Un día para rendirse a la literatura en Ávila

I.Camarero Jiménez
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La celebración del Día del Libro dejó buen sabor de boca en la capital y aunque amenazaba con lluvia el tiempo respetó el desarrollo del Certamen de Escritura Rápida, los títeres y la lectura de la obra de Claudio Sánchez Albornoz como protagonista

Un día para rendirse a la literatura en Ávila

El tiempo no acompañó en exceso a la celebración del Día del Libro en la capital, y de hecho por la tarde descargó la lluvia anunciada,  pero no fue obstáculo para que durante la mañana el espíritu literario se hiciera un hueco por los soportales de nuestro Mercado Grande y se extendiera más allá  hasta adentrarse en la plaza de Adolfo Suárez donde ya llevaba una semana celebrándose la feria del libro.

Pese a los nubarrones fueron finalmente 86 los participantes que quisieron inspiranse en la obra de Claudio Sánchez Albornoz y en una de sus frases: «¡Ávila, lejana y amada!» para comenzar a dar forma a un máximo de 150 palabras que era lo que permitía el que ya es el VIII Certamen de escritura rápida que organiza el Ayuntamiento con motivo de la efemerides y que ponía sobre la mesa más de 1.000 euros en premios. Suculento premio para tan pocas palabras, pero la inspiración y la creatividad mandan. Ahora bien había que inspirarse de veras y conmover al jurado para lograr el premio, que se entregará el viernes.

Tres categorías preveía el certamen: la A, hasta 12 años en las que se impusieron María Resusta, Carla Fidalgo y Celia Melado; la B, de 13 a 17, con Alba González, Julia Martín y Jorge J. García como ganadores; y la C, para mayores de 18 en la que triunfaron Ismael López, Miguel Ángel Arroyo y María Sonsoles Pindado. Los premios consistían en un primero, un segundo y un tercero que en las dos primeras categorías eran respectivamente 100, 75 y 50 euros en material escolar y libros. Y para los mayores: 300, 200 y 100 euros. Además los 20 mejores relatos serán publicados, algo que siempre hace especial ilusión. Son esos nueve ya citados y los de Joel González, Abril González, Isabel García, Guiomar Pulido, David Díaz, Óscar Vázquez, Jesús Ramos, Helena Cerveto, Pablo Mortera, Mercedes Gutiérrez y Lourdes Torrano. 

Un día para rendirse a la literatura en ÁvilaUn día para rendirse a la literatura en ÁvilaPara ver ómo transcurría la cita que echaba a andar con el certamen, estuvo de testigo la teniente alcalde de Cultura, Sonsoles Sánchez Reyes, quien mostraba su orgullo por haber superado, con 86 inscritos,  la cifra de 65 participantes de 2017 que ya entonces superó con creces la de 2016. Y es que «nos hemos quedado hasta sin las hojas de las bases porque no esperábamos tanto», pero es que no hay duda de que Ávila es una ciudad literaria, que ama los libros y la creación y eso... No lo para ni el mal tiempo. 

Una vez transcurrida esa primera parte de la celebración hubo una segunda, con títeres para los más pequeños en esa misma plaza de Santa Teresa  que al final sumó un buen número de asistentes con una obra apta para todos los públicos en la que el hilo conductor, cómo no, también fue el libro y la particular relación a veces de amor-odio de los niños con la lectura. Amena, divertida, con títeres y monstruos que viven la fiesta, la del libro, con ilusión. Una historia de princesas, monstruos, abuelos, cocineros y libros ...

Tras ello, la lectura pública de un grande, de Claudio Sánchez Albornoz, a la que acudieron algunos de sus familiares y que no quería más que reivindicar su figura, siempre importante. Allí se leyó parte de ‘Avila en Claudio Sánchez Albornoz’.

Como decíamos, no lejos comenzaba a despedirse la Feria del Libro que debido a las lluvias que han protagonizado varios días de su desarrollo no ha lucido todo lo que debería, aunque reconocían los libreros que ha habido un par de días buenos. 

Algunos consideraban que la ubicación en la plaza de Adolfo Suárez  había sido una buena decisión porque sin duda es uno de los lugares favoritos para abulenses y visitantes y atrae público, para otros debido a las lluvias hubiera sido mejor haberlo hecho en los soportales del Grande por ejemplo, pero es lógico que haya diversidad de opinión porque nunca llueve a gusto de todos. De hecho, aunque se anhelaban las precipitaciones éstas no han sido muy oportunas y es que decía otra de las libreras: «Es sacar los libros a la calle y empezar a llover»... Igual es cuestión de pasearlos más ¿o no?