Nervios, mucha expectación, no poca tensión por lo mucho en juego pero sobre todo un gran ambiente.Así amanecía Arenas de San Pedro, que se estrenaba como salida de una etapa de la Vuelta a España y lo hizo de la mejor manera, a lo grande. No sólo iba a ser la jornada que dictara sentencia –ya lo había dicho Javier Guillén en Ávila, director de Unipublic, cuando reconocía que la ronda llegaba a tierras abulenses «como queríamos», con opciones de poder ocurrir de todo–   antes de Madrid y que todos esperaban como el examen final para el líder y los aspirantes al trono, sino que llegaba con la tensión disparada tras la polémica desatada en la jornada anterior entre Movistar, Valverde y Miguel Ángel ‘Superman’ López. «Habiendo polémica hay ambiente». Y qué razón tenía Javier Mínguez, exdirector deportivo y seleccionador nacional de ciclismo entre 2012 y 2018. Nadie se lo quería perder. Mínguez fue uno de los muchos –como Javier López Cerrón, presidente de la RFEC e incluso David Lappartient, presidente de la UCI– que no querían perderse lo que podía pasar en las rampas de camino a Gredos y que ya aguardaban a los ciclistas entre aficionados, lluvia e incluso niebla. Todos esperaban a sus protagonistas como  aguardaba la prensa a los primeros actores del día. No era Roglic, el líder, eran Alejandro Valverde y Miguel Ángel López. Firmaron la paz, o al menos la concordia, en el mismo control de firmas. Arenas de San Pedro ya tenía su particular imagen para la historia.

Anécdotas a parte fueron muchos los aficionados que se volcaron con los ciclistas. «La respuesta ha sido impresionante» señalaba sobre la línea de salida Juan Carlos Sánchez Mesón, alcalde de Arenas. «Por fin ha llegado el día». Ha sido cerca de un año desde que Unipublic contactara con Carlos Sastre para empezar a mover un final para la Vuelta a España con la provincia como escenario.

Belleza y dureza se le pidió por igual. Y lo plasmó sobre un recorrido con 6 puertos y cerca de 190 kilómetros a lo largo del Tiétar, el Corneja y Gredos. «Tengo miedo» ironizaba Gradockk (EF Education First), uno de los primeros en pasar por el control de firmas. Y hacía bien en tenerlo. Porque la jornada fue dura. «Es una etapa muy bonita, con muchos atractivos y muchas trampas» advertía de antemano Víctor Sastre, maestro de ciclistas y padre de Carlos Sastre junto al Castillo del Condestable Dávalos, que quiso resaltar «lo interesante que resulta que una carrera de esta categoría se pueda decidir en Ávila». Por sus manos y la escuela de ElBarraco pasaron su propio hijo, pero también Paco Mancebo, José María Jiménez ‘Chava’, David Navas, Francisco San Román, ‘Curro’ García o Pablo Lastras, entre otros muchos. De haber seguido en activo a buen seguro hubiera moldeado también David Martín, uno de los jóvenes valores del ciclismo abulense. En su casa, Arenas, paseaba por la salida esperando ser él el que algún día tuviera la oportunidad de estar al otro lado de la valla. «Llevo 10 años compitiendo y me gustaría estar aquí en un futuro». Puede tomar buena nota de Diego Rubio, de nuevo en su tierra, en las carreteras por las que entrena. «No es un día para mí». Es de Ávila, pero no es un escalador. Más rodador, el viernes se quedó «con ganas de entrar en la fuga». El sábado era un día para sufrir. Y sufrieron. «Estamos ante un recorrido explosivo, largo, tenemos de todo» analizaba antes de tomar la salida Alejandro Valverde, que acabaría defendiendo la segunda posición en las últimas rampas hacia la Plataforma de Gredos.

Sufrieron los ciclista pero disfrutaron los aficionados de lo que es sin lugar a dudas «el mejor evento deportivo y el mejor escaparate para vender nuestra tierra» comentaba Carlos García, presidente de la Diputación Provincial de Ávila. «Una imagen vale más que mil palabras». Y se vieron muchas a lo largo de toda una jornada retransmitida por televisión. «Tenemos suerte de que la Vuelta se vaya a decidir aquí». Y se decidió en favor de Roglic con una gran etapa.