Los primeros toros del desconfinamiento, en Ávila

I.Camarero Jiménez
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Lo prometido es deuda y el equipo de gobierno municipal devolvió los toros al coso abulense; la noticia estaba en el ruedo y además en los tendidos, en los aficionados y las medidas de seguridad que hay que cumplir

Los primeros toros del desconfinamiento, en Ávila - Foto: David Castro

A veces cuando un toro no embiste o no tiene fijeza hay que dejarle respirar, «darle distancia», pero este sábado esa expresión tan taurina sirvió también para aplicarla a los tendidos porque la primera feria del desconfinamiento, que se celebra en Ávila desde el viernes y hasta este domingo, también tuvo ahí su protagonismo, en los aficionados y la distancia de seguridad. Y es que ésta última marca la nueva normalidad, debe ser así y desgraciadamente se notó y mucho en el coso de la capital amurallada, con numerosas localidades sin ocupar (porque no estaba permitido). Los aficionados a los toros dejaron una imagen inédita que a buen seguro se repetirá muchas veces en España, o quizá no tantas porque lo raquítico del aforo (un 25%) que se le permite al empresario igual le obliga a pensárselo dos veces. En una plaza de 8.000 localidades como la nuestra este sábado se limitó a poco más de 2.000 y no se cubrieron todas. Fue sin duda el inicio de una feria distinta, de una temporada taurina rara, que esta vez sí ha tenido su reflejo en un Ávila, que quería recuperar los toros para la ocasión. Ésa era la idea (y promesa) del alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, incluso antes de que fuera elegido en las urnas, y la ha llevado a término. Ahora bien, en una realidad que desde luego nadie se esperaba.

Las mascarillas, como la distancia, también tenían su papel protagonista, mucho más teniendo en cuenta que son obligatorias desde las 00,00 horas, tal y como marca la Junta de Castilla y León, tanto en espacios públicos cerrados como en los abiertos. El Consejo de Gobierno del jueves así lo aprobó y atendiendo a cómo está la situación en otros puntos del país en los que los rebrotes suman y siguen. No es el caso de Ávila, al menos no de momento, pero toda precaución es poca.

Las localidades de cemento, pese al calor estuvieron más frías y duras que nunca y fue así por varios motivos. La venta de almohadillas no se permitió por aquello de las medidas de higiene y de evitar contagios, que al fin y al cabo es lo que debe primar, pero también por el horario casi nocturno en el que se desarrolló la corrida de toros de este sábado, a las 21 horas. Con el sol a punto de meterse ya se sabe que las temperaturas bajan considerablemente en la ciudad. 

Así no hubo ni sol, ni sombra, se pudieron unificar precios y facilitar la adquisición de las entradas. Los grandes grupos, las peñas que en muchas ocasiones llegan a la plaza juntos tampoco se pudieron repetir en virtud de la seguridad.

Fue atípica la cita taurina en el tendido desde luego, pero también en las cercanías del ruedo, con la presencia de mascarillas entre los afortunados que estuvieron en el callejón y las cuadrillas de Finito de Córdoba, López Simón y el mejicano Calita que dieron forma al festejo.

Los carteles distribuidos por la ciudad ya apuntaban a la necesidad de llevar mascarilla en los días previos al festejo, igual que a pie de taquilla se recordaba con carteles, también la megafonía informó de ello. Mascarillas, distancia de seguridad, cada persona en su localidad identificada con un punto verde, prohibición de tirar prendas u objetos en posibles vueltas al ruedo y sin posibilidad de puerta grande, en caso de haberla, por motivos sanitarios.Tantas cosas.

Difícil percibir tras la mascarilla rostros conocidos. Conocidos o desconocidos cierto es que se ajustaron a la norma como lo hicieron el día anterior en el espectáculo de recortes y que podremos comprobar si este domingo hacen lo propio en el último de los tres festejos programados (y en su caso, televisado, parece ser.

Hemos de decir que dado el horario nocturno, incompatible con el horario de cierre de este periódico, mañana el lector tendrá cumplida información sobre lo ocurrido en el ruedo en la tarde noche del sábado.

En definitiva una feria pionera, que marca el pistoletazo de salida de los festejos taurinos en España y que de algún modo sirvió de laboratorio para comprobar la respuesta del público, el comportamiento del mismo, la implantación de las medidas y para que los toreros (novilleros, matadores, rejoneadores y sus cuadrillas) se vayan acostumbrando a una nueva normalidad, complicada en la plaza como lo es fuera de ella. Testigo de todo ello fue Diario de Ávila pero lo cierto es que fueron muchos los medios nacionales que se interesaron por el pistoletazo de salida a la temporada taurina, esta vez, en nuestra tierra.

Por cierto que el sorteo de los toros no se pudo realizar en el horario previsto porque los servicios veterinarios descartaron para entonces tres toros de  la ganadería de El Vellosino llegados a la plaza el día anterior y se pospuso a tres horas antes del inicio del festejo. Un camión tuvo que acudir a la finca de El Vellosino para trasladar  nuevos ejemplares que sí reunieran las condiciones y finalmente lo hicieron. Al parecer los astados, que llegaron el día anterior a corrales, tuvieron alguna confrontación entre ellos con consecuencias, uno, además, hubo de ser sacrificado al no poder desencajonarlo. Una situación que provocó cierto nerviosismo y más por ser el primer festejo.

Más cosas interesantes: era la primera corrida de toros sin Juan Carlos Navas como presidente y después de 35 años, a él se le rindió homenaje con la entrega de una placa de manos del alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera. Fue tras el paseíllo y después de guardar un minuto de silencio por las víctimas de la covid-19 al que siguió un aplaudido himno de España y algún que otro Viva España.

En la edición de mañana este periódico ofrecerá una amplia crónica de la corrida, que al cierre de esta edición aún no había terminado.