directora, el caso de un curso complicado, al ser (en muchos casos) el último de los alumnos en el centro.«Con ellos siempre hacemos una foto de grupo, pero este año vamos a hacer una orla», adelanta la solución que han encontrado al no poder juntarse todos para dejar un recuerdo fotográfico. «Pero tienen que sentir que se despiden, que han acabado», insiste en esta idea la directora del Cervantes, que en los últimos días de curso se ha dedicado, junto con sus compañeros, a entregar a los padres (por turnos, para evitar aglomeraciones) el material escolar que aún quedaba en el aula.

Ésa es, sin duda, una de las imágenes más tristes que deja el año. Y todos esperan cambiarla pronto por un comienzo de curso en las aulas. Aunque sea con mascarillas en la cara.

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