Editorial

Creerse las posibilidades de Ávila y apostar por ellas

Diario de Ávila
-

Más que a los partidos a los que están afiliados, nuestros políticos representan a los abulenses y a sus intereses legítimos

Se asoman hoy a las páginas de Diario de Ávila cuatro representantes públicos abulenses, el alcalde de la capital, Jesús Manuel Sánchez Cabrera; el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández; el subdelegado del Gobierno, Fernando Galeano, y el presidente de la Diputación, Carlos García, para compartir con nuestros lectores cuáles son sus deseos y sus esperanzas para el año que acabamos de estrenar, una mirada al futuro de esta provincia en la que coinciden en un optimismo que tiene mucho que ver con la necesidad de saber aprovechar las oportunidades que se nos puedan brindar, que bien es cierto que no son muchas ni tan buenas como quisiéramos.

Es posible que esa ilusión que todos ellos muestran por avanzar en 2022 lo que no se ha podido en 2021 ni en los años precedentes responsa más al legítimo deseo de creérselo que al convencimiento pleno de que así vaya a ser, por mucho que lo necesitemos para seguir siendo una provincia viva y dinámica, pero lo cierto es que muchas veces en la actitud con la que se enfrenta la realidad está una pequeña o gran parte de los éxitos que puedan conseguirse.

Y no estaría de más que nuestros representantes políticos tomasen conciencia plena, porque seguramente también eso ayudaría un poco a ese empeño común de hacer de Ávila una provincia más rica y con más garantías de futuro, de que más que representar a las siglas de los partidos en los que están afiliados, que también, representan fundamentalmente a los abulenses y sus intereses legítimos y es a ellos a los que nunca deben descuidar; es decir, que nunca  las conveniencias particulares de una formación política deben primar sobre los beneficios generales de los abulenses.

Un poco más de consenso en proyectos o unidades de acción que apuesten plenamente por lo propio, sin que eso signifique ser excluyente con lo del resto, ayudaría a que esta provincia castigada por la despoblación, el envejecimiento, la pérdida de trenes, la merma de industrias y un peaje sangrante, entre otros problemas cuya posible solución no hace más que aplazarse u obviarse, pudiese seguir pensando en positivo. Y siempre sin patrimonializar lo abulense como ideología, que nunca es acertado intentar apropiarse en exclusiva de lo que debe ser de todos.

Otras provincias, bien por méritos propios, bien porque sus políticos han sabido mover sus hilos mejor que los de otros territorios para beneficiarlas en la constante competencia de lograr apoyos, se han visto menos perjudicadas, o por decirlo de otra forma, más beneficiadas, en los repartos de 'prebendas' que cada año tienen lugar desde Madrid o Valladolid, algo que podría cambiar si aprendemos a construir pactos fiables en favor de los intereses de Ávila, independientemente del partido de quienes los firmen.

Estamos muy bien situados en la geografía nacional, tenemos una capital de belleza singular y una provincia igualmente hermosa y con unas enormes posibilidades de desarrollo, pero sigue faltando por un lado que nos lo creamos, y por otro esa apuesta total y decidida por lo nuestro, que para nada es peor que lo que existe en otras tierras.