No todos los días puedes enfrentarte a atletas de la talla de Mo Farah o Abdi Bachir entre otros. «No todos los días te invitan a una Diamond League». Y una invitación como así no estaba dispuesto a rechazarla el abulense Alberto Sánchez Pinilla que, ante un calendario vacío de pruebas de larga distancia, no dudó en hacer las maletas para enfrentarse a la prueba de una hora en pista. No lo tenía fácil, y no ya en términos deportivos. El cambio reciente de normativa le obligaba a calzar unas zapatillas diferentes. «Sabía que me iban a dar problemas» explica ante un cambio de altura de talón de los 40 milímetros de las zapatillas de ruta a los 20 que tuvo que ponerse. Un problema para sus tocados tendones de aquiles. Con 34 minutos sobre la pista tuvo que decir basta. «Los primeros 7 kilómetros los pude hacer sin problemas, pero pasado el ecuador de la carrera ya estaba cojo» recuerda el abulense que, pese al sabor amargo que le ha dejado esta circunstancia –«con mis zapatillas de ruta hubiera podido hacer una buena actuación para mi nivel»– se queda con la experiencia. «No tienes una oportunidad así todos los días».

Un reto, el de la Diamond League de Bruselas - Memorial Van Damme, fruto de la falta de pruebas de este año. «Estaba buscando una media maratón como loco» recuerda en una temporada casi en blanco y de la que se han caído recientemente la Azkoitia-Azpeitia, uno de sus objetivos, la Media de Gijón... Sin medias a la vista «mi manager me propuso correr una hora en pista, una distancia parecida a la media». Dicho y hecho.

«Fui con la idea de hacerlo lo mejor posible». Y así estaba siendo hasta que las molestias en los tendones le obligaron a salir de pista en una noche en la que el británico Mo Farah batía el récord de los 60 minutos en pista que desde el 2007, en Ostrava, había establecido Haile Gebrselassie con 21,285 kilómetros. Con todo preparado fue una noche de récords. Si el belga Bashir Abdi  batía el récord de los 20 kilómetros –56’20’’02– al pasar por delante de Farah en la marca, el británico volvía a ponerse en cabeza para establecer  21,330 kilómetros como nuevo récord de distancia en una hora. No era la pelea de Sánchez Pinilla, que encontró «buenas sensaciones» y ritmos altos «para lo que soy yo», valora de la experiencia de Bruselas. «Ya sabía a lo que me enfrentaba.Cuando supe que tenía que correr con esas zapatillas sabía que tendría problemas. Desde 2014 tengo los aquiles tocados. Una de las decisiones de pasarme a la ruta fue esta.Me ponía los clavos y veía las estrellas. Se te queda un sabor amargo, pero tampoco nos vamos a poner exquisitos».

Las oportunidades de correr son escasas y se cuentan con los dedos de la mano. «Tienes que correr lo que puedas». Una lástima en un año en el que el abulense debutaba en la media maratón en el Campeonato de España de Puerto Sagunto logrando la medalla de bronce y un tiempo –1h.03’39’’– que le acercaba al Campeonato del Mundo que debería haberse celebrado en Gydnia, Polonia, el pasado mes de marzo. Una competición rodeada de rumores –«aún no sabemos si lo habrá»– y de incertidumbre. Como incierto es el resto del calendario. Una posible carrera en la República Checa podría ser su próximo objetivo. «De repente sale algo y la capacidad de reacción es mínima. Es una temporada de locos».

Una pena en una temporada que había comenzado especialmente bien para el abulense «y en la que me encuentro muy bien. Entrenando las sensaciones son buenas, pero al no competir no puedo demostrarlo. Sé que estoy para hacer una buena marca y un buen papel. Me da rabia no aprovecharlo porque hacía tiempo que no estaba en este nivel».