El día 24 de febrero está convocado un paro nacional en este caso por parte de los autónomos, además del sector primario y los transportistas. En principio las movilizaciones serían en las capitales de provincia, sin embargo en El Barco de Ávila y los pueblos de la comarca a la que pertenece llevan días uniéndose en torno a esta causa y tal y como apuntan fuentes de la organización que está detrás «nuestro grupo ya cuenta con 160 personas dispuestas a salir a manifestarse en coches y a pie», por supuesto «respetando las medidas de seguridad y distancia social», relata Clara Yáñez.
Asegura que en esta zona la gente «está muy comprometida y casi todos los comercios de El Barco y alrededores ya muestran el cartel del parón». Recordar que detrás de esta convocatoria están tanto los autónomos a través de AUPA (Autónomos Unidos Para Actuar) y también se convoca desde el gremio de transportistas y de trabajadores del sector primario.
La medida se fundamenta en la «grave crisis que atraviesa todo el Sector Primario (agricultores, ganaderos y pescadores), transportistas y todo tipo de autónomos» una situación que hace avanzar «a un punto sin retorno». Los motivos para el paro argumentan que son muchos y por ello convocan 24 horas de «cierre de todos los negocios y empresas de autónomos, transporte y de todo el sector Primario, acompañado de movilizaciones» que, debido a la pandemia se quedará en una marcha motorizada que culminará con la entrega de un manifiesto en las Delegaciones de Gobierno.
Apuntan los organizadores a nivel nacional que a este paro pueden seguir otros hasta «conseguir que el gobierno español atienda nuestras demandas» y es que estiman que con sus políticas comerciales internacionales, «la UE ha enterrado la Ley de la oferta y la demanda y viola sistemáticamente los objetivos de la PAC y uno de los tres principios básicos de la misma, el Principio de Preferencia Comunitaria. Los productos de terceros países no están llegando a Europa para complementar lo nuestro, sino para sustituirlo». Esto hace que la oferta siempre supere a la demanda y los precios en campo caigan por debajo de los costes de producción.
Es creen «una paranoia sin límites, las normativas que emanan de la UE y de las administraciones españolas ya que cada vez son más exigentes y restrictivas con la producción española, pero en cambio, no se exige lo mismo a los productos que llegan desde fuera».