"Al consumidor joven hay que enseñarle a valorar la calidad"

Mayte Rodríguez
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Entrevista a la empresaria Carmen Andueza, que lleva más de tres décadas lleva al frente de El Dedal, establecimiento pionero en su día, al que sumó los talleres de confección Cose cose y últimamente el diseño y confección de trajes medievales

"Al consumidor joven hay que enseñarle a valorar la calidad"

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Sus monumentos, en especial la Basílica de San Vicente .

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

El silencio, pero es verdad que me gusta en el momento de pasear por la ciudad. Pero también me da mucha tristeza cómo está Ávila de parada.

¿Y lo que menos te gusta?

Las temperaturas extremas, aunque el frío ya no es como antes.

Un lugar para perderse...

La montaña en general, en particular los Pirineos y Gredos.

Un recuerdo de la infancia...

Los viajes con mis padres.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Isabel la Católica, me parece una persona rompedora, con sus más y sus menos, claro.

El mayor cambio qué necesita Ávila es...

Una inyección importantísima de empresas que no tienen por qué ser grandes. Empresas de cuatro o cinco trabajadores ya supondrían un revulsivo económico muy importante y un asentamiento de población para que la gente joven pueda desarrollar aquí su vida. Todos se han tenido que ir fuera a empezar su carrera profesional y es una lástima que no hayan podido dejar aquí sus energías y sus ideas. Eso haría que la ciudad cambiara bastante.

Y Ávila tiene que mantener ...

Su idiosincrasia, la base que la hace diferente a las demás ciudades. No se puede permitir que desaparezca el entorno monumental, pero tampoco que sea el centro de la política y del movimiento porque, al final, eso produce el efecto contrario: te encierra.

¿Qué le parece la ciudad hoy en día?

Me parece una ciudad triste. Lo he analizado muchas veces. Cómo puede ser que a determinadas horas de la tarde ya no haya ciudad, no haya ciudadanos por la calles, no haya movimiento, ... Por desgracia, últimamente me parece una ciudad triste. Fíjate qué día hace hoy, qué luz, qué entorno, pero está triste.

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

Complicada.

¿Qué puede aportar usted a Ávila?

Desde mi pequeña isla yo intento aportar ilusión. Yo no soy una persona pesimista así que siempre intento ver ese otro lado: crear líneas nuevas, orientar al consumidor, tratar de hacer cursos de confección medieval al que me encantaría que fueran hombres, ... Lucho, lo intento, pero es difícil. Pese a todo, si puedo y me dejan aporto positividad porque es una ciudad en la que se lucha.