"Vida y literatura están unidas"

M.M.G.
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Nuestras Conversaciones en el Lienzo Norte tienen sabor literario. Charlamos con Noemí Valiente. Si en el DNi apareciera aún la profesión, pondría que es ingeniera. Pero ella se siente una escritora. Acaba de publicar 'El mismo azul'

Por el brillo de sus ojos y por su sonrisa, que ni siquiera la inevitable mascarilla logra esconder, podríamos pensar que estamos hablando con una niña. La diadema de orejitas de gato que lleva puesta durante nuestra charla y su impresionante melena cobriza y rizada también nos llevaría a esa conclusión. Y hasta sus palabras. «Gracias a mis hijos he vuelto a la niñez», nos dice en un momento de nuestra conversación.

Así que, sí. Vamos a pensar que en Noemí Valiente (Ávila, 1978), aunque sea ingeniera de profesión, escritora de oficio y madre de vocación y corazón, se esconde, en definitiva, una niña con muchas ganas de disfrutar y aprender.

Hablamos con ella sobre ingeniería y literatura. Dos disciplinas que en principio parecen muy alejadas la una de la otra. Lo están, de hecho, si se piensa en frío. Pero que son dos de los pilares de la vida de Noemí, la hija del maestro de Cabezas del Villar que creció feliz como hija única en esa pequeña localidad abulense.

«Mi infancia allí fue muy feliz», comienza a compartir con nosotros los recuerdos de su niñez. «Recuerdo salir sola desde muy pequeña, ir al campo, hacer travesuras con mis amigos…», nos cuenta sobre unos años que ya entonces estuvieron marcados, en buena medida, por la literatura. «Uno de los recuerdos más maravillosos de mi infancia es la llegada del Bibliobús al pueblo», nos confiesa la tremenda influencia que tuvo aquella biblioteca con ruedas en su vida de niña y futura. «Para mí era como si vinieran los Reyes Magos», se ríe ahora al rememorar los nervios que sentía cuando se aproximaba la fecha de la llegada del Bibliobús y de cómo consiguió que le dejaran sacar más de los tres libros a los que se tenía permiso en cada ocasión. «Me acabé leyendo todo el Bibliobús», asegura.

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Mi ciudad, mi tierra, mi gente. Y la muralla, como símbolo de todo lo que somos los abulenses: duros, fuertes y resistentes a los envites del tiempo, de la vida. 

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Es un lugar maravilloso para vivir y criar a nuestros hijos. Está llena de rincones que parecen sacados de un cuento. También me gusta que en sólo cinco minutos podamos pasar del centro de la ciudad a estar en pleno campo. Y que en un radio de 1 hora o menos tengamos sitios espectaculares para visitar: las cumbres de Gredos, los valles de Iruelas o del Tiétar. 

¿Y lo que menos?

La falta de oportunidades de trabajo y de negocios. Ver tantos locales y comercios cerrados.  

Un lugar para perderse…

No diré un lugar, si no un tiempo: finales de agosto y principios de septiembre, unos días donde Ávila se renueva y parece que todo es posible. Estamos en nuestra ciudad y al mismo tiempo podemos desconectar de la rutina: el mercado medieval, el festival de circo, las jornadas de magia.

Un recuerdo de la infancia…

El mercado de los viernes con mi abuela. Me parecía entrar en un lugar mágico, como de otra época. También me encantaba ir a la estación de tren con mi padre, me fascinaba ver a los trenes llegar y marcharse; ese movimiento que nos conectaba con otros lugares..

Un personaje abulense que le haya marcado.

Jimena Blázquez, por su capacidad de liderazgo, sus dotes de estratega y la valentía para tomar decisiones rápidas. Su audacia salvó nuestra ciudad. También son importantes para mí todas las personas con las que comparto momentos y vivencias: la activista de Cruz Roja Sara Escudero, que es un modelo de entrega y conciencia social. Gemma y Belén Orgaz, referentes culturales para la ciudad. Mi amiga, la escritora Clara Martín, que es todo bondad y dulzura. La familia de “Ávila con niños”, que nos descubren rincones desconocidos de nuestra provincia. También mi familia, la sabiduría en los refranes castellanos de mis abuelos y la resiliencia que me han transmitido mis padres. Y cómo no, mis hijos, mis mayores maestros. Tengo muchos abulenses entre mis referentes, amigos y vecinos. Porque esta ciudad está llena de gente maravillosa.

El mayor cambio que necesita Ávila ...

Creer en su potencial para dotar de oportunidades de trabajo a todos los que deseen vivir aquí. Es algo que se repite siempre en esta sección y en cualquier foro. Todos lo vemos. Tiene que ser posible conseguirlo. 

Y Ávila tiene que mantener…

Tiene que mantener todo lo que tiene: su esencia de joya entre el granito. La capacidad de trabajo que tienen los abulenses, su amabilidad. Tenemos que seguir creyendo en nuestro potencial, que es enorme.

¿Qué le parece la ciudad hoy día?

 Sigue siendo nuestra pequeña joya simbolizada por una muralla resistente. Pero me entristece ver que este último año se han cerrado muchos comercios y locales. Hay un cierto desánimo causado por el duro momento en el que vivimos.  

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Estoy convencida de que entre todos se conseguirá el sueño de todos los abulenses: una ciudad con más oportunidades de trabajo y negocio, para que nadie que quiera quedarse se vea obligado a irse. No habrá locales cerrados y los barrios de fuera de la muralla estarán cada vez más bonitos, más vivos y más integrados con el resto de la ciudad.

¿Qué puede aportar a la ciudad  de Ávila?

Como ciudadana aporto mi actitud optimista y amable con todos mis conciudadanos. Si todos compartimos nuestra alegría, las ciudades y el mundo serán lugares mejores. Como madre, trato de inculcar a mis hijos el amor por nuestra ciudad y una mirada bondadosa y comprensiva hacia todo. Como escritora, invito a los lectores abulenses a reflexionar, a ver las situaciones desde distintos puntos de vista. En mi literatura me gusta que no sea todo ni blanco ni negro, sino de toda la gama de colores. Para que cualquier idea u opinión sea escuchada y aceptada.

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