El presidente de Por Ávila repasa y valora las actuaciones de su partido en diferentes instituciones durante su primer año de vida.

El pasado mes de febrero Por Ávila cumplió un año, ¿qué balance hace como presidente de ese año?

Ha sido un año histórico. Si cuando empezamos nos dicen que vamos a estar gobernando en el Ayuntamiento de Ávila, que íbamos a tener cuatro diputados provinciales y un procurador..., por eso el balance es histórico.

¿Cuánto de complicado es crear una estructura de una formación política?

Es difícil, pero cuando tienes gente implicada e ilusionada con el proyecto todo se allana y se hace más fácil.

¿Cómo encontró o cómo buscó a toda esa gente implicada?

Se fueron sumando al proyecto. Desde el día en el que Juan Carlos Corbacho y yo inscribimos el partido en el ministerio, cuando se fueron dando el resto de pasos y cuando Jesús Manuel Sánchez Cabrera presentó su candidatura y empezamos a hablar con la gente, el abulense lo percibió como una oportunidad para Ávila y se fueron sumando de manera voluntaria.

¿Pelear por los votos contra partidos con la historia de PSOE o PP les hace estar en desigualdad de condiciones?

No, porque la política es algo que es vivo y cambiante, y que se debe ceñir a la realidad. El proyecto de Por Ávila era necesario que se ciñera a esa realidad y por eso no nos sentimos en ningún momento en desventaja con esos partidos.

En su presentación comentaron que eran un partido sin ideología en el sentido tradicional del término, ¿pueden decir lo mismo ahora?

Es cierto que la ideología en política siempre tiene que existir, pero en este caso siendo un partido provincialista como es Por Ávila, nuestra ideología es trabajar por Ávila. Además, hemos visto muchas veces en los grandes partidos que la ideología se diluye según los tiempos y dependiendo de las circunstancias. Por eso nosotros hacemos una política práctica, de responsabilidad y de sentido común.

En poco más de tres meses afrontaron unas elecciones en las que fueron vencedores en la capital, ¿por qué cree que ganaron?

Porque presentamos un proyecto político que era el que demandaban los abulenses. Ajustado a la realidad. La lista que se presentó también plasmaba perfectamente esa implicación que buscábamos de gente normal, cercana, que vivía, sentía Ávila y quería trabajar por ella.

¿En ese resultado cree que afectó algo el demérito de anteriores corporaciones o fue todo mérito de su partido?

El hartazgo de la gente sí pudo influir. Sí, puede ser. Se sumó ese hartazgo con el fracaso de políticas que nos han llevado a una Ávila en desigualdad de condiciones con otras provincias, y todo suma, sí.

¿Cree que están cumpliendo con las expectativas del voto del cambio que pidieron los abulenses?

Realmente estamos haciendo una política de cambio, y eso se está notando en muchas de las decisiones que estamos tomando, que tienen su lado positivo y su negativo, pero eso pasa cuando se toman decisiones con todas las consecuencias.

En base a esas decisiones, ¿si ahora mismo hubiera elecciones en Ávila qué cree que pasaría en el Ayuntamiento?

No me gusta hablar de posibilidades o creencias. Creo que la gente ha percibido que el grupo de personas que estamos trabajando aquí seguimos estando en la calle y seguimos teniendo una presencia cercana con los abulenses, pero es muy difícil aventurar un resultado a estas alturas.

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