Ávila pierde 14.000 tarjetas sanitarias en diez años

B.M
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Al cierre del pasado año se contaba con 150.193 personas con médico asignado en Ávila. Aumentó la presión asistencial y la frecuentación de médicos tanto de Atención Primaria como los pediatras

Ávila pierde 14.000 tarjetas sanitarias en diez años - Foto: Diario de Ávila Lola Ortiz

Continúa la tendencia de pérdida de tarjetas sanitarias en Ávila, lo que evidentemente está relacionado con la disminución de población que se está viviendo y que hace que en la última década en la provincia de Ávila se haya disminuido el número de personas que tienen asignado un médico en casi 14.000, un 8,44 por ciento menos. Esto sucede porque con datos de 1 de enero de este año se contaba con 150.193 tarjetas sanitarias en la capital y los pueblos mientras que al inicio de 2010 la cifra superaba las 164.000.

En esta tendencia se puede ver, por ejemplo, un descenso progresivo de la población de tarjeta sanitaria en los últimos cinco años, para ambos sexos y en todos los grupos de edad, con 5.665 tarjetas menos. A pesar de la disminución de la población, se han mantenido las 22 zonas básicas de salud, los 22 centros de salud, los 326 consultorios locales y los 20 PAC.

El número de consultorios que tienen menos de 100 tarjetas supone un 64,72 por ciento, y un 43,55 por ciento los que tienen menos de 50. A pesar de esta pérdida, María Antonia Pedraza, gerente de Asistencia Sanitaria de Ávila, explica que se «mantienen los recursos asistenciales» en una provincia que «tiene una de las ratios más bajas de tarjetas de Castilla y León y de España», de modo que hay un médico por cada 807 tarjetas en cuanto a los médicos. En el caso de enfermería, reconoce que antes era más alta pero «se va igualando» y ahora es de 844 tarjetas por profesional mientras que en pediatría es de 808, siempre hablando de medias.

En todo caso lo que sí quiere dejar claro que ni en el caso de la ciudad ni en el medio rural se superan los cupos óptimos (1.450 tarjetas) en un trabajo donde «la idea de futuro es mantener recursos». Si se observa lo que sucede en las diferentes zonas básicas de salud, es en la de Muñico donde hay un menor número de tarjetas, con 976 mientras que diez años antes se superaban las 1.400. Esto supone que la ratio de los médicos de familia y enfermeros se queda en 244. Lo contrario ocurre en el caso del Ávila Estación donde el número de tarjetas supera las 17.000, y aunque también ha descendido algo en los últimos años, la ratio de los médicos es de 1.332 tarjetas y en enfermería, de 1.219.

De forma general, el mayor número de tarjetas corresponde a las zonas básicas de la capital, con la estación en primer lugar pero también con las casi 16.000 del Ávila Sur Este donde hay que tener en cuenta que hay mucha población joven. Las 14.000 tarjeta  se superan en el Sur Oeste y, en el caso de la provincia, en Arévalo.

Las más bajas están evidentemente en el medio rural, destacando Muñico pero también las zonas de Gredos, Fontiveros, San Pedro del Arroyo, Lanzahíta, Madrigal, Mombeltrán o Muñana.

En el caso de pediatría, respecto a esa ratio global de 808 tarjetas por pediatra, la más alta está en el Sur Este, en relación a la juventud de la población, con 955, y la más baja, en el Ávila Norte, donde no se llega a las 600.

En todos estos datos tiene mucho que ver los profesionales con los que se cuenta. En el caso de los médicos de familia su cifra es de 249, más o menos manteniendo los datos desde 2016 (entonces eran 252). Los pediatras son 20 y los profesionales de enfermería, 224, en todos los casos con pocas diferencias. A ellos se pueden unir, entre otros, los 13 fisioterapeutas, siempre en relación a Atención Primaria. 

Entre los principales factores que se miden en Primaria se encuentra la presión asistencial y la frecuentación a médicos, pediatras o enfermería.

En el caso de la presión asistencial, se trata de la media de pacientes que atiende cada día el profesional. En Ávila esta ‘presión’ ha aumentado en médicos, pediatras y enfermeras. En el caso de los médicos de familia, los datos en 2019 se sitúan en una media de 26,52, mientras que un año antes era de 24,19. La más alta se sitúa en la zona de salud de Candeleda y la más baja en Muñico. En el caso de enfermería la presión asistencial es de 16,07 por los 15,25 de un año antes y en pediatría subió de 21,12 a 23,13.

Respecto a la frecuentación o, lo que es lo mismo, la media de visitas por paciente a un profesional en un año, subió en médicos de familia y pediatras pero bajó en enfermería. En médicos está en 10,54, un poco más alta que los 10,49 de un año antes, mientras que en enfermería bajó a 6,01 por los 6,24 anteriores y en pediatría subió a 6,98 (antes era de 6,79).

Uno de los temas de actualidad (dejando de la lado la situación del coronavirus, teniendo en cuenta que esta entrevista e información se realizó antes de que comenzaran los casos) es el nuevo modelo al que se está dirigiendo la Atención Primaria, sobre todo en lo que respecto al ámbito rural, que tan importante es en la provincia de Ávila.

Explica María Antonia Pedraza, gerente de Atención Sanitaria de Ávila, que en lo que se trabaja es en aquellos sitios con muchas demarcaciones asistenciales y con muchos núcleos de población donde «se van a seguir manteniendo los recursos pero se va a atender de diferente manera».  Esto significa que este modelo pivota en la cita previa porque «en los sitios en los que hay 30, 20 ó 10 personas, el médico ahora mismo está a demanda en algunos sitios y en otros va, a lo mejor, una vez a la semana o cada quince días» y lo que pretende el nuevo modelo es que «en estos sitios que el nuevo modelo llama consultorios de proximidad la atención sea a demanda, que si alguien necesita el médico mañana, vaya mañana. Pero siempre que lo necesiten, no un día determinado a la semana y no haya nadie y tengamos a los profesionales totalmente desencantados y desmotivados porque lo único que hacen son kilómetros».

En definitiva, que el modelo será en base a la necesidad asistencial.

Insiste la representante de la sanidad abulense que el cambio fundamental en los sitios pequeños es la cita previa, garantizar que el médico o enfermera irá cuando se le necesite y no de una forma estructurada y programada, lo que puede dar lugar a que vaya a un pequeño núcleo de población y no haya pacientes.

Asegura Pedraza, además, que el nuevo modelo no va a reducir los efectivos sino que puede incluso que los incremente, siempre garantizando la calidad y dando la opción  a que los profesionales que no tengan que viajar puedan estar haciendo técnicas en su centro de salud, lo que «es mucho más motivador para el profesional médico o de enfermería».

También reconoce que es importante que se garantice que «todas estas pequeñas localidades tengan accesibilidad a intranet, tengan todos los recursos», por ejemplo para que el profesional pueda ver pruebas y gestionar la atención, si tiene que ir el médico o la enfermera.

Y además es esencial, reflexiona, que un modelo que cree que «puede salir bien» esté consensuado y se explique.