Los gimnasios se preparan para sudar en su regreso

A.S.G.
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Juan Carlos Hernández Torrubias, responsable del Sound Body, asume un futuro «poco halagüeño» en un sector no sólo de ocio sino «de salud». Considera que «lo que debemos hacer es sobrevivir los próximos dos años. La situación exigirá medidas»

Los gimnasios se preparan para sudar en su regreso - Foto: Luis López Araico

Aún queda para volver a la normalidad. No sólo la que se conocía antes de la crisis del COVID-19, irrecuperable a corto y medio plazo, pero sí a una normalidad en la que poco a poco la actividad, siempre bajo los límites de la prudencia, vuelva a ser parte del día a día. Yen ese día a día antes de la pandemia eran los gimnasios y espacios deportivos lugares del día a día. «No sólo somos un sector de ocio, sino también de salud» recuerda antes que nada JuanCarlos Hernández Torrubias, responsable del Sound Body. Porque los gimnasios son, desde hace tiempo, algo más que un lugar para levantar pesas. Desde hace tiempo el deporte, el ejercicio, forma parte de la sociedad como una actividad no sólo saludable en lo físico sino también en lo psicológico. El COVID-19 también lo ha puesto de manifiesto. Quizás por ello, por la relevancia que estos espacios tienen desde hace tiempo,  desde la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID), la asociación que representa al sector de los gimnasios e instalaciones deportivas, ya se ha lanzado un protocolo con medidas para poder reabrir sus puertas en las mejores condiciones posibles. De momento es un documento, un compendio de actuaciones que van desde la reducción de aforo para guardar las distancias a las exigencias de limpieza y desinfección en espacios y materiales. Un punto de partida sobre el que empezar a trabajar y desde el que empezar a ver la luz en un sector con 4.500 empresas en España, más de 214.000 empleos directos e indirectos pero sobre todo 5,2 millones de usuarios ahora mismo en casa y con ganas de ponerse en marcha. Y si el Plan de Desescalada presentado por el Gobierno sigue las mejores previsiones, los gimnasios entrarían en acción con la fase 2, no antes del 25 de mayo.  

«Creo que son medidas positivas» entiende desde su experiencia JuanCarlos Hernández Torrubias. Desde la declaración del estado de alarma el Sound Body está cerrado. Y como él, el Shotokan Tora, El88, el Gimnasio Ángel, el Casino Abulense, el Fitup, el Move It, el Giocare y un largo etcétera de gimnasios y espacios deportivos no sólo en la capital sino en la provincia. Espacios ahora mismo con ingresos cero –«ante todo lo que está pasando, con las muertes que está habiendo, el negocio queda en un segundo lugar, pero económicamente es un desastre»– a presente y con un «futuro laboral poco halagüeño».  

«Nadie tiene la culpa de lo que está pasando, no ha sido nuestra culpa» pero los gimnasios están sufriendo y van a sufrir teniendo en cuenta que son actividades con mucha cercanía y contacto social. «De aquí a dos años veo una solución complicada. Habrá que tomar las medidas que sean necesarias. Habrá que aguantar» prevé Juan Carlos ante lo que se viene por delante. «Todo esto va a ser muy perjudicial para todos esos sectores relacionados por el ocio pero también con la salud. No hay que olvidar que los gimnasios somos espacios de salud, a los que la gente acude para encontrarse bien físicamente, anímicamente, psicológicamente... Somos un sector importante a tener en cuenta».

De momento «no hay nada seguro, son sólo propuestas» pero dan a entender por donde puede caminar el sector ante la desescalada. Y uno de los puntos principales que ya se sugieren desde la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas pasa por la reducción del aforo hasta en un 30 por ciento respecto al aforo anterior al estado de alarma, buscando con ello garantizar una distancia de 1,5 metros entre los clientes. Distanciamiento en salas de máquinas, en vestuarios, donde se pide una reducción del aforo a la mitad, y en las clases colectivas, donde se recomienda un espacio de 2 por 2 entre los usuarios. Pero de la reducción de espacio y el aumento de las distancias, la reducción de usuarios –en España FNEID calcula en unos 5,2 millones–  y quizás de personal. «El aforo se va a reducir, las medidas de limpieza se van a extremar, pero será un golpe duro para el sector del fitness».

Inciden las medidas propuestas por FNEIDen la limpieza como uno de los puntos claves. Se intensificarán en vestuarios y aseos, en recepción y elementos del gimnasio, pero en especial en las salas donde se realizan las actividades colectivas, distanciando en el tiempo las mismas para llevar a cabo la limpieza de los espacios entre clase y clase durante el horario en el que se encuentre funcionando el centro. Disponibilidad de jabón en los dosificadores instalados en lavabos y vestuarios, instalación de estaciones de limpieza y desinfección en todos los espacios interiores, pulverizador desinfectante, dispensadores de papel con papelera para depositar deshechos y dispensador de gel desinfectante de manos.  Los usuarios con síntomas compatibles con el COVID-19 tendrán prohibido el acceso y la toalla de uso individual será obligatoria. Los equipos de protección individual pasarán a formar parte del día a día de los trabajadores, a los que se les instalará una mampara protectora donde su trabajo no permita una distancia de 1,5 metros y se impartirá a todos los empleados una formación específica en detección de síntomas y prevención del COVID-19. Son algunas de las propuestas que ya ha lanzado el sector y que van en la línea que ya se ha establecido en otros países.

Medidas para iniciar la actividad, pero no tanto para recuperarla al nivel de antes. «La subsistencia será muy complicada. Habrá cierres.Me gustaría que no, pero los habrá» teme JuanCarlos Hernández Torrubias, que espera poder «mantener» a todos los que actualmente trabajan en su gimnasio, aunque ahora es todo incertidumbre. «Está claro que si donde antes venían cinco personas van a venir tres, se reducirán los ingresos. Económicamente tendrás que reducir gastos... Va a suponer todo esto una intervención económica muy fuerte, no porque queramos, sino porque la situación lo va a exigir» lamenta Torrubias como seguramente lamentan muchos otros en su sector. «La situación es un poco compleja» analiza en un momento aún de pocas certezas, aunque el sector empieza ya a valorar cómo será su reapertura. «Lo que necesitamos es aguantar estos dos próximos años» tiene muy claro una personas que lleva más de 35 en esto. Quizás por ello y por todas las situaciones que ya ha pasado deja un mensaje en positivo. «Tengo confianza. No vamos a dejar a Ávila sin gimnasios».