El regreso a las aulas para los alumnos de Infantil y Primaria está a la vuelta de la esquina. El curso arranca este miércoles para miles de alumnos y la crisis sanitaria de la COVID-19 marcará irremediablemente un inicio atípico. Mascarillas para los mayores de seis años, distancias de seguridad, itinerarios de entradas y salidas, intensificación de la limpieza o protocolos definidos en el caso de surjan positivos son algunos de los puntos recogidos en el protocolo definido por la Junta de Castilla y León, un plan que la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Ávila (FAMPA) valora, por recoger algunas de sus principales apuestas, aunque reconoce que hay «puntos mejorables».

Su presidente, Jesús Guil, insiste en que la principal reivindicación pasa por una escuela «cien por cien presencial». A su juicio, el cierre de los colegios con el confinamiento fue un error porque «no fue una escuela on line, sino deberes on line», lo que «discrimina a los alumnos según su acceso a internet y las condiciones que tengan en casa». En este sentido, destaca que las autoridades «se hayan dado cuenta» y apuesten por un curso presencial y por no cerrar colegios enteros en cuanto surja un positivo, sino por aislar grupos. «En su día se estigmatizó a los alumnos como grandes contagiadores y no es así, todo lo contrario», insiste Jesús Guil, que aunque reconoce la incertidumbre y las dudas existentes en los padres apuesta por la «colaboración» y la «responsabilidad» de las familias y confía en que el curso se desarrolle con normalidad.

El problema, señala, es que «todos pensábamos que a estas alturas íbamos a estar en mejores condiciones y no es así», con lo que «el miedo se ha disparado», a lo que se une que «tenemos 17 sistemas autonómicos y 17 procolocos y es inevitable la polémica». 

Sobre las peticiones de la FAMPA, destaca la reducción de las ratios, algo que «es de siempre, no de ahora». Con todo, no ve viable la petición de bajarlos a 10 ó 15 alunmos, porque «no hay ni aulas ni profesores», pero sí encuentra «razonable» dejarlos en 20 ó 22.

También se apuesta por mantener el transporte escolar y los comedores, aspecto  para el que se pide el establecimiento de turnos o la separación de los grupos por zonas. Asimismo, se incide en las distancias de seguridad no solo en las aulas, sino en los espacios comunes.

La FAMPA también hace hincapié en la necesidad de mantener las actividades extraescolares porque «también forman parte del currículum», subrayó Guil.