Los vecinos de La Colilla honran a la Virgen de Sonsoles

M.R
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La última de las ofrendas de octubre tuvo lugar este domingo y, pese a que llovía ligeramente, la Virgen de Sonsoles ha recorrido en procesión los alrededores del santuario que lleva su nombre

Los vecinos de La Colilla han hecho valer "el privilegio" que tienen ante el resto de municipios del valle Amblés y han protagonizado la última de las ofrendas del mes de octubre a la Virgen de Sonsoles. Después de llenar el santuario durante la misa solemne, en la que como es tradición ocupó un lugar destacado la Corporación municipal de La Colilla con su alcalde, Juan Carlos Montero, a la cabeza, tuvo lugar la procesión a ritmo de dulzaina y tamboril. Pese a la seria amenaza de lluvia y de que, de hecho, cayeran unas gotas en el momento en el que la imagen salía del templo, finalmente sí se ha celebrado la tradicional procesión por los alrededores del santuario, aunque el paso de la misma era más ligero de lo habitual. Ataviada con un delicado manto rosa pálido, la Virgen de Sonsoles ha vuelto a recibir la devoción y el fervor de los vecinos de La Colilla, que han cumplido con el mandato de protagonizar la última ofrenda de octubre  precisamente porque en otro tiempo alguien natural de ese municipio contribuyó a la restauración del santuario, según se ha puesto de manifiesto durante la homilía, en la que el párroco ha instado a los fieles a "no romper esa tradición" y a "estar a la altura de ese privilegio, no de cualquier forma, sino con una vida de entrega, de generosidad y de cumplimiento de la voluntad de Dios". Pese a que el día gris y otoñal no invitaba demasiado a pasar la jornada de romería, no han faltado vecinos dispuestos a comer en los alrededores del santuario. Tampoco han faltado ni las almendras garrapiñadas ni las obleas en los puestos allí instalados.