Vuelven las Luminarias tras el parón pero "entre vecinos"

B.M
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La tradicional fiesta de San Bartolomé de Pinares se celebrará la noche del 16 de enero pero se quiere hacer con todas las precauciones y medidas de seguridad y evitando aglomeraciones en la cena posterior

Vuelven las Luminarias tras el parón pero "entre vecinos" - Foto: David Castro

Una de las fiestas más tradicionales en la provincia de Ávila son las Luminarias que se celebran cada noche del 16 de enero en la localidad de San Bartolomé de Pinares, como una previa a San Antón. Las hogueras que iluminan el pueblo, los caballos que pasan por ellas y la cena posterior a las brasas son todo un acontecimiento que, sin embargo, el pasado año no se pudo vivir debido a la pandemia sanitaria.

Sin embargo, en este 2022 las Luminarias se volverán a encender en el pueblo. Lo confirma la alcaldesa, Ana Isabel Gómez, que asegura que están trabajando para que no haya mucha gente porque lo que quieren es una celebración con la tranquilidad de estar «entre vecinos».  «No queremos que haya gente en demasía», explica, porque la intención es hacer las Luminarias con «seguridad en todos los aspectos, para las personas que van a caballo y para los viandantes». Es por ello que se insistirá especialmente en todo el tema sanitario, con el uso de mascarillas, distancia de seguridad y evitar aglomeraciones. 

En este sentido un tema especialmente importante para ellos son las cenas posteriores que se hacen con los rescoldos de las hogueras y donde no se quieren aglomeraciones y se intentará que estén restringidas al núcleo familiar.

Una de las ventajas de esta celebración es que es al aire libre en todo su recorrido, de ahí que lo que más pueda llegar a preocupar son cenas o fiestas que puede haber después.

En la fiesta como tal habrá todas las medidas de seguridad, con la colaboración de Adeluaca, la Asociación de Jinetes de San Bartolomé de Pinares. 

Antes de llegar a esta fiesta, este mismo fin de semana llegará el momento de recoger los ramos por parte de grupos de amigos, peñas y vecinos que irán al monte como una forma de inicio de la celebración. Con ello se preparan para cuando llegue el 16 por la noche y también el 17, que es el patrón y es fiesta local. 

Habrá misa previa al recorrido de los mayordomos por todas las calles, donde tradicionalmente se besa al Santo, lo que no sucederá este año, porque dada la cuestión sanitaria se ofrecerá al santo lo que corresponda pero sin besar la vara. Después llegará la misa y habrá también carrera de cintas.

En cuanto a los mayordomos, es el Ayuntamiento quien cede las varas y este año parece que se trabaja con la idea de que la asociación tenga por primera vez la representación de tres mujeres, una como mayordoma y dos acompañantes.

Todas estas actividades rodean el momento de la noche del 16 de enero que es cuando la fiesta se vive en todo su esplendor. Ya con la noche caída, los jinetes, habitualmente en torno a un centenar, se reúnen para recibir la bendición del párroco, y a partir de ahí van pasando por las hogueras que están encendidas en las diferentes calles del pueblo. A través de ellas o rodeándolas con los caballos se busca recuperar la tradición purificadora del humo.

Su paso por ellas suele congregar a mucho público, gente del pueblo pero también de otros lugares, por las imágenes tan espectaculares que se suelen producir. Sin embargo, esta edición se quiere evitar esta situación y vivir la fiesta de forma más íntima, con los vecinos del pueblo.