Más medios contra los incendios

P.R.
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A la concentración convocada por este grupo fueron invitados también integrantes de la Coordinadora de Bomberos Profesionales y Bomberos Forestales de Castilla y León

Más medios contra los incendios - Foto: David Castro

Bajo el lema ‘El abandono también quema’ se reunieron en la mañana de ayer algo más de un centenar de personas convocadas por la Asociación de Jóvenes de Castillas y León, acompañados por vecinos de los pueblos afectados por el incendio de la Paramera (especialmente de Sotalbo, aunque también había vecinos de otros pueblos afectados), representantes de los Bomberos Forestales y de la Coordinadora de Bomberos Profesionales de Castilla y León, una concentración convocada con un objetivo «por el bienestar y conservación de nuestra tierra», como reza en el comunicado que fue  leído por Silvia, una de las jóvenes representantes de esta asociación, natural de Arévalo. Esta Asociación, nació en  2019 con un centenar de jóvenes de las diferentes provincias de la comunidad y con un objetivo concreto: «Dar visibilidad a la despoblación a la emigración juvenil, al envejecimiento y a la falta de oportunidades en nuestra comunidad». Objetivos que de alguna manera se han focalizado plenamente con el incendio que ha asolado esta provincia en la zona de la Sierra de la Paramera. Los jóvenes denuncian el problema de los incendios forestales en esta comunidad, que ha sufrido un total de 17.966 incendios que asolaron la comunidad entre 2009 y 2018. Después de enumerar los más destacados en estos años hablaron del incendio de Navalacruz, «que ha calcinado mayor superficie en la provincia en una semana que en 9 años». El resultado para los jóvenes del incendio: «Miles de hectáreas de patrimonio natural y cultural calcinadas. Agricultores y ganaderos que han perdido cultivos y pastos y demás alimento para el ganado». Pero resaltan también la ola de solidaridad que ha llegado después de la tragedia: «Pero tras el fin de la pesadilla, una vez hemos sido ejemplo de empatía y solidaridad a los municipios afectados, ha llegado  ayuda en forma de grandes cargamentos de forraje, pienso, agua víveres… de distintas partes de la provincia y de provincias vecinas». El grupo de jóvenes puso en valore el trabajo desarrollado por los equipos de extinción y fuerzas de seguridad, «que día y noche han luchado para detener la propagación del fuego y han velado por la vida de todo ser vivo que se encontraba en la zona, sin otra opción en ocasiones, que la evacuación, sin olvidar otro equipa de e bomberos menos conocido pero esencial, el ganado».

Denuncia este colectivo que «la catástrofe del incendio de Navalacruz es consecuencia de la precaria gestión forestal y las medidas de prevención de la Junta de Castilla y León. La gestión Forestal y las medidas de prevención de incendios deben ser de carácter permanente, y no activadas solo durante el verano». Por ello reclaman a la Junta de Castilla y León el fin de los recortes y aumento de la dotación presupuestaria en gestión y limpieza de montes y tratamientos preventivos, para una gestión y prevención eficaces y continuas durante todo el año”. También el impulso de la ganadería extensiva y que se de la importacia que tiene el pastoreo del ganado. Igualmente se reclama una mayor dotación presupuestaria para campañas de sensibilización así como el «reconocimiento de la categoría de Bomberos Forestales a todos los trabajadores que desarrollan sus trabajos y extinción de los incendios forestales» y la mejora de las «condiciones laborales de agentes medioambientales y cuadrillas de tierra».

bomberos forestales. Adolfo Andrés, representante de las distintas unidades de los bomberos forestales señalaba que con la excepción de las BRIF, en Castilla y León es una de las comunidades «donde más retrasados vamos en este reconocimiento profesional. Prácticamente todos o estamos contratados como peones o por subcontratas y no se nos reconoce la categoría laboral de bombero. Estamos trabajando 3-4 meses al año la plantilla completa, después se quedan las plantillas reducidas entre un 75 y un  50 por ciento, que son los que se quedan el resto de año». Además, también denunció que las cuadrillas de tierra se dedican a hacer trabajo de selvicultura, podar árboles, prevención y si se produce un incendio cuando llevan trabajando siete horas de trabajo tienen que acudir a su extinción.  

Sobre el incendio de la Paramera indicó que «lo que se puede ver es que ha habido varios errores, sobre todo porque dependemos de unidades de fuera. Las unidades de aquí, si no perteneces a cierta empresa, no llegamos los primeros. La preparación que tenemos es muy desigua». Denunció también que no hay montado un servicio de comidas para los equipos salvo la gente de los pueblos o voluntarios  que los preparan  o incluso los propios guardas forestales que se lo ofrecen.

Israel Naveso, vicepresidente de la Coordinadora de Bomberos Profesionales denunciaba que es evidente el problema de toda Castilla y León, pero particularmente la provincia de Ávila: «la falta de parques profesionales de bomberos suficientes para poder atender con inmediatez y profesionalidad las emergencias de la zona».

En cuanto a la denuncia que han presentado en el juzgado por el incendio de Ávila dijo que están pensando en realizar una ampliación de la misma, porque consideran que hay otros hechos que pudieran ser también constitutivos de delitos. «Queremos saber  hacia dónde va la financiación económica de Servicios de Bomberos Voluntarios. Aquí la responsabilidad de ofrecer el servicio de prevención y extinción de incendios y en definitiva de emergencias es de la Diputación». Sobre los pasos que está dando la Diputación para poner en marcha esos parques comarcales de bomberos el vicepresidente de esta coordinadora dijo que «llegan 36 años tarde, porque esto es una responsabilidad legal que tenía la Diputación y tenía que haberlo hecho hace 36 años».

Un grupo de vecinos de Sotalbo también estuvo presente en la manifestación. Ana María fue su portavoz, que denunció que el 85 por ciento del término municipal se ha quemado. Indicó que se habían sentido abandonados por la Junta ya que según denunció, los equipos de extinción «tardaron en llegar y cuando lo hicieron lo hicieron descoordinados». Pero recalcó que el problema no estuvo en «los equipos, sino en los despachos».